I Know You Want Me

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•Come on and hunt me•

No vio a Natasha el viernes, por eso decidió irse a casa temprano en la tarde. Sharon se encontraba acostada en el sofá leyendo una revista.

—Pensé que te vería en la noche— deja su Entertainment Weekly detrás y se levanta—. Te iba a preguntar si querías ordenar tailandés.

—Sólo tengo que llenar unos papeles. Prefiero hacerlo aquí— miente, besando su frente cuando se acerca.

Sabe que decirle que le es aburrido trabajar cuando Natasha no está a su lado sería algo malo, y no quiere empezar una pelea con ella.

—Grace vendrá a cenar luego de la universidad. Dice que tuvo un examen de biología ayer y tiene mucho de que hablarnos— ambos ríen.

Grace era la hija de Sharon. Eso le había sorprendido sobre ella cuando se conocieron seis años atrás, porque tenía veintinueve años de edad, y Grace acababa de cumplir trece. 

También fue lo que le agradó sobre la rubia, que a pesar de quedar embarazada siendo una adolescente, y estar a punto de comenzar la universidad, pudo conseguir becas y graduarse en el top diez de su clase de medicina. 

Cuando se lo había dicho no pudo evitar pensar en Natasha, siendo la más joven de su clase y graduándose con el mejor puntaje de su universidad. Nunca se lo había comentado a Sharon. Era mejor así.

—Estaré en mi oficina si me necesitas— se apresura a tomar sus folders de la mesa.

—Haré galletas luego. ¿Te llamo?— pone una mano en su cadera y le sonríe desde la isla de granito.

Pobre Sharon— piensa—. Pobre insípida y tonta Sharon.

Le gustaba, sí. Era hermosa e inteligente. Le agradaba a todo el mundo y era una excelente madre. Pero era tan blanda. Era tan no Natasha.

—Esperaré con ansias— le sonríe devuelta y esto complace a la rubia. Camina por el pasillo hasta su oficina y cierra la puerta. 



Si no trabajaba los sábados, usualmente se la pasaba con Bucky y Darcy si ambos no estaban ocupados, o veía un documental sobre el océano en la sala. Grace le invitaba al parque de vez en cuando, y Sharon ocasionalmente tenía tiempo para ir con ellos.

Ese sábado sería la fiesta de su trabajo, y no se dio el lujo de estar nervioso. 

Natasha le había escrito a las siete en la mañana, preguntándole a qué hora sería apropiado llegar. No le molestó la hora del mensaje y le respondió luego de tres minutos, recordándole de que siempre llegaba a los eventos elegantemente tarde, una costumbre muy Romanoff.

No se molestó mucho en arreglarse con sofisticación, y encontró unos pantalones negros para acompañar su camisa amarilla de Yves Saint Laurent. Cuando se mira en el espejo piensa que se ve como una de esas celebridades surcoreanas de mitad su edad que Grace conocía. Se peina el cabello hacia atrás.

Al llegar al edificio donde la fiesta estaba en marcha, sus compañeros de trabajo le reciben amenamente, dándole una copa de algún licor de inmediato. Sabe que la necesitará para cuando Natasha haga presencia. 

-One Shots 'Romanogers'+-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora