Capítulo veintiuno: "Sin ti."

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Pude percatar la mirada de Namjoon tornarse de angustia a tranquilidad. No me había comunicado con él desde que salí en busca de Jimin. Pero ahora tenía que asumir todas las responsabilidades que evadí cuando eso ocurrió. Namjoon no tenía ninguna obligación de cubrirme en el museo, y yo no encontraba las palabras para agradecerle que lo hubiera hecho. Caminó hacia mí y me abrazó con fuerza.

"No tienes que decir nada"

Me dijo sin decirlo. Jimin permanecía a mi lado aferrado de mi mano, de pronto sentí que me apretó más fuerte. Momentáneamente pensé que era una reacción de celos, y no me extraña, Jimin está acostumbrado a que toda mi atención es todo el tiempo para él.

-Namjoon es un gran amigo amor – le dije a manera de introducción mientras lo abrazaba fuerte por la cintura – Namjoon, te presento a mi novio – le dije sonriendo.

No tardé mucho antes de llevar a Jimin a la casa de Oliver, que aun muy en contra de mi voluntad, lo dejaría ahí durante todo el día y toda la noche.

No sé como haría simplemente para tragar saliva con la angustia que me daba separarme de Jimin en los momentos más críticos que hemos estado envueltos, quería regresar a mi departamento, meterme a la cama y fingir que él estaba a mi lado y no a kilómetros de distancia.

-¿Qué haremos hoy Yoongi? – preguntó Namjoon con tono divertido cuando faltaban pocos minutos para el cierre.

-¿Qué haremos... de qué? – pregunté dudoso.

Tenía la vaga idea de que se refería a salir como lo hacíamos hasta hace unos meses, pero prefería preguntar, ya que la falta de ánimos para hacerlo me quitaba la seguridad.

-Hay que salir amigo... hace tiempo que no vamos a un buen bar – me animó.

-Namjoon no lo se... es que...

-Dijiste que Jimin se quedará con su amigo esta noche, también toma un tiempo para ti hermano... no harás nada malo – dijo dando una suave palmada en mi hombro.

-De acuerdo – accedí aun pensativo.

Sabía de antemano que no estaba haciendo nada malo con ir por unos tragos a un bar, pero la ausencia de Jimin no me dejaba ni un solo minuto para pensar en otra cosa. Así que empecé a tomar un trago tras otro, mientras la música apenas me dejaba escuchar mis propios pensamientos; era mejor, así lograría despejar mi mente más rápido, y comenzar a disfrutar la noche al lado de Namjoon en vez de simplemente pretender que lo hacía. No obstante, dejarme llevar no era parte de mis planes. No estaba dispuesto a regresar a la vida que llevaba, a las noches en vela consumiendo hasta la última gota de licor, estaba conforme con lo que tenía ahora, y no pretendía echarlo a perder de nuevo orillándome al umbral de la nostálgica tentación de libertinaje.

-No deberías tomar tan rápido– me advirtió Namjoon.

Sonreí y palmeé su hombro con suavidad.

-Todo está bien Namjoon, después de todo... es a tomar a lo que venimos.

Entre cada copa y cada trago, los minutos pasaban más rápido de lo que mi mente podía registrar, entre cada mililitro de alcohol podía comenzar a percibir de nuevo aquella sensación; que no había nada o nadie que me detuviera de continuar con mi ciego propósito de alcoholizarme hasta no saber de mí, quería sentir de nuevo que no tenía ni una sola razón por la que debía evitar llegar ebrio a casa o que tenía que estar en perfecto estado para lidiar con el siguiente día.

-¿A dónde vas? – preguntó Namjoon cuando de pronto me puse de pie.

-Al baño – le dije sin voltear a ver su rostro.

Con aroma a rosas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora