Encendí el televisor en el canal de las noticias, únicamente para continuar con mi tortura, últimamente encuentro cierto grado de masoquismo ante mi aferrada afición hacia una en particular. Siempre miro el noticiero esperando oír cualquier cosa de ello y esta vez lo había logrado, casualmente mencionaron el nombre de algún personaje importante que viajaba en aquél avión durante el terrible accidente. No era noticia fresca, estará por cumplir el año si no me equivoco. El piloto del avión que cayó repentinamente en medio de una tormenta no pronosticada, era mi padre.Mi hermano y mi padre han sido mi única familia desde que tengo memoria, y he tenido que mantenerme fuerte por TaeHyung, desde pequeño he pensado que tengo que persistir a pesar de las adversidades, si no todo lo que me rodea colapsaría. Si no puedo resistir frente a mi hermano menor, entonces ¿qué esperanza tengo de que él pueda hacerlo? Siempre fui el pilar que sostenía a ambos, el más razonable, el más sabio. Ahora solo quedamos Tae y yo, aun cuando él ha lidiado bastante bien con su muerte, siento que hay una parte de él que quisiera morir para no seguir sintiendo ese dolor... posiblemente es eso lo que yo siento; estar muerto sería mil veces mejor que tener que afrontar el hecho de que mi padre ya no está, de tener que sufrir este desgarrador dolor día con día, que trato de esconder y de olvidar.
Parecía ser uno de esos días en los que nada de lo que hiciera lograría levantarme el ánimo. Terminé de vestirme y me dirigí por el sobre azul que guardaba con fichas y depósitos de pago del museo. "Jimin" Su rostro vino a mi mente de pronto. No había pensado en él desde que regresé del museo, mi mente no lograba idear como es que iba a arreglármelas para seducir a semejante chico y más aún para llevarlo a la cama antes del plazo.
Segundo error: Elegir un chico sin experiencia alguna; es decir, virgen. Ignorando el hecho de que el chico también es invidente.
La mitad de cada segundo la dediqué a pensar en su nombre, a visualizar su rostro, a recordar su voz, durante toda la tarde. Regresé a mi departamento sin haber dejado de pensarlo por más de un minuto. Quería sacarlo de mi mente de una vez. Imposible. Me dormí pensando en Jimin, desperté pensando en Jimin, trabajé todo el día pensando en Jimin y me dormí de nuevo pensando en su rostro.
¿Es que acaso me había lanzado una especie de hechizo que no podía sacarlo de mi mente?
-¿Cómo te fue con el pequeño, YoonGi? - me preguntó burlón aquél hombre tentador justo frente a mí.
-Casi es mío - mentí, Nam solamente sonrió - Aún me queda un par de días, además, me diste una semana extra ¿recuerdas?
Abrí mis ojos interrumpiendo así la imagen idealizada por la osadía de mis sueños y el exorbitante deseo de volverlo a ver. Jimin. El chico había volteado mi mundo de cabeza. Busqué de prisa en mi gaveta el programa de aquél día para ver la dirección de la escuela. Ni siquiera había visto la hora, no había abierto las cortinas para percatarme del espesor del día en el que vivía.
¿Qué demonios me estaba pasando? ¡Había desperdiciado varios días! ¡Debía haber ido ahí hacía 48 horas! Estaba dejando que el insignificante encuentro con un chico insolente controlara mis pensamientos y por consiguiente mis actos.
¡Y una abrupta duda me agobiaba! ¿Sería posible que el empeño por ganar la apuesta con Nam hubiera logrado confundir mis propios sentimientos hacia el chico?
Giré con miedo mi vista hacia el reloj. Las seis de la mañana. Perfecto, estaba justo a tiempo para dirigirme a su escuela y encontrarlo antes de que iniciaran las clases.
Era apenas regreso a clases después de las vacaciones de invierno, así que los horarios no se normalizaban aún. Si tenía suerte Jimin tendría libre alguna de las primeras horas.
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Con aroma a rosas.
FanfictionMin YoonGi se afronta a la reciente muerte de su padre sin lograr superarla fácilmente. Trata de olvidarse de su salvaje vida pasada y adaptarse a su actual sedentarismo como gerente de un museo de arte, contabilizando cada minuto del día y planifi...