"¡No soy un playboy!"

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POV Dean 


—¿Nueva novia? — Preguntó Benjamin, el tatuador.

—Ojalá — Contesté con tono burlón, aunque, lo decía muy en serio. En el fondo sabía que haría cualquier cosa por lograr que ella fuera mi novia. 

Megan volteó a verlo y su mandíbula casi toca el suelo. 

La miré de reojo y noté como lo violaba con la mirada. Maldita sea. Desearía que me viera a mí de esa forma.

—Comencemos con el diseño —Dije y creo que me escuché un poco molesto, y es que la verdad si, estaba bastante fastidiado de haber presenciado aquella escena, en la cuál, el amor de mi vida fantasea con el primer 'bad boy' que se le cruza en el camino.

Ya me sabía el proceso de memoria, todo esto era rutinario para mí, hice lo que debía. 

Ahora sólo tenía que aguardar a que Ben terminara su procedimiento de higiene y  así, poder comenzar con su obra de arte.

—¿Te va a doler mucho? — Preguntó con su dulce y tierna voz pero antes de que pudiera contestarle, Ben me interrumpió.

–Por lo general duele, pero creo que nuestro amigo ya se acostumbró al dolor —dijo y me señaló mientras hacia una mueca burlona.

—¿Si duele... Por qué lo hacen? — Cuestionó de nuevo.

-Porque somos adictos a lo que nos lastima — Respondió de nuevo este sujeto, el cuál, comenzaba a caerme mal. 

Ella solo asintió y dirigió su mirada hacia mi dirección y posó sus hermosos y profundos ojos en los míos. Al momento que nuestras miradas se conectaron, sentí una corriente eléctrica recorrer mi columna. 

Llevaba muy poco tiempo de conocerla y, aún así, lograba ese efecto tan desconocido pero... placentero en mí.

Nunca me había sentido de esta forma. Ya que lo pienso, nunca me había enamorado. Si, había tenido un par de novias... bueno, de hecho muchas, pero no viene al caso. Nathan si me había dicho que tenía una hermana, y la ví en algunas fotos que él me mostró, pero eran fotos viejas. Cuando ella tenía unos 13 o 14 años, ya saben, la edad de los pubertos, cuando se está con la cara llena de barros, y por lo general frenillos. Debo admitir que cuando la ví, a pesar de tener cara de niña, porque aún lo era, y con una gran cantidad de imperfecciones, me llamó un poco la atención,  nada más.

 No era la gran cosa. Pero, cuando la conocí en persona hace unos días, por fin pude entender todo eso del amor a primera vista. Me había enamorado de Megan. De la hermanita de mi mejor amigo. De la niña de papi. De la geek. La que nunca hace nada malo. Me enamoré de todo aquello de lo que alguna vez dije que nunca me iba a enamorar. 

Lo daría todo por ella. ¿El problema?. Creo que ya se enamoró del pendejo que, actualmente, perfora mi piel con las pequeñas agujas para dejar un rastro de tinta permanente. ¿Qué tienen las chicas con eso de los tipos malos?. 

¿Será que Nate me ayudaría a conquistarla?.

Es su hermanita, y tu eres su mejor amigo playboy. Es más que obvio que te va a ayudar.

¡No soy un playboy!

¿Ah no? Pregúntale a Ashley, a ver que opina ella.

¿Cuál Ashley?.

Tu polvo de la semana pasada. Eres increíble. Ni siquiera tienes la consideración de recordar el nombre de las chicas con las que estás.

Gracias por lo de que soy increíble pero, ¿de qué sirve saber su nombre si sólo la quieres por unas horas?.

No tienes remedio.

—Dean! Dean! — me llamó la causante de las peleas con mi subconsciente.

—¿Si, mi amor? — puse mi mejor sonrisa provocadora, a lo que ella rodó los ojos.

—Ben me acabó de convencer —lo miró con complicidad y volvió a hablar —Me haré un tatuaje.

Acaso dijo...? Nathan me va a matar. 









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