Epílogo

1.4K 64 5
                                        

Nunca imagine que mi vida en estos últimos meses me enseñara tantas cosas bonitas, aprendí muchísimas cosas, aprendí a tener fortaleza y fe sobre la enfermedad de mamá, aprendí a confiar en el amor, aprendí que no hay algo más hermoso que la familia, que escuchar un te amo de una pequeña niña te haga sentir importante, que al acariciar a un perro, sientas más que un vínculo amoroso. Aprendí a ser fuerte, que las sorpresas y desafíos que te da la vida, es para eso mismo, hacerte más fuerte de lo que tu misma crees, que siempre teniendo el apoyo de las personas que te aman, te hacen sentirte seguro y protegido. Que no hay algo tan hermoso que amar y ser amado sobre todas las cosas. No importa cuántas pruebas desafiantes te lleguen, siempre termina y traen frutos, en mi caso, todo eso ahora lo veo, todo está como quería que estuviera, bien y seguro.

Nunca imagine que estuviera preparándome para casarme con el hombre que amo, el hombre que me enseño tantas cosas sobre mi que desconocía, quien fue mi apoyo incondicional en cada una de mis malos momentos. Quien mientras solo quería llorar, me decía las palabras adecuadas para sacarme una sonrisa y hacer el momento sumamente memorable en mis pensamientos y experiencias. Un hombre que me ama con todos mis defectos, que cuando no creí conocer el amor, el llego para demostrármelo con ganas y amor. Siento que cada mujer del mundo merece a un Bruno Collins en su vida.

Admito que antes de conocerlo, en realidad solo me enfocaba en dos cosas en mi vida, la salud de mi madre y mi trabajo, el trabajo era mi escape cada vez que sentía que el mundo se me cerraba literal, no me enfocaba en mi, que podría tener una vida, quizás conocer el amor. Podría decir que fue mágico que Robinson se acercara aquella vez para proponerme ese trabajo con Bruno, diría que fue el destino, porque conocer a Bruno ha sido una de mejores cosas que me ha pasado en la vida, llego en el momento correcto, llego en el momento en el que sin darme cuenta siquiera, necesitaba enfocarme en algo más que trabajo y hospitales. Llego para darme preciados momentos y eso siempre se lo voy agradecer.

Ahora mientras soy ayudada a vestirme en una hermosa novia, vistiendo un precioso vestido de seda blanco largo y que resalta muy bien mis curvas, con un encaje justo para hacer suspirar a cualquier mujer que esté a punto de casarse. Mis precioso zapatos de tacón fino, de un color tan blanco que tuvieras miedo que algo pudiera dañarlos. Llevo un maquillaje tan deslumbrante que hace que mis ojos se vean mucho más grises de lo que alguna vez pudiera haber imaginado. El hecho que Bruno se hiciera cargo de que hasta maquilladoras profesionales vinieran hacer de mi cara presentable, es algo demasiado bueno. Tengo un hermoso peinado recogido que hace que el escote del vestido sea vea deslumbrante. Mientras me veo en el espejo tengo esta ansiedad de felicidad, y unas profundas ganas de derramar unas lágrimas como si la emoción que siento no la pudiera contener.

Me toco el velo y veo a mamá a través del espejo que me mira con ojos de felicidad contenida y unas ganas fuerte derrame lágrimas, Pero Sammie divertida le entrega un pañuelo para que se las seque, pero diría que sería de forma hipócrita en ese ámbito de querer llorar porque ella al verme veo que se lleva las manos a las esquinas de sus ojos y seca con delicadeza sus lágrimas de orgullo al mirarme.

─ ¡Dios estas tan hermosa!─ me dice sonriendo y se acerca, quiero derramar lágrimas pero me da una mirada de ojos abiertos─ No te atrevas arruinar ese precioso maquillaje o tendremos problemas mujer─ me regaña y rio mientras la veo sonreír─ Verte vestida de blanco es como un sueño Keyli, estoy tan feliz por ti que todos mis huesos lo sienten─ me dice al abrazarme y yo corresponderle.─ Te amo demasiado hermana, y te prometo que con ese hombre con cuerpo fogoso serás feliz y me darás sobrinos bonitos─ eso ultimo nos hace reír como nunca.

─Que hermosas palabras Sammie, siempre te superas, también te amo, nunca lo olvides pendeja─ le digo sincera y esta vez la que se acerca es mamá, me ve con demasiado amor.

Amor DecididoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora