-One Shots 'Romanogers'+-

-"The Best Way To Forget"-

Natasha's Pov

"No debiste venir, Natasha" la voz en mi cabeza decía una y otra vez.

Pero era la verdad, ¿Por qué había aceptado venir a una fiesta, de Tony Stark, sintiéndome tan miserable?

Supongo que todos sabemos cómo son las fiestas del genio, pero también supongo que quise venir para distraerme un poco de mi situación sentimental.

— Malditos sentimientos.— murmuré en voz baja.

Estaba sentada en el sofá en forma de "L" que tanto me gustaba, por alguna razón su color me agradaba, y era muy cómodo para dormir cuando me pasaba de tragos. Tenía las piernas cruzadas y los brazos de igual manera sobre mi pecho, viendo como todos bailaban y bebían como si no hubiese mañana.

"Dios, Natasha, se supone que eres tú la que tiene que estar animando esta fiesta y bebiendo como loca" seguía reprochándome.

— Hola, hermosa.— Wanda vino, con un vaso en su mano, y arregló mis piernas, de modo que pudo sentarse cómodamente en ellas.— ¿Estás bien? ¿Por qué no estás bebiendo y bajándole el ego a Tony?

Puse los ojos en blanco y la empujé de encima mío.

— No vengas a molestar.— le regañé y me crucé se brazos nuevamente.

— ¿Es por Brook?— preguntó a sabiendas, levantando una ceja.

Volteé la mirada.

— Vamos, Nat, no dejes que esto te baje el animo— dijo sentándose un segundo a mi lado.— Iré a buscar otro trago, ¿quieres uno?— se levantó, pero la frené, tomándola por el brazo con firmeza.

— Estoy a punto de salir por esa puerta.— tenía unas ganas inmensas de llorar, pero era muy buena actuando, y nadie se dio cuenta.

Wanda hizo una mueca de entendimiento, y caminó hacia Laura y Pepper, que bailaban con los demás en la fiesta.

Me acomodé en el sofá nuevamente, tomé mi celular y vi la hora: 12:20.

Respiré profundo; no podía seguir en esto.

Miré al frente y a los lados; nadie estaba enfocado en mi, excepto uno de los amigos de Tony, que me miraba algo extraño, hasta se podría decir que pícaramente.

Me levanté algo provocativa del sofá, tomando mi celular conmigo, y con la cautela y precisión que había adquirido en mis años de bailarina, salí por la puerta, bajando las escaleras rápidamente.

Cuando estuve fuera de la enorme mansión Stark, que ahora resultaba ser sólo de Tony, caminé un poco por la urbanización cerrada.

La esquina donde estaba la mansión del egocéntrico, ahora de 23 años, era una calle cerrada. A un extremo se encontraba la casa de Tony, y casi en el frente, otra casa inmensa, casi igual a la del castaño. Pero justo en el centro, en la esquina cerrada, un pequeño parque agregaba un toque divertido a la muy moderna, costosa y elegante urbanización.

"Justo lo que necesitaba" pensé caminando hacia el lugar, con las manos dentro de mi chaqueta de cuero.