La Apuesta

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Capítulo Dos: Expensive Mistakes.

1-Hacer que Natasha Romanoff se enamore de ti.

2-La nerd no puede saber sobre la apuesta.

3-Salir con la nerd al menos cuatro veces a la semana. Algunas citas serán dichas por nosotros.

4-Hacer que la nerd pierda la virginidad.

5-Romperle el corazón a la nerd.

Mira al papel hecho por Clint y los demás con disgusto, ¿a eso se había rebajado?

No podía comenzar a enumerar todas las cosas que estaban mal con el dichoso plan pautado por su grupo. ¿Y acaso no se sabían su nombre? La chica era llamada Natasha, no "la nerd" como tanto repetían.

Respiró otra vez con enojo. ¿Por qué mierda había accedido a hacer eso? Cien mil dólares los podía encontrar con facilidad, sino su padre siempre estaba allí para tenderle la mano.

Dobla el papel con cuidado y lo guarda en el bolsillo de su chaqueta. Se supone que la chica tendría que venir a buscar sus libros en cualquier instante, por eso la esperaba.

Al verla entrar al pasillo se arregla el cabello y se siente ligeramente nervioso. Se acomoda el abrigo y la ve abrir su casillero.

—Hey— dice con voz profunda.

Ella apenas lo mira. Le sonríe forzadamente y se va por donde vino.

Aquello no sabía salido bien.

Durante las dos siguientes horas comenzó a pensar en cómo podía conseguir la atencion de la chica. Por Dios, era Steve Rogers, podía conseguirse a quien sea.

Frotándose el rostro decide mirar el horario de la muchacha una vez más; Clint se había encargado de imprimir una copia para que supiese a todas horas donde se encontraba. Incluso tuvo el atrevimiento de cambiar su hora de educación física para que estuviera con ella.

Para cosas así su cerebro siempre estaba en marcha.

Camina al gimnasio ganando las miradas atentas de los demás estudiantes. Se para en una esquina, esperando a que la pelirroja llegase así comenzaría su juego.

Casi se da la vuelta y deja el lugar cuando la ve entrando en pantalones cortos y una camiseta blanca.

Demonios, aquella sí que era una vista. ¿Quién hubiese pensado que Natasha Romanoff se vería tan bien en ropa deportiva?

Sonríe y trata de acercarse a ella, pero el profesor hace su silbato sonar y todos se acercan al frente en un círculo.

Al estar con sus ademas compañeros, y teniendo a la pálida mujer en el frente, ve que no es el único que la mira de una manera no tan inocente. ¿Y quién los podía culpar?

Continua observándola hasta que ve a alguien posar su mano sobre el hombro de la chica. Ella voltea y sonríe con amplitud al ver al rubio que la saluda.

¿Qué hacía Thor allí? ¿Y qué hacia saludando a la nerd? ¿Acaso le había pedido que le hiciera la tarea? Todas esta preguntas rondaron por la mente del joven, pero sobre todo quedo cuestionándose porqué ella se veía tan a gusto con el chico.

Thor Odinson era nada más y nada menos que el capitán del equipo de football de la escuela. Un australiano que media algunos siete pies a los ojos de Steve. Aunque no podía decir que el chico era presumido–no había conocido una persona con la cabeza tan bien puesta como él en su vida–, odiaba toda la atención que obtenía. Y eso parecía ocurrir con Natasha.

Respira profundo y comienza a caminar hasta la pelirroja una vez más, pero ella ya esta hablando entretenidamente con los miembros de su equipo. ¿Aquello sería tan difícil de lograr?

Decir que ese día consiguió nada era una forma adecuada de poner la situación. Ya quería darle un premio a Natasha Romanoff por ser la única mujer que no le había prestado atención.

Tras repasar en su mente lo que quería hacer luego, guarda su celular en su bolsillo y se acerca a su forma caminando por el pasillo.

–Hola— sonríe de manera encantadora. Si la chica se resistía a eso tendría que empezar a pensar en otro plan.

—¿Qué quieres? ¿Crees que no me he dado cuenta de que me estás siguiendo toda la semana?— suelta y él se sorprende.

—Só-sólo quiero ser tu amigo— dice ahora riendo un poco sin poder creerlo.

La ve suspirar y murmurar en frustración. Luego se va caminando hasta su clase y Steve Rogers ya no sabe qué hacer.



Le parece inquietante cuán interesados están sus amigos por saber cómo iban las cosas. Sobre todo el dichoso Clint.

Siempre recibía mensajes de él dándole ideas o frases para decirle a la chica así sucumbiera a sus encantos. Los cuales, por cierto, no estaban funcionando de ninguna forma.

Ya estaba casando de perseguirla y que ella le dijera un insulto bien articulado o simplemente lo ignorara, tal y como hacía en ese momento cuando da la vuelta a otra esquina cuando lo ve al frente. ¿Por qué tenía que ser tan difícil?

Con el ánimo en el piso se acerca otra vez a su casillero, el cuál visita tres veces por semana en busca de ella.

—¿Algún dia dejarás de ignorarme?

—Sólo cuando dejes de actuar como un tonto— le responde sacando un beanie azul y poniéndoselo con cuidado. Ya casi era hora de que se marchara.

—¿Actuar como un tonto?— masculla—. Si solamente quiero conocerte más.

—¿Por qué te empeñas tanto en ser mi amigo? ¿Justamente ahora, cuando ya casi saldremos de la escuela?— enarca una ceja y lo mira de frente.

Aquella era la conversación más larga que había tenido con ella. Esto era una victoria.

—Me pareces interesante. Quisiera saber más sobre ti— pone cara adorable y ella niega con la cabeza.

—Deja de seguirme, Rogers— sentencia cerrando su casillero con un bang, luego camina hasta la salida.

-One Shots 'Romanogers'+-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora