-"Tutora"-

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"Él, el típico chico rudo y despreocupado"
"Ella, aplicada pero con carácter"
"Él quería aprender"
"Ella estaba dispuesta"
"Él jugaba"
"Ella le seguía la corriente"
"Él se enamoró"
"Ella seguía jugando"

Omnisciente

Natasha Romanoff era la típica estudiante universitaria; aplicada, ocupada, educada, pero sobre todo, con un carácter fuerte que delimitaba espacios.

Steve Rogers, el chico despreocupado de la clase. Aplicado, pero sin ningún interés.

Ambos amigos, cursaban el último año de Medicina y Arquitectura, respectivamente. Se encontraban cada receso, y un beso en la mejilla como saludo y despedida siempre fue eso; un saludo y una despedida.

«»

La pequeña pelirroja llegaba corriendo al café de las afueras de la universidad, así calentarse un poco del frío de mediados de otoño.

Pidió un simple café negro, y se sentó en una de las mesas desocupadas.

Se sentía orgullosa de haber completado el examen de hoy con la nota máxima, y ser gratificada por aquello.

Sonrió un poco, y se llevó la taza a los labios, viendo como un grupo de personas conocidas entraban al lugar.

— ¡Hey, Nat!

Sabían que tenía problemas de sensibilidad en los oídos, pero siempre salía sin audición si estaba con ellos.

Hola, amigos— les respondió en español mientras se levantaba y abrazaba a cada uno.

— Eh, déjenme a mí primero. Yo le puse ese apodo— exigió el castaño.

— Bien, Steve. Ven aquí— extendió sus brazos y se puso en puntas lo más que podía, para así poder alcanzar el torso del muchacho, que la rodeó con sus musculosos brazos y luego plantó un beso en su mejilla.

— ¿Cómo estás, Nat?— preguntó con interés el mismo mientras se sentaba con ella.

— Estoy feliz. Saqué una nota perfecta en mi examen— notificó ella alegre.

Sus amigos rodaron los ojos.

— Dime algo que no sepa— dijo irónica Pepper.

Natasha rió un poco, ya que no le quedaba opción. No era secreto que era la mejor estudiante de su grado, y Tony el mejor.

— ¿Saben qué? Jódanse— contestó aún riendo.

— Iré por un café, ¿te compro algo?— preguntó el castaño poniéndose de pie.

Ella le mostró la taza por la mitad, y él asintió con la cabeza, caminando a barra.

— Y, ¿cómo está Brock?— preguntó Wanda, levantando las cejas.

— Él está bien. Muy bien— respondió la rusa con una pequeña sonrisa.

— ¿Decidió comprar el restaurant?— le tocó decir a Clint.

-One Shots 'Romanogers'+-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora