Our Little Secret [OC / Joe Jonas / Matt Bomer]

45. Feliz cumpleaños [HOT]

Narra Erick...

—¿Y ese brazalete? —le pregunto, notando el brillo en su muñeca mientras manejo.

—Mike me lo dio hoy —responde Kendall, esbozando una sonrisa mientras me muestra el brazalete. —K de Kendall.

¿Mike? Mmm... A pesar de mis esfuerzos por mantener la compostura, siento cómo mis cejas se fruncen ligeramente. Ese chico no puede ni debe tener la ilusión de salir de la friendzone.

—Es gay —dice Kendall, como si pudiera leer mis pensamientos.

—¿Qué? —miro sorprendido, volviendo la vista al camino. Estamos a punto de llegar a nuestro destino.

—Me lo dijo hoy... pensó que yo ya lo sabía —ríe, con esa risa ligera que siempre consigue calmarme. —Así que no tienes de qué preocuparte.

—Bueno, eso es un alivio —admito, soltando un suspiro que ni siquiera sabía que estaba conteniendo. —No creo que pudiera soportar a un tercer hombre en esta relación.

Kendall rueda los ojos, riéndose suavemente, y el sonido es suficiente para aliviar la tensión que había comenzado a acumularse en mis hombros.

Después de unos minutos más lidiando con el denso tráfico de las 7:30pm en las siempre bulliciosas calles de Nueva York, finalmente llegamos a Lincoln Square Steak .

—Estoy nerviosa —confiesa Kendall en un susurro, una vez que he estacionado el auto y apagado el motor.

—¿Nerviosa por qué? —le pregunto divertido, mirándola con curiosidad.

—Primero, no estoy vestida para la ocasión —admite, mordiéndose el labio.

La miro de pies a cabeza. Kendall lleva un vestido casual que complementa perfectamente su chaqueta de mezclilla y sus zapatillas Converse. Quizás no esté usando un vestido de gala y tacones como muchas de las mujeres dentro del restaurante, pero para mí, está más que perfecta en su atuendo casual. De hecho, es esa autenticidad lo que la hace aún más hermosa.

—Te ves preciosa —le digo con convicción, y ella suelta un suspiro, como si mis palabras fueran un bálsamo para su ansiedad. —Lo digo en serio.

—Y segundo... —hace una pausa, como si las palabras que está a punto de decir la incomodaran—, es nuestra primera cita... Todos van a vernos... ¿No te preocupa un poco eso? —Su expresión se convierte en una mezcla de horror y preocupación. —¿Estás seguro de que es una buena idea? —pregunta, sus ojos reflejando su incertidumbre.

—Nena, nadie nos conoce aquí... —le aseguro, intentando tranquilizarla.

—¿Y tu tío? —insiste, sus ojos llenos de duda. —Este es el restaurante de tu tío, Erick... ¿Qué va a decir si nos ve? Le dirá a Anabelle que te vio con una chica joven... y yo... no quiero meterte en líos —muerde su labio, claramente preocupada.

No puedo evitar soltar una risa suave ante su preocupación. Me inclino un poco hacia ella y acaricio su mano.

—Cariño, mi tío es el dueño de este lugar, pero no trabaja aquí. Él vive en Italia —le explico, con una sonrisa que espero sea tranquilizadora. —Nadie aquí me conoce. Tengo una reserva como cualquier otro cliente, aunque la comida es cortesía de Tom.

Dicho esto, me quito el cinturón de seguridad y abro la puerta del auto para bajarme. Rodeo el vehículo y abro la puerta del copiloto para Kendall.

—Vamos a celebrar tu cumpleaños como se debe, si? —le digo, guiñándole un ojo. Sin embargo, puedo ver que su nerviosismo aún no se ha desvanecido del todo.