No podía levantarme en ese estado, sentía mi cabeza como si fuera a estallar, Taehyung continuaba dormido. Claro, él no tenía que ir a trabajar. Las crudas eran cada vez más constantes, la mayoría de las noches tomaba con Nam y Tae por ellos no había problema. Claro, como me encargaba de los gastos desde hacía ya casi un mes, ellos querían salir a beber todos los días.El día estaba bastante nublado. Había enormes nubarrones amenazantes en el cielo. Lo más seguro era que el museo estaría desierto. Estaba bien para mí. Regresaría a mi departamento temprano, a menos que comenzara a llover cuando tuviéramos visitantes. Entonces sería todo lo contrario. No podríamos cerrarles las puertas hasta que terminara la lluvia o disminuyera en cierto caso.
Y así fue, no teníamos ni siquiera un desbalagado amante del arte recorriendo los pasillos del museo. De pronto sentí mi celular vibrar en el bolsillo de mis pantalones.
-... Hermano, no tienes nada de comida en tu refrigerador. - dijo Taehyung con su voz adormecida.
Tenía razón, últimamente no me había preocupado por abastecerme de víveres o al menos cualquier chatarra para sobrevivir. Mis horas estaban contadas, perfectamente repartidas entre Jimin, Taehyung y el trabajo.
-Ya te llevo algo de comer. - dije saliendo del museo.
Salí del restaurant y la lluvia comenzó a caer deliberadamente sobre mí. Caminé apresurado hacia mi auto y me dirigí hacia mi departamento, cada vez llovía con más intensidad, las gotas perpetuas me impedían mirar con claridad, a pesar del parabrisas que no dejaba de ir y venir sobre el cristal.
Entré al departamento dejando las huellas plasmadas en el suelo, entonces miré el desorden que había creado Taehyung en tan solo un par de horas. Su suéter sobre la pantalla de plasma y su ropa desparramada en la sala, los zapatos en las escaleras, una caja de cereal vacía sobre la barra de la cocina, mermelada sobre el horno... ¿De dónde demonios sacó mermelada? Sé que es imposible, pero incluso miré las paredes en igual de blancas un tono crema y el marrón de los muebles un tanto opaco y sucio.
No quise decirle nada, a pesar de que pensaría que me daría un ataque a mí y a mi desquiciado instinto de sanidad, le entregué el sushi y fui por un paraguas al armario.
-¿Qué hora es Tae? - pregunté mientras me ponía algo de ropa seca.
-La una. - contestó indiferente mientras abría el paquete de comida - Gracias por el sushi hermano. - comentó.
-Lo que sea para mi hermanito. - contesté después de besar su mejilla.
Retrocedí un par de segundos en mi mente para recordar la hora que me había dicho Taehyung: La una... ¡La una! Me había olvidado del tiempo por completo. Corrí al auto y me dirigí a buscar a Jimin, llegué a la escuela pero Jimin ya no estaba ahí. ¿Cómo demonios se había ido? Parecía que el cielo se estaba cayendo, y Jimin se iba a su casa caminando todo el tiempo. Conduje despacio por las calles menos transitadas que llevaban a su casa. A lo lejos miré a alguien entre la brisa y las fuertes gotas de lluvia. Era él. Estacioné el auto y me bajé a alcanzarlo. Abrí el paraguas y lo coloqué sobre ambos.
-¿Quién...?
-Soy yo, YoonGi. - lo interrumpí.
Debía haber confundido mi aroma ahora que estaba empapado y el único olor que posiblemente emanaba era humedad.
-Te esperé. - comentó con sus labios temblando - ¡Esperé a que llegaras pero nunca apareciste! - dijo molesto girándose hacia mí.
El viento comenzaba a soplar con más fuerza congelando hasta al interior de nuestras bocas.
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Con aroma a rosas.
ФанфикMin YoonGi se afronta a la reciente muerte de su padre sin lograr superarla fácilmente. Trata de olvidarse de su salvaje vida pasada y adaptarse a su actual sedentarismo como gerente de un museo de arte, contabilizando cada minuto del día y planifi...