-Cierra tus ojos - me indicó Jimin mientras el viento jugaba sutilmente con su cabello.Obedecí, sabía lo que quería hacer. Debía enseñarme a reconocer las letras con el tacto. Tomó mi mano con cuidado y la colocó sobre el libro.
Mis manos temblaban levemente, podía sentirlo, solo esperaba que él no lo notara y que si lo hacía, no se diera cuenta que mi reacción se debía a su cercanía, el hecho de que tocarlo me colocara nervioso debía permanecer en secreto a mi único conocimiento.
-¿Por qué tiemblas? - inquirió inocente.
-No lo sé. - mentí.
-YoonGi, me gustaría hacerte una pregunta. - pidió Jimin.
-La que sea...
-¿Qué quieres de mí? - preguntó sin rodeos.
-¿A qué...?
-No te quieras pasar de listo conmigo YoonGi, aunque no pueda verte a ti... hay muchas otras cosas que puedo ver claramente. - me interrumpió.
Me aterré, "Jimin descubrió lo de la apuesta" Fue el primer pensamiento que pasó por mi mente. Él sabía que el primer motivo que me acercó a él, fue llevarlo a la cama. Game Over. Era el fin de su compañía, sería la última vez que admirara su sonrisa perfecta.
-Jiminnie no sé a qué te refieres - contesté.
-Es obvio YoonGi, que ya conoces perfectamente el código braille, no me pusiste atención en ninguna sola de mis explicaciones, sin embargo puedes leer cada cosa que te escribo ¿qué quieres entonces? - dijo un tanto indignado.
Respiré, sentí alivio al escuchar su cándido reclamo. ¿Acaso no era obvio? El pequeño Jimin lo sabía, ya lo había descubierto, pero no quería darse cuenta. Es demasiado fuera de lo común que se acerque un completo extraño sin nada más que una estúpida excusa para poder verlo. Ignorando que la intención inicial había sido corromperlo sexualmente.
Era cierto, no sé cómo había notado que no presté atención hacia sus palabras, estaba demasiado ocupado observando sus labios. Pero entonces, ahora sabía que decir.
-Te quiero a ti. - contesté suavizando mi tono de voz.
Me arriesgué, dije la verdad, tenía que tomar esta oportunidad. Sí él decidía alejarse de mí entonces supongo que lo entendería, más no me rendiría. El pequeño se quedó paralizado, no movía ni un solo dedo, únicamente su cabello estaba en ligero movimiento por la suave caricia del viento.
-¿Por qué? - preguntó finalmente.
-Porque eres único. - contesté - Eres maravilloso Jimin, eres hermoso. - concluí.
-¿Por qué debo creerte? - preguntó y tragó saliva duramente.
-Jamás te mentiría Jimin, no me atrevería a jugar con tus sentimientos.
Me sentía hundido por los gritos de mi conciencia. Si lo quería, lo necesitaba, quería hacerle entender a mi mente que la apuesta era un pretexto, pero el saber que existía me hacía sentir una persona sin escrúpulos y por consiguiente; culpable. Si quería convencerlo a él debía convencerme primero a mí.
-¿Por qué?
-Porque te quiero. - respondí sin pensarlo.
Sus ojos se tornaron aún más grandes de lo que son normalmente.
-Creo que tengo que irme. - dijo poniéndose de pie.
-Es más tarde de lo normal, te llevaré a tu casa. - le dije más como un aviso que como un permiso.
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Con aroma a rosas.
FanfictionMin YoonGi se afronta a la reciente muerte de su padre sin lograr superarla fácilmente. Trata de olvidarse de su salvaje vida pasada y adaptarse a su actual sedentarismo como gerente de un museo de arte, contabilizando cada minuto del día y planifi...