Corona Imperial (Wooseok/Seungyoun)

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"Once Upon Of Time Somebody Ran"

Fue en el invierno de sus catorce años cuando Seungyoun conoció a un miembro de la familia real por primera vez.

En realidad, proveniente de una familia noble de terratenientes y obteniendo todos los beneficios que aquello conllevaba, Seungyoun nunca pensó sobre sí mismo como alguien especial. Él era feliz yendo en su caballo a jugar con los demás niños del pueblo y visitando a su mejor amigo Hyeongjun. Jimin, su hermana, continuaba diciendo que Seungyoun y su amigo eran un par de simplones. 

Estaba en lo correcto.

Seungyoun podía presumir de que sus únicos problemas consistían en que, su hermana lo continuara avergonzado con sus mimos exagerados, y la pubertad, todos sus amigos habían desarrollado voces masculinas y grandes cuerpos, por su lado, Seungyoun solo había obtenido lo último, su voz seguía igual de aguda que cuando tenia 10 años y esto lo convertía en el foco de bromas crueles. Desde luego, él no pensó que la lista de sus problemas podría cambiar considerablemente.

Nunca pensó en cuánto podría cambiar su vida debido a él.

Al hijo menor del terrateniente Cho le gustaba el invierno, únicamente porque el bosque se veía incluso más hermoso en esa época, el río se congelaba y sus pies se hundían pesadamente en la nieve.

Además, tenía un lugar especial.

Lo había descubierto tres años atrás mientras escapaba de su hermana y sus extrañas muestras de afecto en público. Recordaba haber estado increíblemente molesto y avergonzado, así que corrió lejos, sin rumbo, lo único que quería era estar solo y no odiar más a Jimin por avergonzarlo desde el día de su nacimiento. 

Finalmente cuando sus piernas no soportaron más, se dejó caer sobre una roca helada, se frotó las manos mientras alzaba la vista hacia la copa de los enormes árboles cubiertos de escarcha, siguió con su mirada los distintos senderos, y más adelante donde su vista apenas podía llegar, descubrió un pequeño lago congelado.

No recordaba haber visto ese lago antes, y dándose cuenta de repente de su entorno, se quedó maravillado por la belleza del lugar. Había corrido tan lejos como nadie se lo había permitido jamás, y por el silencio, estuvo seguro de que nadie visitaba ese lugar en esa época.

Su joven corazón no pudo resistirse a saltar emocionado.

El pequeño Cho jugó todo un día en ese lugar, persiguió a los pequeños animales que se atrevían a mostrarse en invierno, se deslizó por cada una de las superficies congeladas soltando muchas sonoras carcajadas y saltó de un lado a otro sobre los cúmulos de nieve. Y llegada la noche, regresó a su hogar con una enorme sonrisa en el rostro, con varios moratones, y un estómago vacío y gruñón.

Sobre todo, regresó complemente feliz, incluso le plantó un enorme beso a su hermana cuando ella se detuvo frente a él con una sonrisa afligida.

Sus padres no estuvieron tan contentos con su desaparición, pero los regaños y castigos no lograron afectar al pequeño Cho y a su increíble buen humor.

Esa noche en su cama, se había prometido escapar a las afueras de la ciudad cada invierno para visitar el bosque y juguetear cual niño de cinco años.

Y ese era su tercer año en su lugar especial.

Mientras caminaba sobre la nieve, se detuvo y suspiró de buen humor, incluso había preparado su almuerzo en una cesta, y tenía las ropas adecuadas para no lastimarse ni enfermar. Pensó en que su plan era perfecto y sonrió orgulloso, sin embargo, cuando iba a reanudar sus pasos, captó un sonido extraño en la cercanía.