Capitulo 4

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Sophi

Me encontraba hecha un ovillo en el salón, después de que el maldito de Travis me hubiera tratado peor de cómo trata a las chicas con las que se acuesta; al menos no lo había hecho en público y me sentía un poco aliviada por eso. Pero, aunque así fuera él no tenía derecho de tratarme de esta manera.

No pude soportarlo más y me puse a llorar, era un imbécil, sabía que le gustaba humillar y hacer sufrir a las personas, por eso me había mantenido oculta de él, pero creo que no sirvió mucho.

No debí responderle cuando estuvimos en el laboratorio y tampoco reírme ahora; así esta maldita situación no hubiera ocurrido y yo no estaría en su punto de mira. No entiendo como las chicas de la escuela les gustaba un chico como él; un sociópata a punto de convertirse en un sicópata. Sé que estoy exagerando un poco no voy a negarlo, aun así es un hombre de cuidado.

Me quite las gafas y me limpie las lagrimas con la manga de mi suéter, no podía seguir llorando, no podía demostrarle al muy imbécil que me había lastimado, cuando pase mi mano derecha para limpiar los restos de lagrimas que habían caído por mi mejilla sentí un pequeño dolor en la muñeca y supe que me había lastimado cuando Travis me tiro al suelo, esto no podía estar pasando, el viernes correría y si estaba lastimada lo más seguro es que perdiera, y no quería hacerlo.

Salí del salón y fui a buscar a mis amigas, creo que había pasado mucho tiempo llorando y me había perdido la siguiente clase, así que opte por ir a la cafetería y pedir de una vez mi almuerzo, también pedí el de mis amigas y me senté a esperarlas, saque mi celular para decirles donde estaba y que no se preocuparan por la comida.

Las perras mas sexys:

Yo: estoy en la cafetería ya pedí sus almuerzos.

Vane: ¿qué sucedió? Faltaste a clase.

Jess: querida amiga, voy a asesinarte.

Son muy lindas, sobre todo Jess pero así la quiero, si ellas no estuvieran, seguro mi vida sería peor de lo que es, porque en casa es un infierno con una madre como Savana y aquí, mi infierno personal es con Travis. Me gustaría tanto estrangularlo...

Cuando fue la hora del almuerzo Jess y Vanesa llegaron corriendo, y se porque lo hacían, no era por la comida, era para saber que había sucedido y claro, nosotras no nos guardábamos secretos, así que les conté con lujo de detalles lo que sucedió después de que ellas salieron del salón. Les dije lo que Travis me había dicho y hecho, excepto la parte que tenia lastimada la mano, si Jess se llegara a enterar iría donde estaba Travis y lo golpearía, porque mi muy querida amiga amaba que yo corriera, y no porque le gustara verme casi perder la vida tratando de esquivar a los tramposos corredores, le gustaba que corriera por el dinero que ganaba, y si algo lo impedía que me quedara con el jugoso premio y más si era por culpa del detestable mujeriego, puto y maldito Travis sería peor.

— Es un maldito, pero no te preocupes ya nos vengaremos por lo que te hizo — dijo Jess con rabia en sus ojos apuñalando su comida con el tenedor.

— No podemos hacerlo, se desquitara de nuevo con Sophi y será peor — replico Vanessa dándole un bocado a su sándwich.

— No te preocupes, Vanesa, escuche un rumor de que el muy idiota va a ir a las carreras ilegales el viernes — susurro Jess acercándose más a nosotras y poniendo su mano cerca de su boca para que nadie escuchara.

— Espera eso no puede ser — dije con un poco de nervios.

— No te asustes, solo debemos saber a quién le apuesta y listo, además nadie le gana al demon... — puse mis manos sobre su boca para que no acabara de decir ese nombre, de solo recordarlo me ponía los pelos de punta.

Sexo, violencia y mucho odio. Libro 1 (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora