Capitulo 7

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Travis

— Si, eres una chica y ahora eres mía — dije para después besarla, no podía creer que el maldito demonio negro era una chica y mucho menos que era una chica muy hermosa, tenía unos ojos azules preciosos y una boca rosada con unos labios muy dulces.

Sentí como me mordió el labio y se puso de pie, sus ojos se habían oscurecido, agarro el casco, me golpeo varias veces en el pecho y en el estomago, me tiro el casco y aprovecho que me distraje para atraparlo y me pateo en la entrepierna, caí al suelo de rodillas, entonces me di cuenta porque nadie podía con ese demonio.

— Maldito cabron, nadie me pone una mano encima y mucho menos me besa — dijo dándome otra patada pero esta vez en el estomago, luego puso su pie sobre mi mano que la había apoyado en el suelo — así te quería ver, ahora no eres tan rudo ¿verdad?, le jodes la puta vida a los demás pero mírate, pareces un pedazo de mierda.

¿Cómo carajos sabia eso? Tal vez no me había dado cuenta, quizás estaba interesada en mi desde el comienzo de las carreras y no se había acercado para que no la descubrieran, si ese era el caso entonces le daría lo que quería.

Solté una carcajada de solo pensar en eso, ella se quedo mirándome con una expresión fría, apretó las manos en forma de puño y me dio un golpe en la mejilla.

— Pareces loco, creo que los golpes que te desquiciaron.

— Demonio negro, me rio porque te tengo en mis manos, ¿Qué pasaría si todos se enteran que eres una chica?.

— ¿Me estas amenazando?. — pregunto y sentí otro golpe en mi cara.

— Tómalo como quieras, pero estaba pensando algo, si tu puño izquierdo pega duro, me imagino que el derecho pegara el doble, ¿Por qué no usas tu mano derecha? — era muy tonta, me di cuenta cuando me estaba golpeando con el casco que no uso mucha fuerza y cuando apretó los puños se reflejo un poco de dolor en su rostro.

— Eso no te importa, te golpeo como se me de la puta gana. — dijo y se giro para mirar la carretera — ¡mierda!, tengo que irme.

Cuando escuche que se tenía que ir, me di cuenta que las motos se acercaban, ella intentaba levantar la moto pero la mano no la dejaba, me puse rápido de pie y me acerque a ella.

— Puedo ayudarte, pero tendrás que darme algo a cambio.

— No hago tratos con idiotas.

— Como quieras, tienes lastimada la mano y no podrás levantar la moto.

— Jodete, ese es mi problema.

— La que se va a joder eres tú, sabes que si los otros corredores descubren que eres una chica te obligaran a devolver el dinero que ganaste ¿verdad?.

Giro la cabeza para mirarme, su rostro reflejaba ira pura, esa mirada la había visto una vez y fue cuando mi padre descubrió a mi madre con su amante, me divertía mucho esa mirada, aunque quisiera y lastimara a muchas personas yo nunca había mirado con tanto odio, no sé porque ella me miraba así, tal vez estaba equivocado y no estaba interesada en mí, pero lo que si era cierto es que nunca tuvimos ningún problema, pero hoy cuando llego me hizo esa maldita seña de que me mataría, pero termino metiéndose en la boca del lobo, ahora podría manipularla para poder ganar dinero, ella podría seguir corriendo pero tendría que darme el dinero del premio y si llegara a perder la haría que me pagara con su cuerpo, aunque mirándola bien esa ropa que tenia puesta la hacía parecer chico, tenía que ingeniarme algo para poder quitársela y ya se lo que voy a hacer.

— Has lo que quieras, solo tengo que desaparecer y asunto resuelto.

— No será tan fácil, aunque desaparezcas puedo delatarte.

Sexo, violencia y mucho odio. Libro 1 (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora