Culpas y corazones rotos.

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➡POV Megan

Eran casi una hora a pie desde el hospital hasta el apartamento de Nathan.

A estas alturas, ya era nuestro apartamento.

No me importó la distancia, la caminé igual.

Necesitaba tiempo para pensar.

Todo había sido por mi culpa. Todo comenzó por mi egoísmo. ¡No creí que esto podía suceder!

El remordimiento me consume lentamente. Dean no merece estar ahí, Nathan no merece sufrir así. La madre de Dean tuvo un ataque de pánico cuando se enteró. Y todo, porque no quería que Nathan se enterara de todo lo que he estado haciendo.

El tiempo se me fue volando y sin darme cuenta ya estaba entrando al ascensor del edificio.

Fui a mi habitación y me tiré boca abajo en la cama. Me giré unos segundos después por la falta de oxigeno.

Todo fue mi culpa.

Esto no hubiese sucedido de no ser por mí.

Soy una mala persona.

Dean no debería estar ahí, yo sí.

Quería hablar con alguien y desahogarme, pero... ¿quién? Solo tenía a Gaby y la traté extremadamente mal la última vez que la vi.

Debía pedirle disculpas pero no sabía como.

"Oye, Gaby. Perdón por ser una completa perra y tratarte de esa forma. Sé que no es tu culpa, es mía por ser una zorra desconsiderada."

Le escribí a Ben. Me dijo que debía trabajar pero, que si quería, podía quedarme allá con ellos, para distraerme un poco.

Me levanté y caminé hacia el baño de mi habitación. Tomé una ducha rápida para quitarme el olor a hospital. Busqué entre mis cosas algo lindo para ponerme y encontré un vestido violeta, ajustado en la cintura, llegaba unos tres dedos arriba de mi rodilla y tenía un escote de corazón que resaltaba mis pechos. Me apliqué un labial nude y, por último, mi perfume favorito.

Salí de casa en dirección a la tattoo shop de Ben. Por suerte, no quedaba tan lejos así que llegué en un abrir y cerrar de ojos.

Saludé a Terence, quien, como siempre, atendía la recepción del local.

Me dio un beso en la mejilla.

--Hueles muy bien-- dijo separándose de mí.

--Gracias--respondí coqueteando un poco con él.

Ben apareció en la sala y me saludó de la misma forma que su amigo.

Su mirada se desvió un segundo hacia mi escote y luego volteó la mirada para decirle algo al otro chico ahí presente.

Sabía que el escote funcionaría.

¿Recuerdas cuando intentaste acostarte con él y te rechazó?

Los colores se me subieron al recordar ese momento tan vergonzoso y tuve que voltear el rostro para que no lo vieran.

Sentí una mano tomando mi brazo. Giré y era Ben, mirándome fijamente a los ojos.

Este hombre está cada día mejor.

Parpadeé un par de veces esperando a que dijera algo.

--Ven conmigo.

Lo seguí.

Fuimos hacia la parte de atrás de la tienda. No podía ver nada basta que Ben encendió una luz.

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