54. Dios... no me abandones.

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Narra Kendall...

Y el maldito día ha llegado al fin.

Miro el techo de mi habitación tratando de mentalizarme en esto. Se acabó. Ya no habrán más besos triples ni tríos en un elevador o en la piscina de los amigos de Adam. Ya no habrán llamadas en la noche y en la mañana. Ya no habrá más desayunos en la cama, visitas sorpresas o salidas a la playa improvisadas.

Se acabó. Este es el último día de Kendall, Erick y Adam. Mi estadía en el paraíso ha llegado a su fin.

Camino con paso decidido hasta la dirección que Blanda me dio hace una semana en Central Park. La veo desde lejos. Ella está con dos hombres y ríen como si nada malo estuviera pasando.

—Kendall —sonríe cuando me ve llegar. —Estaba esperando que no llegaras para poder mostrar el video —bromea pero yo guardo silencio.

Los chicos que la acompañan me miran con algo de lástima, supongo que ya saben lo que viene. Uno de ellos saca su celular y lo revisa.

—Bueno, ellos son mis amigos Aaron y Kent —ni siquiera me molesto en mirarlos. —Aaron será tu novio hoy —Blanda me guiña un ojo. —Kent tomará la foto, es paparazzi profesional.

Doy una larga respiración y contengo el oxígeno en mis pulmones.

—Hagamos esto rápido —mi voz sale casi como un susurro. Eso me ha pasado toda la semana. Tanto llorar me ha lastimado las putas cuerdas vocales.

—Así me gusta, esa es la actitud —dice la rubia y le indica algo a los chicos.

Luego de darnos las instrucciones correspondientes Aaron me apega a su cuerpo y sonríe como idiota.

—Créeme... esto tampoco me agrada —su voz es suave y luego mira asustado a Blanda.

—¿También te está chantajeando? —lo miro con el ceño fruncido. Odio estar tan cerca de su rostro.

—Algo así. Le debía un maldito favor —gruñe. —Lo siento, viene de una familia poderosa; políticos. Y no quiero arriesgarme.

—Créeme que yo lo siento más —agacho mi mirada.

—Bueno, ya bésala Aaron. Kent está listo.

Cierro los ojos y siento los labios del tipo en mi boca. Siento ganas de abofetearlo, como si fuera instintivo. Siento ganas de empujar a Blanda a la calle y que la arrolle un auto, pero nada de eso sería bueno. Nada de eso puedo hacerlo en realidad.

Luego de unos angustiaste segundos que para mi son eternos, Aaron se despega de mis labios y retrocede.

—Perfecto —dice Blanda observando el teléfono de su amigo Kent. —Quedaron hermosas —nos mira sonriente. —¿No estás interesada en mi amigo? Estarás soltera al final del día —me mira irónica.

—Vete a la mierda, Blanda —camino hasta donde ella está y me paro cara a cara. —¿Eres feliz ahora? ¿Esto te hace feliz? —la empujo y ella me mira impresionada. —Todo se paga... Y cuando eso pase, —la apunto con mi dedo índice. —Cuando toda esta mierda se te devuelva 3 veces peor, créeme que yo lo disfrutaré, loca de mierda —ella abre la boca impresionada pero no me quedo para escuchar lo que quiere decir de vuelta.

Solo camino a casa.
Tengo que arreglar mis maletas y mis cosas.

Ya tomé la decisión de irme con mi familia a Chile. Es la única manera para olvidar todo esto y para estar lejos de Erick y Adam.

Esto se acabó.

***

Narra Adam...

—Joder —maldigo otra vez cuando alguien llama a mi puerta.

Our Little Secret [OC / Joe Jonas / Matt Bomer]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora