-"Amantes: Mentiras II"-

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Natasha's PoV



— ¿Entonces no vas a volver?— preguntó el hombre de largo cabello oscuro.




— Sabes que mi ego es gigante, y su perdón no fue tan convincente.— me puse de pie, y caminé hasta el desayunador, donde me senté en una de las sillas altas que había.




— El tuyo tampoco.— dijo levantando una ceja.





Puse los ojos en blanco.





— Quiero un chocolate caliente.— ordené.




— ¿Otro antojo, no?— se puso de pie, caminando a la cocina. Yo asentí con la cabeza.— Quiero un "Por favor"— pidió.





— Y una patada en la entrepierna, ¿no quieres?— enarqué una ceja, y él se volteó, dispuesto a servirme.




Habían pasado 5 meses luego de irme de la casa de Steve, pero seguía atada a él.




Estaba molesta con él aún, pero no quitaba que me había hecho inflar; él había puesto a la pequeña persona que vivía dentro de mi, y que me hacía comer como loca.




— ¿Por qué le dijiste que no era su hija?— dijo el hombre de ojos azules, poniendo una taza de chocolate caliente en frente mío.





— Para que le doliera.— dije con voz fuerte, provocando su risa.




— Por eso te quiero.— se acercó y dejó un beso en mi frente.




Fue y se sentó en el sofá con una sonrisa, y yo me volteé un poco para que quedara a mi vista.




— Deberías ir.




— Bucky— le di una mirada asesina.—, debes estar bromeando.




— Vamos, Nat. Hablo en serio. No vivirás todo el tiempo en una mentira, y esa personita algún día pedirá saber quién es su padre.— habló sabiamente.





Yo rodé los ojos, pero sentí un punzón en mi vientre, haciendo que me encogiera y cerrara los ojos.





— ¿Una patada?— preguntó a sabiendas y le asentí con la cabeza.— Se llama karma.— río.



— Maldito idiota, odio cuando tienes razón.— le dije molesta, recuperando la compostura.




— Me agradecerás luego.— me tomó de la mano, y nos encaminamos hasta mi habitación.




— ¿Adónde vamos?




— A hacer tus maletas, hoy vas a hablar con Steve.



* * *



Luego de una hora y media bastante movida- Para Bucky, porque yo me senté a comer chocolates- y estaba lista.




Después de todo, vivir con tu hermano no es tan malo.




— No le recuerdes nada de lo que pasó en tus días de estupidez, cuando estabas con otro, ¿entendido?— recordó nuevamente el plan.




— Sí, ya entiendo.— estaba cansada y enojada.




— Espero que te vaya bien, Nat.— le abrazó y yo le correspondí.




-One Shots 'Romanogers'+-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora