-One Shots 'Romanogers'+-

Fresh Petals and Rain

¡Feliz Pride! 🏳️‍🌈

Como es Pride Month me gustaría hacer publico que apoyo al 100% a las personas LGBTQ+, y aunque no soy parte de la comunidad, como persona, ser humano viviendo en el planeta tierra junto a ustedes creo que es mi deber elevar la voz y decir que no es un pecado o un acto ilícito amar a la persona que quieras, sin ver sexo, orientación sexual, raza o religion. Amor es amor después de todo.

Espero que se encuentren a salvo en estos tiempos de incertidumbre.

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Natasha todavía seguía temblando luego de dos horas envuelta en una manta que Kelly le había ofrecido al verla entrar, y sus mejillas rojas indicaban que eso de dar un discurso bajo la lluvia no había sido conveniente.

Wanda la abrazaba con fuerza a su costado, sintiendo cada vibración de su cuerpo en el suyo. El shock de ver a su amiga llorar frente a ella por primera vez aún no se había ido, y en parte por eso no se atrevía a hablar por temor a ser preguntada la razón de sus acciones.

Frota su cabello y la pelirroja suspira, disfrutando el calor que le otorgaba la castaña.

—¿Te gustaría usar una de mis camisetas mientras meto tu ropa a la secadora? No quiero que te pongas peor.

Romanoff asiente lentamente y se pone de pie, siendo encaminada hasta el baño. Allí Wanda busca alguna ropa suya que sabe que le podría servir, encontrándose con una blusa XL que usaba para dormir con un pequeño, diminuto arcoíris sobre el pecho izquierdo.

Remueve la manta con cuidado, la piel de Natasha viéndose más pálida y sintiéndose más caliente de lo normal. La ve temblar cuando levanta su vestido ahora húmedo, evitando con todo su ser quedarse contemplando su sostén blanco que parecía ser muy pequeño para sus grandes tetas, y la viste con su ropa delicadamente, como si estuviera tratando de no herirla.

Envuelve nueva vez la manta entre su pequeña figura y deja un beso en su mejilla cuando termina, caminando hasta el sofá y recostándose junto a ella como antes.

—¿Quieres que llame a tu padre para que venga a buscarte?

—No— responde en voz baja, negando también con la cabeza.

Había dejado de llorar cuando Wanda le ofreció entrar a la casa, y su voz sonaba más ronca que de costumbre, y no se había detenido a pensar en cómo esto le estaba afectando cada vez que abría la boca. Suspira y la abraza más de cerca, su respiración chocando con su cuello.

—¿Tienes hambre? Ya son las nueve, es algo tarde.

La chica se distancia de su agarre y ve por la ventana, todo viéndose oscuro afuera.

—Creo que sería bueno si me marchara— se levanta del sofá y deja la manta atrás, buscando sus zapatos por la habitación.

Su mirada choca con los tulipanes que había traído y sus ojos se llenan de lágrimas otra vez. Wanda se levanta con rapidez y envuelve sus brazos sobre la más pequeña, que respiraba con dificultad en su pecho.

—Quédate esta noche. No sé si mis padres volverán, pero no les importaría que estuvieras aquí— se separa de ella y la mira a los ojos.

Luego de la sorpresa de verla llorar, le dejó desahogarse por unos buenos 10 minutos antes de formular una disculpa ella misma en cambio, cosa que al parecer funcionó porque la pelirroja miró con atención sus ojos mientras sorbía su nariz cada tanto.

También, aprovechó ese instante para grabar egoístamente en su cabeza la imagen inocente y humana de Natasha, la cual sabía muy bien que tenía pero que no había tenido el honor de ver antes. Trató de enmarcar en su cerebro lo claros que se veían sus ojos, el leve temblar de sus labios, cómo sus pestañas parecían más largas, y simplemente el aura general de tristeza en ella que le parecía fascinante a la castaña ver.