Sueños y... ¿nuevos romances?

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Multimedia de Josh😍😍

➡POV Josh

Sábado, 9:37 a.m.
Es un hermoso día soleado y me he despertado del mejor sueño.

Soñé con ella, con Megan.

Soñé que estabamos juntos en clase y luego ibamos a un café. Justo antes del atardecer estabamos en mi casa. Estaba dormida entre mis brazos. No había nada mejor que eso.

Lamentablemente, fue sólo un sueño, pero se sintió tan real. Esa emoción tan inexplicable que únicamente ella podía hacerme sentir.

Debo parecer un completo idiota por enamorarme de ella, aun cuando no sea correspondido pero... es inevitable. Ella es todo lo que un chico puede pedir. Es bella, inteligente, centrada, sabe lo que quiere y es muy divertida.

Más tarde me reuniría con ella y con dos personas más para hacer el dichoso trabajo de la profesora McCoghlan.

Me levanté de mi cómoda cama y bajé a la cocina en busca de algo para desayunar.

Encontré una bolsa de tocino y lo metí al microondas mientras cocinaba un par de huevos.

Era un desayuno nutritivo, ideal para un adolescente en crecimiento como yo. Ya no creces más. Por si acaso.

Hice algunos deberes para las demás clases y cuando me fijé, era medio día.

Corrí al baño a darme una ducha. En algunas horas vería a Megan y debía verme y oler presentable.

Casi una hora después, fui a mi habitación y encontré un mensaje de Gaby.

Al parecer, no podíamos reunirnos en casa de Megan, así que tendrían que venir aquí a hacer el trabajo.

Por supuesto no me opuse.

Posteriormente miré a mi alrededor... todo era un desastre. Tenía al menos media hora para arreglar todo esto.

Busqué una camiseta y unos jeans rasgados para vestirme rápidamente. No se puede limpiar en toalla.

Terminé justo antes de escuchar un par de golpes en la puerta. Eran ellas.

Di un último vistazo. Confirmando que estaba todo en su lugar, corrí a la puerta y al abrir... una Megan con lentes oscuros que cubrían la mitad de su rostro y a Gaby con su característica sonrisa aparecieron saludándome.

Las invité a pasar.

--¿Qué pasó con el otro chico?--indagé al notar que no estaba el compañero de Gaby.

--No pudo venir. Nos dividimos el trabajo, cada quien lo hará por separado--dijo Gaby.

Simplemente asentí y señalé el gran mueble vinotinto en mitad de la sala de estar para que se acomodaran ahí.

Subí a mi habitación a buscar mi computadora y mis apuntes.

Cuando bajé, Megan estaba quedándose dormida sobre el hombro de su amiga.

--¿No dormiste bien?

--Tuvo una noche dura--respondió Gaby.

--Vamos Meg. Vamos a descansar--me coloqué a su lado y rodeé mi hombro con su brazo para levantarla.

--¿A dónde vamos? Debemos hacer el trabajo--dijo con voz ronca.

--Te llevaré a mi habitación para que duermas tranquila. Yo haré el trabajo.

Suspiró. Asumo que la fatiga no le permitía resistirse.

Subí con ella casi alzada y suavemente la acosté. Le quité los zapatos y coloqué las sábanas encima de ella para que se sintiera más cómoda.

Se quedó dormida de inmediato. Se veía tan tranquila, tan calmada. Hubiese hecho cualquier cosa por quedarme ahí con ella, besando cada parte de su piel hasta hacerla completamente mía.

Volví con Gaby quien, sorprendentemente, había comenzado con la investigación para la tarea.

Habían pasado unas dos o incluso tres horas, estabamos sólo Gaby y yo, Megan seguía durmiendo en mi cama y este tiempo pude darme cuenta lo genial que es Gaby, creo que nunca había notado lo linda que se ve cuando sonríe y ella sonríe casi siempre.

Finalmente terminamos el trabajo. Ella propuso ver alguna película y accedí. Le dije que podía poner la que quisiera mientras yo iba por algo para comer.

Tomé algunas bolsas de frituras y por supuesto, palomitas, algunas golosinas y dos refrescos de uva.

Caminé de regreso a la sala con los alimentos y Gaby estaba buscando aún la película.

Me senté junto a ella y dejé todo sobre la mesa.

--¿Aún no te decides por una película?--pregunté burlón.

--Tú tampoco podías decidirte por un solo sabor de papitas--contraatacó--gordito--pellizco mi abdomen.

Hice un gesto de indignación fingida y comencé a hacerle cosquillas.

De alguna forma, terminamos tirados en el piso, ella estaba sentada a horcajadas sobre mí mientras yo estaba completamente acostado en el suelo.

Estabamos jadeando de cansancio, habíamos estado haciendonos cosquillas por al menos diez minutos.

Lentamente me senté, aún con ella sobre mí.

Sus ojos son muy bellos, no podía dejar de detallarlos, a sus ojos y cada facción de su rostro.

Hubo un momento de silencio y lentamente nos fuimos acercando.

Nuestras narices se tocaban y podía sentir su cálida respiración sobre mis labios.

Nos acercamos aún más hasta unirnos en el beso más tierno que haya dado alguna vez.

Nustras bocas comenzaron a moverse al mismo ritmo y experimenté algo totalmente nuevo y diferente. Me gustaba esto.

Continuamos con el beso hasta que un  jadeo cercano a nosotros nos hizo separarnos.

Era Megan. Tenía la boca abierta por el asombro, al igual que sus ojos, que parecían estar a punto de salirse de sus órbitas mientras nos observaban incrédulamente.


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