Our Little Secret [OC / Joe Jonas / Matt Bomer]

25. Ex-Cuñados

Narra Kendall...

Me encuentro atrapada en este clóset oscuro, apenas puedo respirar. El aire se siente denso y opresivo, como si el pequeño espacio se estuviera encogiendo a mi alrededor. Mi corazón late desbocado y siento que el pecho va a explotar en cualquier momento. ¿Por qué demonios tuvo que venir Anabelle justo ahora?

A través de las rendijas de la puerta, puedo escuchar sus pasos ligeros y su voz melodiosa mientras habla con Erick. Intento concentrarme en lo que están diciendo, pero el pánico me nubla los sentidos.

La claustrofobia me aprieta como un puño invisible. Tengo que morderme los labios para no soltar un grito. No puedo dejar que me descubran aquí. ¿Qué pensaría Anabelle si me encontrara escondida en el clóset de su padre? ¿Cómo explicaría esto Erick?

Escucho a Anabelle llorar, y sus sollozos resuenan en mi cabeza. Algo muy malo debe haber pasado.

Luego de que Erick y ella dejan de hablar pienso en salir del armario, pero cuando lo estoy por intentar, escucho unos pasos acercándose hasta mi escondite y por poco me ahogo en un chillido.

Muevo la ropa e intento camuflarme entre los trajes que cuelgan. ¡Cómo me gustaría ser invisible ahora mismo!

—Soy yo —la voz de Erick me tranquiliza y él al fin abre la puerta del clóset.

—Dios —me tiro a sus brazos y trato de recuperar el ritmo de mi ahora acelerada respiración. —Por favor... no me hagas estar encerrada de nuevo —lo abrazo fuerte. —Sé que es un miedo irracional y tonto pero, no puedo —jadeo y él me mira preocupado, tomando mi cara entre sus manos para examinar cada detalle de mi expresión.

—Lo siento, nena... No volverá a pasar. Anabelle ya se fue —acaricia mi cabello. —¿Escuchaste lo que hablamos? —me mira a los ojos.

—No mucho realmente —digo despacio.

—En resumen, Valerie quiere llevarse a Anabelle a Londres y no volver. Anabelle no quiere irse, así que le dije que puede mudarse aquí conmigo.

Oh.

—Erick... —lo interrumpo antes de que siga hablando. —Quiero que sepas que yo no voy a interferir en tu relación padre e hija, así que si no podemos vernos más... yo lo entenderé —agacho un poco la mirada porque mis propias palabras me lastiman. Justo ahora que estaba admitiendo mis sentimientos, al menos conmigo misma.

Él levanta mi mentón y hace que lo mire.

—Oye, no voy a dejar de verte por mi hija... —acaricia mi mejilla y me mira tiernamente. —Quizás nuestros encuentros ya no podrán ser aquí por respeto a ella, pero eso no me va a alejar de ti —sonríe y yo hago lo mismo.

Ahora viene la pregunta... ¿Esto está bien? ¿Qué pasa si algún día Anabelle se entera de que su papá sale con una tipa que es solo dos años mayor que ella? Dios... ¡Quiero a la Kendall que odiaba el amor ahora mismo!

—¿Ya desayunaste? —me mira divertido cambiando el tema y camina hasta donde Adam escondió el desayuno, bajo la cama.

—Mmm... Estábamos por terminar. Pero tu parte todavía está servida —digo todavía un poco angustiada.

Erick toma la bandeja del piso y la pone sobre la cama. Yo busco mi ropa que está bajo las sábanas y luego de darme una ducha express, me visto rápidamente.

Él me mira y come fascinado mientras yo me arreglo.

***

Cuando al fin estamos listos, Erick y yo salimos de su departamento.