Capítulo tres: "More lies".

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Emoción. Me llenaba de ánimos al saber que lo vería de nuevo. Aquél intenso sentimiento que nacía en la boca de mi estómago y se esparcía por mis adentros comenzaba a irritarme; no debía alegrarme más de lo que debía significar follar un delicado trasero virgen y ganar una ridícula apuesta. No debía permitir que mis sentimientos por el chico sobrepasaran los límites de mi elocuencia. No quería encarnar sentimientos propiamente afectivos hacia él; no quería dejar que me trajera de vuelta a la vida.

9:30 a.m. Saldría del museo de nuevo, pero necesitaba una buena excusa esta vez antes de que alguien sospechara algo raro. No tenía por qué importarme yo era el encargado, pero de igual forma no quería que Nam empezara a notar algo raro en mí.

-Es el tercer día que te vas del museo a la misma hora. - comentó NamJoon en cuanto le informé que saldría - Cuéntame Min YoonGi. ¿Qué te traes entre manos? - Preguntó acusador - ¡Espera! Lo sé. - dijo mirándome sospechoso - Vas con el chico de la apuesta. - aseguró sonriendo.

Me había atrapado, si, iría a ver a Jimin, lo había visto un día anterior y aun así moría de ganas por verlo de nuevo, necesitaba su presencia, mis ojos necesitaban su imagen.

-Me descubriste. - sonreí -El chico está fascinado conmigo. - comencé exagerando para mostrarle seguridad, y que supiera que sería yo el ganador de la apuesta - No quiere dejar de saber de mí, incluso me ha proporcionado su horario de clases para que lo visite en sus horas libres, pronto despertará en mi cama. - concluí mi alarde.

Era real que me había proporcionado su horario de clases y que me había preguntado cosas sobre mí, simplemente lo alteré un poco para que pareciera que sentía cierto atractivo sexual hacia mí.

-Wow. - dijo con falsa sorpresa - Lo tienes encantado con tu belleza. - se burló.

Por supuesto eso era imposible. Si había algo en mí que pudiera gustarle podría ser mi voz, mi olor, mi presencia, casi cualquier otra cosa, pero no mi belleza. Aquello pasaba completamente desapercibido ante su objetividad.

-De hecho. - hice una pausa, dudé si debía decirle - Estoy seguro de que no es eso lo que le gusta de mí...porque... el chico es ciego. - concluí acremente.

NamJoon volteó a verme acusador. Incrédulo y dubitativo al mismo tiempo.

-Entonces... ¿Estas acosando a un chico ciego? - Preguntó en voz baja a lo que asentí con la cabeza - ¡Estás loco! - Exclamó - ¿Cómo se supone que lo convenzas de acostarse contigo si ni siquiera puede verte? Estás perdido hermano, yo en tu lugar me doy por terminado y empiezo pagando las de hoy. -dijo sonriendo.

-Quien sabe, tal vez pueda hacerlo, no te confíes demasiado. - inquirí misterioso.

Entonces giré mi vista hacia mi reloj de mano y me percaté que faltaban pocos minutos para la hora acordada. Jamás llegaría a tiempo.

-Nam me tengo que ir ya. - exclamé poniéndome de pie para salir aprisa hacia mi auto.

-Suerte. - dijo riendo por mi reacción ante la hora.

Conducía lo más rápido que podía dentro de la velocidad permitida, los semáforos parecían haber sido programados para cambiar a color rojo en cuanto estaba frente a ellos, incluso el sol me jugaba sucio, encandilaba mis ojos obligándome a disminuir la velocidad.

Llegué por fin a la escuela, y no encontraba ningún maldito lugar libre en donde estacionar mi auto. Entré aprisa y me dirigí al sitio en donde debía estar desde hacía ya varios minutos.

-Llegas tarde. - dijo Jimin un tanto molesto - Tengo casi media hora esperándote.

Aún no terminaba de llegar al lugar cuando mencionó esas palabras, me senté a su lado, mi cabello estaba despeinado por haber caminado con tanta prisa contra el viento, pero él no podía notarlo. Coloqué una rosa roja frente a su rostro y esperé a que las facciones de su rostro se suavizaran, acercó su mano despacio y la tomó finalmente.

Con aroma a rosas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora