Capítulo 40

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Después de que comiera con mis padres los llevé a casa y retorne a la casa de Bruno. La verdad es que me siento relajada desde que mamá me dijo que la quimioterapia está funcionando que ni siquiera y lo agradezco no le e dado mucha ronda en la cabeza a lo que me dijo la zorra de Kristy, menos el puñetazo que recibió de mi parte.

Hay acciones en la vida que te hacen retractarte, pero no me retracto de haberle dado un buen merecido puñetazo a pesar que mis nudillos gritaron al dar el golpe. En primer lugar se lo mereció por insinuar algo con Bruno, en segundo lugar quiso herirme de una forma muy fea y eso no se lo iba a permitir.

Cuando me detengo en su casa veo que también el viene llegando, salgo del auto y me dirijo a la casa, abro la puerta con la copia de la llave que me dio y entando ya adentro me dirijo a la cocina a tomar un poco de agua.

Sirvo el agua en un vaso y miro por la ventana pequeña de la cocina hacia el jardín adonde puedo ver a Rocky durmiendo en su casita y me parece de lo más adorable. Cuando escucho pasos que son ya bien conocidos dejo de mirar y al voltearme Bruno me observa y suspira.

-Te estuve llamando- me habla algo molesto.

-Lo sé- le admito sin titubeos, lo que le sorprende.

-Me puedes explicar porque me rechazabas las llamadas- me dice esperando respuestas.

-Adivina- le aliento al tomar un poco de agua y poner el vaso encima de la encimera bajo su atenta atención, sus cejas están fruncidas.

-La última vez que me rechazabas las llamadas, fue cuando te cabreaste muy fuerte conmigo- me dice y es cierto, fue cuando tuvimos nuestra pelea más grande por la misma persona que recibió un buen golpe de mi parte.

- ¿Por quién fue la pelea?- me escucho preguntar mirándolo directo a los ojos.

-No me digas que...

-Si, justo en la clínica me la encontré y no se detuvo a insinuarme que tienes bonitos labios, ¿A qué se refería con eso?- trato de no molestarme, en verdad, pero los celos y viendo a Bruno tragar en seco me confirma que ella no mentía en algo y el no me comentó nada, lo que en si me lleva a cabrearme.

- ¡Mierda!, esa mujer tiene serios problemas- espeta molesto y sonando frustrado, me mira a los ojos- Ella me besó, sólo fue apenas un roce de labios porque la aparte y le dejé bien claro que no quería volver a verla- me confiesa y pongo mis manos en jarras procesando esa información.

- ¿Cuándo fue eso Bruno?- le pregunto sin dejar de mirarlo, lleva una de sus manos a su cabello.

-Fue después que creí que te perdería por culpa de ella, fui a decirle que lo mejor sería que atienda a papá en su consultorio y no en la casa, porque eso te estaba molestando y por razones que confirmé con ella intentarme besar que era cierto- me explica, suspiro porque me está siendo sincero.

-Bien- digo.

Ahora hay un detalle que hará que los papeles se inviertan en este momento, yo pasaré hacer el y el yo. Es una locura pero es así, estuve pensando mucho en algo mientras comía con mis padres y aunque suene loco es lo mejor.

-Me iré a mi departamento- digo, me ve con los ojos como platos.

- ¡De ninguna manera Ness!- me dice renuente- Si es por lo que te habrá dicho esa posoñosa, no lo harás, me asegúrare que no vuelva a fastidiarte- me dice y quiero reírme literal, parece que mis labios le demuestran eso porque me da una cara de confusión.

-De molestarme no creo que lo haga- le digo levantando ambas manos, se me queda mirando.

-Que hiciste Keyli Ness- suena más que una afirmación que una pregunta, eso indica que me conoce muy bien. Eso me recuerda a mamá, suele decirme lo mismo que me acaba de decir Bruno. Le enseño mis nudillos al levantar mi mano, sus ojos van de mis nudillos a mis ojos sin creerlo.

Amor DecididoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora