Amor Decidido

Capitulo 30

Mamá se mostraba igual de hermosa como siempre mientras me esperaba impaciente en la entrada del colegio, su mirada se encontró con la mía, sus ojos se achicaron por la enorme sonrisa que me brindó, sabía que me iba a preguntar tres cosas, las mismas de todos los días, ¿Dijiste tus saludos de buenos días a la profesora? ¿Hiciste todas tus tareas? ¿Puedes contarme amor como la pasaste hoy?, a veces pensaba porque las mismas preguntas, siempre las misma al salir del colegio, pero a pesar que era pequeña e inteligente pensé que aunque era las mismas, siempre mis respuestas todos los días serian distintas, siempre es un nuevo día, sucesos distintos. Su vestido floreado de color amarillo hacia que su piel se vea más clara, corrí hacia ella mientras me esperaba con los brazos abiertos, esperando para protegerme en ellos y cargarme en su regazo, pero tropecé con un pequeño hueco, caí fuerte, me raspé mis rodillas y una de las palmas de mis manos, quise gritar en ese mismo momento, sentí mucha vergüenza ya que algunos de mis compañeros comenzaron a reír, sin contar el hecho que mis medias largar también se rompieron en la rodilla, mamá llegó muy rápido a mi lado, a pesar que tenía cinco años podía percibir muy bien las preocupaciones de los mayores, hasta podría hasta hacerme la idea clara lo que estarían pensando.

─Cariño, déjame ver, no llores, estarás bien, estas experiencias te hacen crecer más─ en ese momento se me olvido mi dolor y mi risa pequeña salió haciendo que mamá juntara sus cejas curiosa.

─Eres muy chistosa mamá─ mi risa la hizo reír, sus mejillas se sonrojaron, acuno mi cara con sus manos.

─No sé...qué haría sin escuchar tu hermosa risa mi pequeño solecito─ beso cada una de mis mejillas antes de levantarme en sus brazos y ponerme en su cintura.

─Me duele mucho madre.

─Lo se amor, pronto te curo─ ese fue el único día que las tres preguntas se olvidaron.

Me estremecí al recuperar la conciencia, los sonidos fuertes que empezaba captar era de una ambulancia, mis parpados pesaban tanto que para abrirlos tuve hacer un gran esfuerzo, solo escuchaba la voz quebrada de Bruno, en cuanto los abrí, él estaba con su cabeza recostada en mi estómago, siento una de sus manos acunando la mía, quería hablarle para que vea que estoy consciente, pero hasta hablar me cuesta, los sonidos fuertes retumban mi cabeza, muevo uno de mis dedos en su mano, levanta la cabeza con prisa.

─ ¡Oh Dios!, estoy aquí, te vas a poner muy bien, no te dejare alejarte Keyli, te protegeré con mi vida te lo prometo─ verlo de tal manera me rompe el corazón, su rostro es terrible, esta como si no pegó un solo ojo, no comió nada e incluso su voz esta ronca, su semblante es muy preocupado y dolido, sus ojeras responden todo, se acerca mas, besa mi frente por unos segundos largos y tengo la seguridad que en cuanto me sale un suspiro, es de paz porque estoy con la persona que amo.

En el hospital estando siendo tratada por un doctor, veía como mi familia estaba fuera de la sala de emergencias, busque a mamá pero no la vi, antes del doctor cerrar la cortina para tener privacidad de atenderme y que me sienta más cómoda pude ver como Bruno era tranquilizado por Santiago. Lo que supe de Jeick es que le dispararon en el hombro, el sonido que escuche no fue de Jeick antes que me hiriera era del capitán. Cuando me llevaron a una habitación para ser hidratada después de hacerme varios análisis para ver mi estado, todos entraron a la habitación, me sorprendí de los tanto que vinieron, cada rostro que se acercaba era de preocupación y el mismo semblante de Bruno. Papá no sabía cómo acercarse para abrazarme sin poder aguantar su dolor, lo atraje a mí y lo abrace con fuerza, e incluso Robinson se hizo presente, me dedico una pequeña sonrisa nostálgica, no pude contener las lágrimas en cuanto mis ojos vieron a Sammie, fue la gota que derramo el vaso.

─No sé si hubiera podido aguantar más si no sabía de ti, sentí tanto miedo Keyli─ nos abrazamos llorando─ Vas a mejorar, no te preocupes.