Parte IIOmnisciente
Sabían que cuando Fury los citaba a una reunión de emergencia, era porque algo muy bueno, o algo muy malo pasaba.
— Les tengo una misión— avisó el jefe.
Todos se le quedaron mirando, esperando a que dijera lo que pasaba.
—... Pero, puede ser una misión suicida— continuó diciendo.
— Como casi todas las que hacemos— opinó La Viuda Negra.
— Digamos que... Esta es algo complicada, y extraña.
— Bien, Fury. Nos empiezas a asustar, ¿qué pasa?— preguntó ansioso el genio.
— Un enemigo de una cuidad bastante oscura y extraña va a atacar, y no se detendrá en sólo esa cuidad, ya que, si es necesario, atacará al mundo para conseguir lo que busca— informó el hombre de tez oscura.
— ¿Y quién es ese enemigo?— le tocó preguntar al arquero.
— Eso no se los puedo decir ahora, pero tienen que entrenar bastante para esta misión...
— ¿Cómo se supone que entrenemos para atacar a alguien que desconocemos?— el Capitán preguntó desde una esquina.
— El gobierno de Los Estados Unidos quiere que los ayudemos— agregó el director, obviando la pregunta de Steve.
— La última vez que intentamos acordar planes con el gobierno, pasaron varias cosas— la bruja escarlata miró a sus amigos y compañeros.
— Pero esta vez será diferente, Wanda. Amanda Waller me contactó, ella es la directora de A.R.G.U.S. que es como un S.H.I.E.L.D. del gobierno— dijo el director, captando la atención de todos—. Su plan fue reclutar a personas muy malas que pueden hacer el bien, y lo hicieron una vez por su cuidad, pero esta se les escapa de las manos.
— Y es ahí donde entramos nosotros— dijo Tony a sabiendas.
— Exacto, Stark.
— Entonces, ¿trabajaremos junto a unos convictos, para salvar, no sólo a su cuidad, sino que a la Tierra?— cuestionó lo rusa, tratando de entender.
— ¿Cuándo comenzamos?— dijo Thor con ánimo, mientras sus compañeros lo miraban con rareza.
— Alístense, Vengadores. Amanda Waller viene esta noche desde Midway City con su grupo. Quiero que los entrenen hasta el día de la misión— exigió Fury.
— ¿Midway qué? Eso suena muy de cómics— opinó el millonario.
— Pedí que se alistaran, no que opinaran— lo miró de mala manera el hombre con el parche—. Ya se pueden ir.
Así como entraron, así salieron los Vengadores de la oficina del director de S.H.I.E.L.D.
La pelirroja iba caminando por el pasillo, y vio la hora en su reloj de muñeca: apenas las 6:45, por lo que tenía tiempo para arreglarse para su cit...