Keyli Ness:
Fuerte de caracter, amorosa, fastidiosa, trabaja muy duro, grandiosa arquitecta y espontánea, su vida cambiara aun giro sorprendente cuando conoce al atractivo Bruno Collins.
Bruno Collins:
Decidido por lo que le intriga, atractivo, curi...
Acabo de llegar a el terreno para ir directo adonde está Bruno, antes de llegar a su lado unos de los trabajadores me pasa el casco y me lo pongo enseguida en la cabeza, en el momento que me acerco Bruno tiene su vista en mis planos así que le toco la espalda para que se dé cuenta de mi presencia.
─Por fin llegas─ me dice de mal humor así que lo miro con los ojos en blanco.
─No tengo la culpa que el tránsito de hoy fuera tremendo─ le digo excusándome.
─Apuesto que si te hubieras levantado más temprano no hubieras pasado por eso─ me dice en el momento que sus ojos se posan en los míos.
─Claro, porque yo predico el futuro─ le digo fulminante y verle asombrado por mi respuesta.
─Pensé que eras educada─ me dice molesto.
─Y yo pensaba que eras respetuoso─ le espeto sin más mientras empezamos a mirarnos en guerras con las miradas fulminantes para ver quién gana.
Llega unos de los trabajadores que nos mira a ambos sin saber que hacer ya que Bruno y yo nos miramos con ganas de matarnos, Bruno y yo lo miramos al mismo tiempo.
─ ¿Qué quieres?─ le dice molesto Bruno.
-solo quiero decirle que tengo que ir a la ferretería por unas herramientas que necesitamos, los demás seguirán con su trabajo.-dice el pobre hombre, que le sucede a Bruno, si tuvo algún problema fuera del trabajo no tiene por qué traerlo aquí para pagarlo con los demás.
─Puedes irte y no te retrase─ le dice para luego el hombre asentir e irse.
─Hablas de educado, creo que eres más ogro de lo que imaginé─ le digo, me alejo de su pésimo humor para no contagiar mi estado de ánimo, espero que cuando vuelva ya esté mejor.
Una hora después decido caminar hasta adonde él para decirle que me iré, en realidad no tengo que quedarme tanto tiempo, debo dejar a los trabajadores para que hagan las cosas sin temor hacer tanto tiempo observados, veo a Bruno con una funda de cemento abierta y cuando llego a su lado me mira con mala cara.
─Solo vine a decirte que me iré y vendré mañana, cualquier cosa me llamas─ le digo quitando mi casco y mi cabello caer a mis hombros.
─Está bien mal educada, cuando llegues a tu casa busca google─ me dice y frunzo el ceño.
─ ¿Para qué quieres que busque google?─ le pregunto confusa.
─Para que busques el significado de una persona educada para que la pongas en práctica─ me dice cuando se le nota una sonrisa de diversión pero la mía es nada agradable.
─Y tu deberías buscar el significado de la palabra irrespetuosa y la palabra ogro que es igualito a ti─ le digo pero al hacerlo tira cemento en mi ropa así que lo miro asombrada ya que mi pantalón no es jean azul, ya es blanco.
─ ¡¡Me ha ensuciado!!─ exclamo tosiendo por el polvo que me provoca el cemento.
─Fue sin querer─ me dice travieso, se da la vuelta para verle alejarse.
Ahora me encuentro en mi departamento sin dejar de estornudar por el cemento que calló encima de mi cuerpo, el causante que me a dado gripa, pero si esa fue su forma de vengarse por su mal humor, la mía no será nada agradable, escucho la puerta que la tocan, me dirijo a ella para abrirla, la abro e veo a Sammie con una caja de pizza en las manos así que le sonrío y la dejo pasar para luego cerrar la puerta, cuando me dirijo a sentarme en el sofá con ella me salen tres estornudos repetidos, llevo de inmediato el paño a mi boca y mi nariz.
─Está enferma─ me dice.
─Me ha dado gripa por el maldito ingeniero─ digo con el paño en mi nariz, me mira confundida.
─ ¿Qué hablas?, eso es el virus que anda─ me dice cogiendo un pedazo de pizza.
─Que virus ni nada, él maldito ogro me tiró cemento encima con el pretexto que fue sin querer─ le digo molesta, con el sólo hecho de recordar a ese imbécil sonreír divertido, me gustaría devolver el tiempo sólo para hacerlo viceversa.
─ ¿Pero porque hizo eso?─ me pregunta asombrada, deja de comer como si esta conversación es lo más interesante.
─Tenía un humor de perros, me habló de mala forma y tú sabes como soy yo que no me gusta que me hablen de mala forma si no he hecho nada malo.
─Ya me imagino todo─ dice riendo.
─No te rías Samantha, no sabes lo que he pasado, todavía siento ese polvo en mis fosas nasales y sin contar el hecho que tuve que lavar mi cabello─ le digo señalando mi pañuelo que está en una de mis manos.
─Lo veo no estoy ciega keyli, solo no le hables cuando este de mal humor, te has encontrado uno igual que tú─ me dice y quiero golpearla.
─Fue él quien empezó primero, que querías, que me quedara como tonta aguantando sus sarcasmos y su pésimo humor─ le digo molesta.
─Solo decía, mejor te haré un té─ dice levantando las manos como una defensa mientras la veo irse a la cocina.
─ ¿Cómo te fue en tu cita?─ le pregunto.
─Fue agradable, se portó todo un caballero, por fin una cita que valga la pena, espero que la próxima salida que tenga con él sea mejor─ dice sonriendo.
─Eso me alegra, solo conocerlo sí─ le digo sonriendo.
─Pues claro.
─Anoche como te fue con Jeick─ me dice.
─Muy bien─ le digo sonriendo, le veo servir el té caliente en una taza y verla venir a traérmelo, lo cojo y le doy un sorbo, manos benditas de mi mejor amiga, el té está delicioso.
─ ¿Te besó?─ me pregunta burlona, me quemo la lengua con el té.
─Estas demente, somos mejores amigos─ le digo mirándola asombrada.
─Lo que digas Keyli, lo que digas─ me dice riendo.
─Sabes perfectamente que yo veo a Jeik como un hermano no lo veo con ojos de tener una relación con él─ le digo para hacerla entender, si me pongo a contar las veces que hemos tenido ésta conversación Samantha se gana un Oscars.
─Está bien, solo me burlaba─ dice sonriendo.
─No vuelvas con ese tema otra vez por favor─ le digo alcanzando el control de la televisión, enciendo la tv y empiezo a tomar de mi té.
─Está bien─ dice exasperada─ bueno, no crees que el mal humor del ingeniero fue porque tu no le aceptaste la invitación a desayunar─ me dice, la miro.
─No lo creo, por eso no tiene derecho a hablarme como lo hizo, que no le aceptara una invitación no tiene derecho a tratarme como lo hizo─ le digo pensando.
─Pues te has encontrado un hombre con tu mismo humor, solo no le des mucha importancia a lo que te dice, porque por lo que veo no vendrás con gripa de su parte si no también muerta─ dice.
─No me quedaré con esta Sammie, ya veremos quién es mejor de los dos─ digo sonriendo con malicia y ella me mira sonriendo como si estuviera leyendo mis pensamiento y como si las cosas se tornaran nada buenas.
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