Amor Decidido

Capítulo 48

En serio tenía una idea de cómo podría ser el día de la inauguración, pero que fuera así tan despampanante y algo intenso. En la entrada de la empresa de licor está repleta de fotógrafos y prensas, que incluso tengo más nervios de lo que podría imaginar, aún seguimos en el auto y solo se ven los flashes de las cámaras que están aturdiendo a todos los invitados a la celebración que llegan. Como es de noche la decoración principal de la entrada es muy luminosa y en verdad no se ve mal. Veo que acaba de llegar Robinson quien solo saluda y rápido se escapa de todas las preguntas que le hacen.

Miro Bruno que tiene la mandíbula algo tensa al ver a su padre, llevo mi mano a la suya y le dedico una sonrisa tranquilizadora que agradezco que lo haga relajar.

─Ahora te hare la misma pregunta que me hiciste antes de salir─ le hablo y me mira divertido.─ ¿Estas listo?─ le pregunto sonriendo.

─Nací listo─ me responde seguro antes de apagar el motor del auto y disponerse a salir, lo veo venir a mi puerta y todas las miradas de todos los presentes se centran en sus movimientos hasta llegar a mi puerta y abrirla, me ofrece su mano con una sonrisa y entrelazo mi mano con la suya antes de salir de auto siendo recibida por muchas cámaras que me obligan a bajar la mirada o me dejaran ciega.

─ ¡Bruno Collins!, esta emocionado por inauguración─ le preguntan mientras el amable y muy atento de mi me protege de todos ellos sin parecer descuidado.

─Lo estoy─ es lo único que responde mientras nos hacemos paso.

─ ¡¿Quién es la bella dama?!─ le pregunta otra persona.

─Es mi prometida─ le dice y es ahí cuando empiezan a llover las preguntas y Bruno se dispone rápido a guiarme lejos de ese alboroto, no dejo de sonreír, es la primera vez que Bruno se refiere a mi como su prometida y es algo que me recuerda que pronto estaré casada con el.─ Y esa sonrisa tan bonita─ me dice sonriendo y mis mejillas se tiñen de rojo.

─La que sueles provocar tu─ le digo por primera vez tímida.

─Y lo voy hacer siempre─ me dice sincero antes de que estemos por fin adentro y mi boca se abre por la hermosa decoración en el lugar. Pero no es solo eso que me impresiona, es que mi diseño cobro vida en cada parte del lugar y esto es justo para sentir mi corazón cálido por hacerme sentir tan orgullosa de mi misma.

Hay muchas personas prestigiosas bien vestidos y tomando una copa de vino mientras nos hacemos paso. Algunas personas se nos acercan porque conocen a Bruno y no dejan de felicitarlo y hacerles preguntas, y es cómico ver las caras de las personas o mujeres que dejan muy en claro que les atrae Bruno, ponen unas caras cuando se enteran que soy su prometida y por si fuera poco miran mi mano en busca de una prueba que lo confirme, lo que se llevan una enorme sorpresa ver que llevo un anillo que lo grita bien alto literal.

Cuando visualizo a mi familia y veo lo hermosos que están a una corta distancia y que a pesar que ellos están muy entretenidos charlando y ver a Sammie reír con Leo de algo que le susurra, me hace sonreír como una niña feliz. Justo en ese momento me pregunto, porque estaba tan nerviosa con algo que solo me iba a hacer sonreír toda la noche.

─Que grato los ojos que te ven Bruno Collins─ dejo de ver a mi familia cuando escucho a alguien a hablar, cuando mis ojos la miran ella me evalúa de pies a cabeza, es una mujer que no había conocido y que deja muy en claro que le sorprende verme de la mano de Bruno. Cuando pasa un camarero con una bandeja de bebida tomo una copa y doy un sorbo muy tranquila, Bruno me dedica una sonrisa con una ceja enarcada.

─Hola María─ el le saluda educado.─ Te presento a mi prometida Keyli─ me presenta y ella me da una sonrisa más falsa que hasta un idiota se daría cuenta, por lo que se la devuelvo igual, hipócrita no he sido desde que nací.