Our Little Secret [OC / Joe Jonas / Matt Bomer]

19. Desiciones apresuradas

Narra Kendall

Luego de una larga noche pensando y pensando en los dos hombres que me están volviendo loca, al fin creo que he tomado una decisión. Pero antes de ponerla en juego, tengo que escuchar a Erick y a Adam. Bueno, si es que todavía quieren que los escuche.

Realmente no sé a donde nos llevará todo esto, porque se suponía que nuestros encuentros casuales eran pasajeros y sin compromiso, pero de todos modos no podremos seguir haciéndolo sin antes hablar y dejar las cosas claras.

Ambos tienen mucho que contarme de sus vidas y yo de la mía. Es decir, apenas nos conocemos y ya estamos teniendo problemas. Eso no puede ser un buen indicador de nada, hasta yo lo sé y eso que ni idea tengo de las relaciones.

Me doy una rápida ducha cuando decido salir de mi cama y salgo apurada a tomar desayuno.

En la sala, están Hanna y Fred compartiendo una taza de café sentados en el sofá frente a la televisión.

—Buenos días, tórtolos —digo con una sonrisa sugerente que solo mi amiga ve. —No los escuché llegar anoche.

—No llegamos anoche —Hanna sonríe y yo elevo mis cejas haciéndome la sorprendida.

—Si. Acabamos de llegar —agrega Fred y le da un pequeño beso en la mejilla a mi mejor amiga. Aww, eso fue tierno.

—¿Vas a la universidad hoy? —le pregunto a Hanna al verla muy calmada.

—Sip, pero tengo clases en la tarde —sonríe de nuevo y se acurruca junto a su novio no novio.

—Suertuda —sonrío de vuelta y sigo mi camino para meterme en la cocina.

Me preparo un rápido batido de yoghurt y frutas para comenzar el día y luego de despedirme de los chicos, me voy a mis clases.

—¡No lo hagan en la encimera de la cocina, eh! —digo bromeando antes de salir y alcanzo a ver que Hanna se pone roja como un tomate.

***

—¿Y? ¿Cómo te fue con la búsqueda de trabajo? —me pregunta Mike cuando estamos en la cafetería de la universidad.

—Am... ¿Bien? —digo distraída metiendo un poco de comida en mi boca. De nuevo tenemos que comer esta comida insípida. Y el día está nublado afuera. Me quedo mirando la ventana frente a nosotros y comienzo a pensar en que seguramente lloverá esta noche. Debí haber cerrado la ventana de mi cuarto.

—¿Bien? —Mike imita mi tono y paro de disociar.

Dios, me está pasando muy seguido últimamente. Es mi único mecanismo ante la ansiedad.

—Bueno, en realidad no encontré trabajo... —digo más concentrada en el presente y en lo que digo y hago. —Pero... encontré algo mejor —sonrío para mi misma recordando cuando vi a Adam en la tienda y todo lo lindo hasta la discusión.

Mike alza una ceja y me mira intrigado.

—Me topé con.... —hago una pausa.

¿Le conté a Mike sobre Adam? No. Mike no sabe nada de Adam. Solo le conté sobre Erick.

Rayos.

—Uuh, ¿Con el profesor de tu hermanito? —dice coqueto.

—Haces que suene tan pervertido —frunzo el ceño pero no puedo evitar reír.

—Lo siento, yo no soy el pervertido en busca de un sugar daddy —dice divertido y le lanzo un pedazo de pan que choca con su hombro al tratar de esquivarlo.

—¡Mike! No te contaré nada más —me hago la enojada y él me lanza la misma miga de pan que le tiré yo, riendo.

—Vamos, ya activaste mi modo chismoso. ¿Entonces? ¿Te topaste con él?