Post Civil WarOmnisciente
Parte I
El director de S.H.I.E.L.D. había recibido una llamada que lo puso alerta, y listo para actuar.
Los vengadores se encontraban en la Torre, realizando sus tareas básicas.
— Amor, ¿y si vamos a la casa de tus padres, y hacemos una parrillada? Ya quiero ver a mis suegros— le comentó el millonario dueño de la Torre de los Vengadores a su novia.
— Tengo mucho trabajo— dijo simplemente la rubia, sirviéndose un poco de agua.
El hombre gruñó.
— Todas las veces que quiero hacer algo siempre hay una excepción— se quejó.
— Bien, escucha— miró dulcemente al filántropo—. Removeré algunas cosas de la próxima semana, y podremos ir, ¿te parece?— propuso.
No le agradaba el plan, pero no le podía decir que no a la CEO de las Industrias Stark.
— Está bien.
Ella sonrió, y dejó un corto beso en sus labios.
La pelirroja del grupo venía entrando a la cocina en busca de algún bocadillo.
— Tony, ¿le podrías decir a Steve que su traje ya está limpio? Lo trajeron hoy— pidió la mujer de ojos azules.
Él rió algo intrépido.
— Que vaya la arañita. Seguro le gustará estar con él algunos minutos— ambos miraron a la pequeña y letal mujer, que hizo caso omiso.
Se volteó y vio a la pareja.
— Está bien— aceptó la rusa, caminando hacia el pasillo.
El genio abrió los ojos sin creerlo.
— Voy a morir— supo de inmediato.
Cuando Natasha estuvo frente a la puerta del Capitán, pensó en tocar, pero luego vio su vestuario.
Había estado durmiendo hace unos minutos, por eso llevaba su pijama; que consistía de un pantalón corto y una blusa con tirantes finos. Además, iba sin sujetador.
No podía presentarse así frente al Capitán América; el hombre más dulce e inocente de todos, y...
¿Qué demonios le pasaba? ¿Desde cuándo pensaba en la manera que debía vestirse para agradar a un hombre?
Se dio una bofetada mental, y tocó débilmente la puerta.
— Hola, Nat— saludó él con una sonrisa.
No parecía estar durmiendo, ya que llevaba una de esas camisetas que se ajustaban a su torso, haciendo parecer que tenía más pechos que ella.
— Pepper dijo que tu traje está limpio, ya puedes pasar por el— informó algo seria ella, cosa que confundía a Steve.
— Am, claro... Gracias.
Ella le sonrió un poco, y se volteó, lista para caminar a su habitación, pero la tomaron de un brazo, empujándola hacia atrás.
Luego, sintió unos cálidos y fuertes brazos abrazarla.
— Te extrañé cuando estuviste en esa misión— habló el castaño a su oído.
Natasha, Clint y Tony habían sido enviados a una misión especial, la cual tardó más de lo previsto- cinco días para ser exactos- pero llegaron sanos, aunque con algunos moretones y rasguños, a la Torre.
— Gra... Gracias, Rogers— dijo ella sin creerlo.
— ¿Te gustaría ir a ver una película?— se separaron, y el Capitán posó sus azules ojos, sobre los verdes de ella.
— Em...— lo pensó durante unos segundos, hasta que pensó en que debía ser feliz de una buena vez—. Me gustaría— aceptó con una sonrisa.
La sonrisa de él se ensanchó más.
— Nos vemos en la noche entonces.
— Bien, Capitán— se despidió la rusa, dándole un beso en la mejilla.
Caminó hasta quedar fuera del alcance del hombre, con una gran sonrisa en su rostro.
No sabía lo que vendría luego.
Ya estoy devuelta... ¡Hola!
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-One Shots 'Romanogers'+-
FanfictionHistorias cortas Romanogers y otros ships de Marvel.