No razoné el momento en el que las palabras salieron de mi boca. Enseguida pensé que tal vez lo estaba presionando, él no había dicho que quería estar conmigo ahora, simplemente respondía a mis caricias, pero es que el hecho de tenerlo cerca me basta para excitarme, y moría por hacerle el amor.
-Minnie, si no quieres hacerlo, no tengo ningún problema amor, puedo esperar, no quiero presionarte. - dije tomando sus manos.
-¡No!... yo quiero que me hagas tuyo YoonGi... pero siento un poco de... miedo.
-No voy a mentirte, amor.- susurré y besé sus labios - Por más que intente no lastimarte... será un poco doloroso. - susurré a su oído.
-Sé que no vas a lastimarme porque tú quieras... sé que va a dolerme... pero confío en ti y además de que te amo... también te deseo. - confesó tiernamente.
Lo guié a mi habitación, encendí la calefacción por que el clima era bastante frío, y comencé a besar a Jimin hasta llevarlo a la cama.
Bajé el cierre de su suéter y le quité su playera con cuidado, para poder admirar una vez más su hermoso cuerpo virginal, y me excitaba el solo hecho de saber que sería mío. Que al fin el cuerpo perfecto, el que más he deseado tener después de un simple beso, sería mío, y no solo por una vez, estaría conmigo por siempre; me negaba a creer lo contrario. Coloqué mis manos en su cadera para deslizarlas hasta el cierre de sus jeans y acaricié su abdomen.
-¿Está todo bien, Jiminnie? - pregunté en un susurro.
-Sí, amor. - contestó de igual forma.
Me acerqué de nuevo a sus labios, mientras metía mis manos entre sus jeans, lo tomé del trasero y lo pegué a mí, procurando que nuestros sexos quedaran juntos, comencé a acariciar su miembro sobre el bóxer, y pronto comenzó a tener una erección. Aquello era una sensación por la cual mis palabras se quedan cortas al tratar de describir, mi vocabulario estaba falto de letras e ideas que pudieran figurarse a lo que aquella reacción de su pequeño cuerpo le hacía sentir al mío. Lamí sus labios despacio e introduje mi lengua dentro de su boca para jugar con la suya, mis ojos permanecían cerrados, al igual que los suyos; ambos éramos ciegos amantes del momento, mis manos seguían acariciando su cuerpo, seguía estimulando su miembro. El saber que estaba sobre su cuerpo, en mi cama, que él estaba excitado con mis caricias, me hacía sentir aún más caliente, e incontrolablemente feliz. Le quité los jeans mientras sus manos insistentes acariciaban mi piel sin dejar de besar y morder mis labios. Me coloqué de pie y lo halé sutilmente para que quedara frente a mí.
-Jimin... desvísteme tú a mí. - dije despacio sobre sus labios y coloqué sus manos en el primer botón de mi camisa.
Sus pequeñas manos dudosas comenzaron a deshacer despacio cada botón y las yemas de sus dedos conocían mi piel que quedaba al descubierto. Se detuvo al borde de mis pantalones y deslizó sus manos de nuevo hasta alrededor de mi cuello, palpando con paciencia cada centímetro de mi tibio torso que moría por absorber la esencia de aquella cálida piel.
-Tu piel es tan suave. - dijo en un susurro y sus labios me exigieron un beso.
Desabrochó mi pantalón y lo haló hacia abajo para acariciarme por encima de la ropa interior.
-Quítalo... tócame, sin nada de ropa, amor. - dije despacio acariciando su mejilla con mis dedos.
Se deshizo de mi última prenda con lentitud y tragó saliva duramente para regresar sus curiosas manos hasta mis caderas. Sus finas caricias eran tan cálidas y perfectas, pero no había llegado a tocar mi intimidad todavía, seguía tocando mi torso, mi cuello y mi rostro de nuevo.
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Con aroma a rosas.
FanficMin YoonGi se afronta a la reciente muerte de su padre sin lograr superarla fácilmente. Trata de olvidarse de su salvaje vida pasada y adaptarse a su actual sedentarismo como gerente de un museo de arte, contabilizando cada minuto del día y planifi...