Travis
La chica que había traído para llevarme a la cama se había puesto insoportable sacándome de quicio y tuve que sacarla a rastras de la casa para que entendiera que no era mejor que las otras zorras fáciles con las que había tenido sexo antes. No sé porque se ponían en ese plan, tratando de conseguir algo que nunca les daría. Sabían muy bien que solo les ofrecía una noche y aun así se ponían cariñosas tratando de cambiarme.
Eso no iba a suceder nunca.
Nunca cambiaria, ni por una mujer ni por mi padre que ya estaba cansado de mi comportamiento
—Mara, lárgate antes de que me hagas perder más la paciencia —dije y me reí al ver como se desfiguro su rostro por mi forma de tratarla.
Y lo peor, empezó a llorar. Eso me enfurecía mucho.
Las lagrimas de cocodrilo era la cosa que mas odiaba. Me parecía muy patético que una persona recurriera a eso para derretir el corazón de otra. Pero, eso nunca conmovería mi acorazado corazón.
Ya había superado esa etapa de mi vida y no volvería atrás. Me rehusaba a abrir mi corazón de nuevo. No lo haría nunca.
—Eres muy cruel. Me entregue a ti, y ahora me botas como si fuera un pedazo de trapo viejo, Travis —dijo sollozando.
—Nunca te ofrecí amor, solo sexo y aceptaste, ahora largo de mi casa —dije y cerré dando un portazo.
Subí a mi habitación pensando en mi próximo objetivo.
Esto de apostar era muy bueno; conseguía las dos cosas que más me gustaban: sexo y dinero. No precisamente en ese orden. Pero, si dos cosas muy buenas.
Pensé en enviarle un mensaje a mis amigos con la foto que saque de la chica para poder cobrar mi premio, no dejaría que esos dos idiotas me quedaran debiendo. Ya tenía suficiente con mi padre tratando de joderme la vida y no iba a permitírselo. Además, tenía que dormir un poco o llegaría tarde a clases y no podía darme ese lujo, mi padre me había amenazado con bloquear mis tarjetas de crédito si seguía faltando o llegando tarde a la escuela y no podía quedarme sin dinero. No ahora que las carreras eran tan reñidas por culpa de ese jodido demonio.
Mis amigos decían que el dinero es poder, así que tome su consejo y solo me movía si había dinero de por medio. Me gustaba mucho ir a las carreras ilegales y ganar más dinero para poder salir a beber y disfrutar de otros placeres nocivos, no le daba explicaciones a nadie y no me gustaba que me controlaran, pero con mi padre era otro cuento tenía que obedecerle, aunque no quisiera.
No me gustaba quedarme corto porque eso era dar a entender que me controlaban y no me gustaba verme débil ante nadie, todos me respetaban y temían, eso me gustaba mucho, me divertía ver como temblaban cuando aparecía en cualquier lugar y eso era lo mejor de la vida.
Maldije al recordar que ese día seria una tortura ya que me tocaba laboratorio y mi compañera era la nerd fea que no dejaba de joderme la vida para que también trabajara en la hora de clase, de todas las bellezas que había en el salón me toco con ella. Cuando reclame que me cambiaran, la maestra solo había dicho que si no me gustaba mi compañera de clases entonces trabajaría solo y ni de coña haría eso, no me gustaba estar frente a esa perra de maestra barata que se revolcaba con mi padre y le sacaba dinero.
Qué bueno que el viejo entro en razón y la dejo por otra mujer mas buena, una que también era una completa zorra.
Reí.
Todas las mujeres lo eran, unas completas zorras ofrecidas. Por eso era fácil ganar dinero gracias a que me abrían las piernas con mucha facilidad.
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Sexo, violencia y mucho odio. Libro 1 (Editando)
Fiksi RemajaTravis Shaw es un mujeriego que no le importa lastimar a ninguna mujer, hace apuestas con sus amigos sobre que chica llevarse a la cama, solo las usa por una noche y las tira como si fueran objetos inservibles, esto le divierte y se jacta de ser el...