Abrazos y confusiones

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Corrí lo más rápido que pude hacia la sala donde se encontraba mi mejor amigo

Había varias personas ahí dentro, cada uno haciendo Dios sabe qué, pero todos estaban ocupados moviéndose de un lado a otro.

La expresión que tenían no me tranquilizaba en lo más mínimo.

Gaby se puso a mi lado y me abrazó. Era bueno saber que no estaba solo en esto.

A todas estas... ¿dónde está Lucy?

Esperamos unos minutos hasta que un enfermero salió. Giró hacia la izquierda y Gaby y yo fuimos detrás de él.

--¿Está bien? --pregunté --¿qué sucedió?

--¿Son sus familiares? -- se detuvo frente a nosotros.

--Sí, señor -- respondí. Amaba a Dean, lo consideraba como mi familia, aunque no tuvieramos el mismo apellido.

El enfermero, de no más de 30 años, nos miró a Gaby y a mí repetidas veces. Supongo que no se creyó la pequeña mentira que le dije, pero la preocupación en mi rostro fue suficiente para convencerlo de que no era un simple aparecido que andaba rondando los pasillos del hospital para enterarse del último chisme.

Suspiró.

--Alguien ha desconectado su respirador.

Las palabras que salieron de su boca me dejaron desconcertado.

¿Quién podría hacer semejante cosa?

Me sentía como en una novela de drama, de esas que ven las abuelas antes de que sus nietos lleguen del colegio. Me niego a creer que alguien pueda ser tan malo en la vida real, sobretodo con Dean, él es un chico tan amable y sincero. Y sí, es medio fuckboy, pero siempre ha tratado a las chicas con respeto y siempre quedan en buenos términos, ninguna querría hacerle algo así.

Mil preguntas daban vueltas en mi cabeza.

¿Quién? ¿Por qué?

No tiene sentido que alguien lo haya hecho.

Tal vez el doctor no se lo puso bien y se cayó solo.

--¿Nate? ¿Estás bien? -- preguntó Gaby mientras sacudía levemente mi brazo.

--Sí -- dije en un susurro.

--Te quedaste viendo a la nada. El enfermero dijo que iban a revisar las cámaras de seguridad para saber quién entró a la sala.

Parpadeé un par de veces y fijé mi mirada en la chica junto a mí. La abracé. Me abrazó. Tenerla en mis brazos me hizo sentir tan bien. Era algo diferente a todo lo que había sentido antes.

No sé cómo describirlo. Era algo nuevo para mí. No era como abrazar a una amiga, no se asemejaba en lo más mínimo a lo que sentía cuando abrazaba a mi novia.

Me siento tan confundido. No debería sentirme así, tengo una novia a la que amo infinitamente y quien será la madre de mi hijo, y mi mejor amigo se está debatiendo entre la vida y la muerte, pero aquí estoy pensando en lo bien que me siento mientras abrazo a la mejor amiga de mi hermana.

Estaba tan a gusto que sentí que perdía una parte de mí cuando Gaby se separó.

Su teléfono estaba sonando. Sacó el dispositivo del bolsillo trasero de su pantalón, contestó y se tapó el oído libre con un dedo para escuchar mejor.

Frunció el ceño, me miró y se dio la vuelta.

Al cabo de unos minutos colgó, guardó su teléfono de nuevo en el bolsillo. Su postura se enderezó y se dio la vuelta de nuevo hacia mí. Su rostro no reflejaba nada bueno.

Tomó aire.

--Megan está desaparecida.

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