"Esto sabe delicioso"

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-Ustedes dos no se parecen en nada- mi hermano y yo nos miramos y sonreímos.

-Lo sabemos- dijimos al unísono.

-Bueno Megan, ¿que quieres comer?- preguntó Nathan subiendo el cierre de su chaqueta.

-Lo que sea está bien para mí- Sonreí.

-¿Te gusta el sushi?- preguntó Dean.

-En realidad, nunca lo he probado-

-En ese caso, tendré el honor de invitarte y presenciar tu primera vez- Dijo Dean y Nathan y yo lo miramos raro.

-Eso sonó mejor en mi mente, perdón- agachó la cabeza y salió de la casa- Vamos-Nos invitó haciendo un ademán con la mano.

Subimos al auto de Dean. Él, en el asiento del conductor, Nathan en el del copiloto y yo en el asiento de atrás.

Mientras mi hermano y su amigo hablaban de deportes, yo miraba por la ventana, observando cada una de las edificaciones que se abrían paso hacia nosotros.

Realmente era una linda ciudad y sólo tenía una par de días para conocerla antes de entrar a clases.

-Llegamos hermanita -Dijo Nathan volteando hacia mi.

Estaba tan concentrada en mis pensamientos que no me di cuenta que me estaban hablando.

-¡Hey! ¡Megan! Tierra llamando a Megan -dijo Nathan chasqueando los dedos y Dean sólo reía.

-Eh...?- pregunté volviendo a la realidad.

-¿En que estabas pensando?

-Nada importante-moví la mano restándole importancia.

-dime.

-Nada, tranquilo- sonreí.

-Bueno...? Si no me quieres decir no puedo hacer nada. Vamos, muero de hambre.

Bajamos del auto y entramos al restaurante. Era lindo. El piso era de baldosa negra y las paredes eran de color azul, como celeste. Las mesas estaban decoradas con velas con forma de corales y conchas.

Fuimos hacia una mesa que estaba vacía y nos sentamos.

Llegó una mesera y nos ofreció los menús. Empezó a observar a mi hermano con cara de pendeja, como si él fuera el hombre más guapo que haya visto.

Vamos... a la próxima no babees.

-Entonces, ¿que desean ordenar?- dijo aún con la vista en Nathan.

-Yo quiero un... tekkamaki-dijo Dean.

-Para mi un texas roll- dijo Nathan.

-Yo... no sé. Que me recomiendan chicos?-Pregunté analizando el menú por octava vez.

-Un maki filadelfia para la señorita- dijo Dean entregándole los menús a la mesera.

-Enseguida- dijo y se retiró, pero no sin antes guiñarle un ojo a mi hermano.

-Oye Nate!-dijo Dean atrayendo nuestra atención -Estoy pensando en hacerme otro tatuaje-sacó su teléfono del bolsillo.

-Cool. ¿Que te quieres hacer esta vez?-preguntó Nathan.

-Esto-mostró la pantalla de su teléfono, en el cuál tenía una foto de un cráneo, un poco tétrico a decir verdad, pero estaba lindo.

-Wow. ¿En dónde?-preguntó Nathan.

-Tal vez en el brazo. No sé- respondió encogiéndose de hombros.

En ese momento llegó la camarera con nuestros platos.

-Tekkamaki -puso el plato frente a Dean -Maki filadelfia- este era el mío - y por último texas roll- colocó el plato frente a Nathan y le dió una sonrisa coqueta.

Cuando se retiró, cada uno divisó su comida cuando vimos algo fuera de lo usual en el plato de Nate.

-Qué es esto?- levantó un papelito que estaba sobre su comida. Lo volteó y levantó ambas cejas.

-¿Que es? ¿Que dice?-pregunté curiosa.

-El número de la mesera-miró a Dean y este estaba intentando contener la risa.

Nathan volteó la cabeza y ahí estaba la mesera mirándolo con cara de pervertida.

Así me veo yo cuando veo alguien guapo? Mierda...

-¿De que hablábamos?- intenté cambiar de tema ya que el pobre Nathan estaba todo achantado.

-Del tatuaje-respondió Dean -y de que a tu hermano le quieren dar hasta que no puedo caminar.

Lo miré seria y solo rió por lo bajo.

-Ah si. Y en dónde te lo vas a hacer?- dijo Nathan mientras ponía un pedazo de sushi en su boca.

-Ya te dije. En el brazo.

-No seas pendejo. En que establecimiento...?

-Bueno, a la próxima especifica, idiota-dijo Dean levantando una ceja- me lo voy a hacer en el que queda a un par de cuadras de tu apartamento. Donde siempre-

Estaba mirando mi plato. No sabía si ponerle salsa, dejarlo así, ni siquiera sabía si iba a comerlo.

Vi como Dean tomaba un pedazo de comida de mi plato, y antes de que pudiera reaccionar, tenía la boca llena de eso.

Mastiqué un poco y tragué.

-Wow. Esto sabe delicioso-dije. En serio estaba rico.

-De nada- dijo Dean con una sonrisa de satisfacción en su rostro.

Intenté darle una mirada de enojo, pero no fui capaz y simplemente reí.

-Y... ¿cuando te vas a tatuar?-dije mientras ponía otro trozo de este delicioso manjar en mi boca.

-Mañana. Oye Nate, ¿me acompañas?

-Lo siento. Mañana no puedo. Voy a salir con Lucy.

-¿Quién es Lucy?-lo miré confundida.

-Mi novia. Daaahh- empezó a reir.

-¿Hace cuanto tienes novia?- pregunté asombrada. Nathan no es alguien de relaciones. Él es más "liberal".

-Hace 6 meses hermanita. Ahora cierra la boca que se te va a meter una mosca-sonrió.

-¿Cuando la conoceré?

-N.U.N.CA-dijo pausadamente.

-¿Por qué?-dije algo furiosa.

-Porque quién sabe que tipo de cosas le digas y arruines mi reputación.

-¿Reputación? Ah ok.

-Continuando, Dean... yo no puedo mañana, pero Megan si.

Levanté la mirada al escuchar mi nombre.

-Yo... ¿que?

-Que tú me vas a acompañar mañana a tatuarme.

-¿Yo? Pero yo mañana no puedo.

-Si. Si puedes. No tienes nada que hacer, y Dean necesita compañía así que tú irás- dijo Nathan con ese tono mandón que tanto odio.

No podía negarlo, no tenía nada que hacer asi que solo asentí.
Además, estaría lindo estar a solas con Dean. Realmente me parece guapo.

El TatuadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora