El Tatuador

"Todo estará bien, lo prometo"

➡POV Gaby

Estos dos días solo he podido pensar en lo que sucedió con Megan. Sigo sin entender porqué se comportó así.

Es ridículo.

¿No le gusta Josh pero está mal que yo le guste a él?

Y Josh... pues, hemos hablado. Es un chico dulce pero no creo que valga la pena sacrificar mi amistad con Megan por él.
Debo hablarlo con ella y después lo resolveré.

No sé nada de ella desde esa pelea. No me coge el teléfono ni responde mis mensajes. Me preocupa demasiado.

Últimamente ha estado actuando tan extraño con Nathan, incluso conmigo, esa no es la Megan que yo conozco, es como si esta ciudad la hubiera transformado en una persona completamente nueva.

Y no me gusta esa nueva Megan.

Intenté llamarla de nuevo pero seguía sin contestar.

No me quedó de otra y llamé a su hermano. Debía saber que le sucedía a mi mejor amiga y él era el único que podía aclarar mis dudas.

No podía creer lo que acababa de oír.

Dean estaba en el hospital después de una pelea que tuvieron.

Escuché algo sobre eso en las noticias pero no presté mucha atención. Nathan se escuchaba destrozado.

¡Dios mío! ¡Pobre Dean!

Debía ir inmediatamente al hospital. Le pedí a Nathan la dirección, busqué mi bolso y tomé el primer taxi que encontré para llegar lo antes posible.

Estando allí, corrí lo más rápido que pude hacia la recepción pero antes de llegar, escuché mi nombre.

Giré y encontré a Nathan mirándome desde una esquina. Estaba sosteniendo una taza de café y se notaba muy cansado.

Fui hacia él y lo abracé fuertemente intentando reconfortarlo. Esta debía ser una situación muy difícil para él y no quiero ni imaginar cómo se sentía la madre de Dean.

Por cierto... ¿dónde estaba? No había nadie ahí más que nosotros dos y las enfermeras.

--¿Y la mamá de Dean? -- dije justo después de separarme de Nate.

--Ella aún no ha podido llegar. Vive en Italia y por cuestiones de mal clima o algo así, no ha podido conseguir un vuelo.

--Pobre señora, debe estar tan angustiada.

Realmente sentía pena por ella.

Tomé el rostro de Nathan entre mis manos y lo obligué a mirarme a los ojos.

--Todo estará bien, lo prometo--intenté animarlo.

Él tomó mis manos entre las suyas, cerró los ojos y suspiró lentamente.

--Eso espero.