- No entiendo porque te sonrojas tanto. Una chica tan hermosa como tú, ya debería estar acostumbrada a estar rodeada de chicos guapos como yo- dijo el amigo de mi hermano con una sonrisa socarrona, mientras se acercaba lentamente a mí. ¡ESPEREN! ¿ME DIJO "HERMOSA"? oh... si. Si antes mis mejillas estaban levemente rojas, ahora debo ser un tomate con ojos.
Agaché la cabeza, ya que si lo veía a los ojos posiblemente terminaría besándolo.
-De hecho... no -dije con tono apenado.
-No que?
-No estoy acostumbrada -levanté la vista - no soy la persona más sociable o popular. Mucho menos "hermosa" --hice las comillas con los dedos -así que... gracias por el cumplido, pero sonrojarme es algo que no puedo evitar, por más que desee hacerlo.
Dean soltó una pequeña carcajada, la cual logró hacerme reír a mí también. Era realmente tierno cuando reía. La forma en que sus ojos se achinaban, y las comisuras de sus labios se levantaban mostrando su ( varias veces mencionada) perfecta sonrisa.
Se detuvo de golpe y se quedó mirándome fijamente. Aproveché la oportunidad para poder apreciarlo yo también. Recorrí todo su rostro con la mirada y me detuve en sus ojos.
Dicen que los ojos son las ventanas del alma, y si eso fuese cierto... este chico tiene el alma más pura que haya conocido alguna vez.
Su mirada irradiaba ternura y confianza. Tenía un brillo especial, como la de un niño, cuando le dan eso que tanto ha querido. Se puede ver la esperanza y la ilusión en esos ojos. Los ojos que quiero que tengan mis hijos.
- ¡Megan! ¿Aún aquí?. Deberías estar cambiandote para ir con Dean a la tattoo shop -. Dijo Nathan y Dean le sonrió de oreja a oreja. Y yo ni siquiera me había percatado de cuando entró. Definitivamente... le iba a poner uno de esos cascabeles como los que le ponen a los gatos para saber donde están, porque un día de estos me va a matar del susto si sigue apareciendo así de la nada.
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El Tatuador
Teen FictionYo era una chica buena. Nunca hice nada que pudiera afectarme o afectar a otros, mucho menos a mi familia. Pero... al llegar a una nueva ciudad, todo cambia. Nunca creí que podía transformarme tanto simplemente por complacer a un hombre. Mucho me...