Amor Decidido

Capítulo 33

Lo más difícil que he pasado en mi vida aparte del secuestro, es haber estado en interrogatorio en la justicia sobre el caso que pasé, fue muy difícil narrar todo el suceso y lo que pase en esos tres días que quedarán marcados en mi mente toda la vida. Fue de gran ayuda que Bruno estuviera a mi lado, espero que Jeick sea llevado a juicio rápido, Santiago me explicó que la corte me enviara una cita de audiencia para avisar la fecha. Lo que más me emocionó fue iniciar a trabajar y continuar lo poco pendiente que tenía que hacer, como el diseño de aquel hotel antiguo que trato lo mejor posible que el diseño sea mucho más interesante y llamativo como para imaginarlo en mi mente hecho. En la empresa me sorprendió la gran bienvenida que me hicieron, mi oficina tenía muchos arreglos de flores e incluyendo aperitivos, esto fue por mis compañeros de trabajo y mi jefe quienes estuvieron al tanto de lo que me sucedió.

Necesito estar segura que estoy pisando tierra firme, siento que lo estaré después del juicio, no puedo evitar este escalofrío al salir del hogar, tengo esta extraña sensación de querer estar atenta a mis alrededores, es como un auto defensa de protegerme. Antes de salir pienso cosas positivas para no aterrarme, hasta ahora he sabido mantener mis emociones bajo control sobre ello.

Tener a Bruno en mi hogar ha sido muy bueno, pero ayer le di la idea de que podríamos estar en su casa para que Rocky esté con nosotros, mi apartamento no es pequeño, pero sería incómodo para el perro y no lo sometería a privarse de su libertad a como está acostumbrado, ya sé lo que se siente no estar en el lugar que quieres estar o estás acostumbrado, no pude evitar pensar en eso ayer mientras me arreglaba. Por esta razón no me sorprende el hecho que Bruno este recargado en su auto esperándome en el estacionamiento de la empresa en la que trabajo, se siente demasiado bien verlo, eso es más que amor que siento por este hombre.

Si yo estoy algo cuidadosa a la hora de salir, Bruno está peor con su paranoica, no quiere dejarme sola ningún momento y eso ha sido una de nuestras pequeñas discusiones que se han llevado a cabo cada vez que quiero salir él se pone más tenso de lo que yo debería estar. Entonces cuando le pregunto que si tiene algo que comentarme me lo niega y eso abre otra discusión sobre su actitud. Lo amo pero a veces suele sacarme de quicio.

─Disculpe, creo que usted hombre guapo está en el lugar equivocado─ me escucho decir cuando estoy lo suficiente cerca, sus ojos me encuentran y no me pierdo la sonrisa extrovertida que me da.

─Disculpe bella dama, pero este hombre guapo como usted halaga está esperando a una hermosa mujer con unos ojos que derriten mis pensamientos─ me dice tomando mi mano y acercándome a su cuerpo, paso mis brazos alrededor de su cuello y mi cartera le queda en el centro de su espalda.

─Debe ser una mujer afortunada─ le digo sonriendo mirándolo.

─Lo es, y qué coincidencia─ me observa─ ¡Esos bonitos ojos son los suyos!─ me rio por su total asombro siguiéndome el juego.

─ ¡Vaya!, cuanta coincidencia─ se ríe antes de besarme y aferrarme a él dejándome llevar por esos besos que me encantan de su parte. Sus besos son castos y tentativos mientras me besa, luego sus besos van a todo mi rostro provocándome una leve risa que hace que sus hoyuelos salgan a base de una sonrisa.

─Que te parece la idea de salir hoy a comer algo delicioso─ me sugiere sin soltarme con sus brazos alrededor de mi cintura.

─Eso se escuchó genial, pero me gustaría elegir el lugar─ le digo emocionada, estoy pensando en un lugar que estoy segura que Bruno no ha ido y que seguro no pasa por su mente que comeremos, ansío comer tanto eso. Me encanta la idea de sacarlo de su zona de confort.

─Lo que mi chica quiera─ dice al besar mi mejilla, nos separamos y rodeo el auto para entrar, en el momento que estamos dentro me abrocho el cinturón antes de mirar a Bruno que acaba de encender el auto.