Capítulo 26

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Cada día es un reto, todos estos días he tratado de equilibrar mi tiempo y en realidad me siento estresada, simplemente es como he pensado, retos cada día para ver si logro romperlos, lo más doloroso de todo es ver a mi madre tratando de comer pero vomita en unos minutos, más delgada de lo que se podría decir que estuvo hace meses atrás, su cabello ya no está, se cubre su cabeza con un delicado gorro de lana, su mirada es caída y sus ojeras son las causante de ver su preocupación y dolor al mismo tiempo, a veces pienso en tener el súper poder de saber que piensan las personas y para saber lo que piensa ella con respeto a su salud, pero por otra parte es como si mi propia mente descarta esa posibilidad errónea, tengo miedo también de saber lo que pasa por su mente y no poder con ello en mi interior.

Mi familia está pendiente de todo, ahora estoy más en casa de mis padres más que en la mía, mi abuela está en punto que hasta tomarse un jugo le cuesta a veces de la pena, mi padre prefiere estar ocupado trabajando o buscando algo que hacer ya que mamá está en un punto que no quiere que el la vea de tal forma, él tiene que aguantar su lejanía para no hacerla sentir peor aunque le duela.

Me siento en la acera del frente de mi casa, solía hacer eso de pequeña, sentarme de nuevo con mis piernas cruzadas me hacen volver hacer pequeña de recuerdos, levanto la mirada cuando Leo se hace presente a mi lado, nos quedamos unos segundos que fueron eternos mirándonos el uno del otro sin decir siquiera una palabra, se sienta a mi lado y cruzas sus brazos mirando la calle como si fuera lo único que quisiera ver en este momento. Levanto la mirada al cielo cuando siento dos gotas de lluvia caer sobre mi nariz, fría y triste como me siento ahora mismo, hasta el propio cielo esta como si supiera mi triste preocupación, dejo de pensar cuando escucho prácticamente a Leonardo sacar un llanto ahogado, mi labio inferior tembló y no dude en abrazarlo y el corresponderme como si fuera lo único que quisiera hacer, verlo llorar me hace sentir mucho más vulnerable de lo que estaba, es como querer ser invisible para llorar a los cuatros vientos y tampoco ser escuchada.

Solo lo escucho sollozar, le acaricio su cabello para tranquilizarlo y que sepa que no está solo, se aleja y seca sus lágrimas, mis lágrimas acompañan las suyas como mejores amigos, llevo mis manos y seco mis mejillas pero dejo de hacerlo cuando la lluvia cae encima de nosotros.

─No logro ver a mamá de tal manera Keyli, he hecho lo posible siempre de ser fuerte, pero es como si mis malditos sentimientos me hacen mucho más estúpido, no quiere que le ayudemos en nada, siente que es una inútil y con solo decirlo me enferma, si no quiere entender que estamos para ella en cualquier circunstancias que se deje ayudar y que no nos aparte─ sus ojos cristalinos son los testigos de su dolor acumulado por mucho.

─Hay que tener paciencia Leo, está encerrada en sí misma para sentirse mejor como ella cree, escucha, sabemos que no está haciendo bien, pero no podemos estresarla si ella lo que quiere es un poco de espacio─ se queda pensativo, frunce sus labios, se pone de pies y me ayuda a levantarme también, cruzo mis brazos por lo fría que esta la lluvia y nos dirigimos mojados a la casa, escuchamos un auto llegar, vemos a Sammie estacionarse y fruncir su ceño cuando sale de su auto con un paraguas, cuando nos ve su cara cambia, preocupada se acerca y nos abraza soltando su paragua como si no le importa mojarse, los dos le correspondemos mientras nuestras lagrimas vuelven a salir.

Duramos un rato los tres platicando afuera, ella nos aconsejó y nos hizo sentirnos bien, sabe cómo subirnos el ánimo, tantos años conociéndonos no le resulta nada difícil de hacer.

─Llegaste en buen momento amor─ le dice Leo sonriendo de lado.

─El tiene toda la razón─ le digo dándole un efusivo abrazo.

Desahogarnos con ella de cómo nos sentimos, fue una manera liberadora, aunque este preocupada eso no quita el hecho de lo mejor que me siento conmigo misma, es como si volviera hacer fuerte otra vez, quiero ser fuerte para mamá y mi familia.

Amor DecididoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora