Capítulo Cuatro: The Date.Luego de llegar del colegio, y habiéndose sentido extraña todo el día tras no ser acosada por Steve Rogers, la más joven de la familia Romanoff se encontraba buscando prendas en su armario.
—Mamá, ¿cuál me quedaría mejor?— le muestra a su madre entre los dos vestidos que había elegido.
—Está frio afuera, ¿por qué no mejor te pones unos pantalones?
—Estaré dentro. ¿Cuál es mejor?— insiste.
—¿Adónde irás?— pregunta señalando el vestido que sostenía en su mano derecha.
—Steve me invitó a un café.
—¿Steve?— levanta una ceja.
—¿Steve? ¿Quién es Steve?— su padre pregunta saliendo de la cocina.
—Es un amigo de Natasha, del que te hablé ayer.
—¡Mamá!— se queja su hija.
—¿Qué? Yo también merezco saber quién entra a mi casa— dice su padre tratando de contener una sonrisa—. Y este tal Steve, ¿es sólo un amigo?
—Ah, ustedes son terribles— masculla la muchacha y va a su habitación.
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A petición de ella se encontrarían en el lugar, así que cuando entro y comenzó a buscarlo con la mirada el castaño dejó de respirar por un momento.
Nunca la había visto vestida de esa forma, y eso le llamaba la atención.
—Hola— saluda con una pequeña sonrisa sentándose frente a él.
—Pensé que no vendrías— se acomoda en su silla riendo un poco.
—Tenía que estar segura de que esto no fuese una trampa— con elegancia se retira el abrigo que llevaba.
—Todavia no me crees.
—No realmente.
—¿Qué tengo que hacer para que me creas?— pregunta acercándose a su rostro. Ella se queda inmóvil en su lugar, ninguna emoción reflejándose en su rostro. Luego levanta el menú de la mesa y lo posiciona en medio de ellos. El ríe.
—Nunca había venido aquí antes— dice sin quitarle la mirada al menú.
—Es muy bueno. He venido muchas veces antes con mis amigos.
—Si por amigos te refieres a novias has venido bastante aquí entonces— le escucha decir en voz baja.
—¿Acaso estás celosa?— pregunta con diversión.
—¿Por qué debería estarlo?— responde desafiante. No sabía si le excitaba o le molestaba la actitud de la pelirroja.
—Quizás yo debería estar celoso— se recuesta en su silla y dice con naturalidad—. He visto la manera en la que te miran los chicos en la escuela, principalmente Thor. ¿Es tu novio?
La pelirroja se tensa.
—Él es sólo un amigo.
—Son peligrosamente cercanos para ser 'sólo amigos'.
—Tú tienes amigos por toda la escuela y no me ves a mí insinuando algo.
Touché.
Ríe sin creerlo.
—¿Sabes lo que vas a pedir? Te recomiendo el café au lait.
—Yo no tomo café— anuncia dejando el menú en la mesa. Él la mira incrédulo.
—¿Por qué aceptaste una cita a un café entonces?
Natasha suelta una pequeña sonrisa divertida.
—Esto no es una cita. Y me pareció interesante ver tu reacción cuando te lo dijese.
Steve suspira con enojo.
—Admítelo, tienes una imagen hecha de mí que te imposibilita ver lo que realmente soy.
Ella enarca una ceja y sonríe por lo bajo.
—¿Qué es tan gracioso?
—Pensaba que se te era imposible el hablar con retórica— ríe—. Al parecer no sé mucho sobre ti.
Steve niega con la cabeza, tratando de ocultar su sonrisa.
—Voy a pedir chocolate caliente, ¿qué vas a pedir tú?
—Lo mismo— asiente con rapidez—. Iré a pedirlo— le sonríe y corre a la caja registradora.
Aquello no había sido tan malo.
•
En la noche, y luego de mucha insistencia en saber su número, Natasha Romanoff se encontraba hablando con Steve Rogers.
Rogers >
Hoy 12:22 AM
Me gustó mucho salir conmigo hoy. ¿Ves que no una mala persona?
Admito que fui grosera contigo, pero eres muy fastidioso y te lo merecías.
Me gustó haber salido contigo también.
Leído a las 12:26 AM¿Quieres que salgamos otra vez? Podemos hacer algo diferente
Eso lo discutiremos luego, Rogers.
Está bien, está bien
Dejaré que duermas, ya es tarde
Adiós.
Leído a las 12:31 AMDejó su celular a un lado y miró al techo de su habitación.
—¿Qué estas haciendo, Steve Rogers?