Our Little Secret [OC / Joe Jonas / Matt Bomer]

12. Tenemos que hablar

Adam me ayuda a vestirme rápidamente y él lo hace también. Ninguno de los dos ha dicho ni una sola palabra desde nuestros explosivos orgasmos, pero las enormes sonrisas aún no se borran de nuestros rostros.

En el fondo quien me preocupa es Erick, no sé que irá a pensar si le cuento lo que acaba de pasar, pero si lo oculto, él tarde o temprano lo sabrá y será peor... o tal vez, en serio le da igual y estoy ahogándome en un vaso de agua. Bueno, ya tendré tiempo para pensar en eso, lo único que sé ahora es que no quiero alejarme de ninguno de los dos por muy obsesionada que eso suene.

—Eso fue... demasiado excitante. Creo que pudiste notar que olvido un poco mi sutileza en  momentos así –dice un ya más calmado Adam, mirando mi blusa con dos botones menos. Gracias a que soy precavida, traje una chaqueta que cubre mi ropa rasgada.

Cuando ambos estamos vestidos y listos, nos quedamos mirando en silencio algunos segundos.

—Sé que vas a pensar que suelo hacer estas cosas, —me sonrojo y agacho la mirada. —Pero en realidad ayer perdí mi virginidad –muerdo mi labio y Adam abre muy grande sus bellos ojos color avellana.

Creo que debí haberle contado eso antes.

—¿Bromeas? —dice impresionado y yo niego con la cabeza. –Joder, y yo fui todo un bruto contigo ahora, —se acerca para tomar mi cara y observarme preocupado. —¿Te hice daño?

—En lo absoluto —lo tranquilizo con una sonrisa satisfecha.

—Bien... ok, al parecer Erick es un buen profesor en todas las áreas —me guiña un ojo y yo solo puedo rodar los ojos mientras río.

—Adam... siento que estoy engañando a Erick... y es estúpido porque ni siquiera tenemos algo —rasco mi cabeza.

—Tranquila... yo hablaré con él. Bueno, si es que quieres —se acerca a mí y toma mis manos.

—No te preocupes –beso sus labios y él sonríe en respuesta. –Yo hablaré con él mañana. No pretendo mentirle.

—Kendall... ¿A ti te gusta Erick, verdad? Digo, como para salir de nuevo con él? —me mira un poco más serio.

Mierda. ¿Por qué les encanta preguntarme este tipo de cosas? Es obvio que me gusta Erick, sino no hubiera terminado en su cama anoche. El problema es que me gusta Erick y definitivamente ahora me gusta Adam también.

—Sí... me gusta Erick –me abrazo a mí misma. –Pero yo... estoy muy confundida realmente –suspiro. —¡Todo esto ha pasado tan rápido que ni siquiera puedo creer que los conocí ayer! –oculto mi rostro entre mis manos.

¿Cómo pude tener sexo con dos hombres en menos de 24 horas?

-Esta no soy yo... jamás pensé que sería capaz de algo así, pero ustedes dos.... ustedes dos son...

—¿Te arrepientes de lo que acaba de pasar? –me mira preocupado.

—¡No! Claro que no, –contesto de inmediato. –Adam... sé que es algo precipitado y quizás inmaduro decir esto pero... tengo un poco de miedo –ladeo la cabeza.

—¿Miedo de qué?

—De todo básicamente —río tratando de bajarle la intensidad al asunto. —No quiero tener que elegir sabes? Ustedes dos... Dios, —me quejo porque de pronto no tengo palabras para expresarme. —Me gustan por igual y no sé si eso sea algo normal –agacho la mirada y suelto un largo suspiro. 

Él me mira en silencio y luego besa mi frente.

—¿Hola? ¿Hay alguien? ¡Quiero entrar!

Mierda. Adam y yo nos separamos y miramos hacia la puerta que aún está con seguro; luego nos volvemos a mirar en silencio pero sin poder dejar de sonreír. Nos han atrapado.