Amor Decidido

Capítulo 17

Todavía no creo que conociera la familia de Bruno, estoy alegre y relajada, fue anoche que sucedió ese gran avance en nuestra relación, después de a haber salido de la casa de su padre y despedirnos de ellos, Bruno me trajo de vuelta a mi departamento y lo hice quedarse, nos quedamos durmiendo en el sofá, por estar hablando, riéndonos, besándonos, cantando hasta que luego nos venció el sueño dejándonos a los dos en el sofá. Abro los ojos despacio, la claridad me golpea cada vez que intento abrirlos más, lo logro pero cuando pienso levantarme del sofá algo me lo impide, percibo que Bruno me tiene abrazada mientras su cara está relajado durmiendo. No dejo de mirar sus parpados, sus cejas pulidas y su cabello jugando con su frente por pequeños cabellos acariciar su frente, es irresistible no sonreír y acercar mi frente con la suya para luego darle un beso sobre sus labios y verle no darse cuenta de ello quedándose igual de dormido, levanto su brazo que me tiene abrazada con cuidado para no despertarlo llevándolo a su pecho.

Cuando logro salir del sofá siento que me duele el cuello, la próxima no dormimos en el sofá, de camino a la habitación muevo mi cabeza de un lado a otro para relajar mi cuello adolorido, entro al baño para darme una ducha fría, durante minutos, me cepillo mis dientes mientras al terminal de hacerlo escucho que tocan la puerta y deseo que no sea mi padre, mucho menos mi hermano porque no quiero que sepan aun lo que tengo con Bruno, creo que no me siento preparada, mucho menos que nos sorprendan hoy.

Al llegar a la sala de estar con mi toalla alrededor de mi cuerpo y mi cabello lavado suelto, veo un par de ojos mirarme y yo solo me siento intimidada, veo a Bruno con la mano en la puerta apretándola con fuerza mientras mira a Jeick con ganas de matarlo mientras Jeick no me quita los ojos de encima, los ojos de Bruno demandan furia con solo tener que mirarlo, en su mano derecha forma un puño y trago saliva disimulada para no poner esto más incómodo de lo que es.

─ ¡Jeick!, ¿Qué haces aquí temprano?─ le pregunto impaciente mientras me aseguro que la toalla no se me caiga, eso sería el colmo de los colmos, eso es como decir que el día no estaría a mi favor.

─Lo mismo pregunto─ espeta Bruno molesto viniendo en mi dirección y rodear mi cintura como protector.

─Antes no te molestaba que viniera a cualquier hora, pero desde que estas con este tienes que darme un horario para visitarte─ me dice molesto, lo miro molesta e ofendida por lo que ha dicho, su actitud me desconcierta, él nunca ha sido así conmigo.

─Un horario no estaría nada mal─ le dice Bruno con su mandíbula tensa, miro a Bruno con reproche.

─No seas así Jeick, te pregunto porque tenías días sin venir a verme y ahora me sorprende verte, podría ser algo malo─ le digo mirándolo e soltándome del agarre de Bruno para acercarme a Jeick.

─No esperaba que te estuvieras acostando con él─ me dice con furia, bajo la mirada ofendida no pude notar lo rápido que Bruno pasó por mi lado para convertir sus manos en puños y darle un fuerte puñetazo en la cara a Jeick, hizo que Jeick perdiera el equilibrio, no tardó su nariz brotar sangre, Jeick fue hábil al componerse de lo sucedido y le pegó un fuerte puñetazo a Bruno en su abdomen haciéndolo quejarse pero Bruno tuvo la revancha con darle un gancho izquierdo dejando a Jeick fuera de combate. Este es el momento en el que todo se mueve menos yo, mi apartamento dejó de ser...para ser un círculo de pelea, de cuando acá.

─ ¡Ya basta! POR FAVOR─ grito de preocupación mientras veo a los dos hombres que quiero de diferentes maneras pelearse por mí, dejan de hacerlo mientras del enojo que siento y preocupación, un par de lágrimas bañan mis mejillas por la impotencia, ellos se percatan de ello preocupados como a la vez culpables.

─Lo siento Keyli─ se disculpa Jeick con sinceridad en lo que su cara está toda golpeada, mis ojos se topan con los de Bruno que me mira avergonzado, Jeick se acerca y planta un cálido beso en mi mejilla para luego verle salir del apartamento cerrando la puerta y yo quedándome sola con Bruno, miro a mi acompañante con enojo mientras me seco las mejillas mojadas con la palma de mi mano.