Capítulo uno

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— ¡Harry, date prisa! —le grité a Harry emocionada, quién venía con varias cajas llenas de cosas.

Hoy era un día despejado. No hacía calor ni frío. Era un día de un nuevo comienzo para nosotros. Estabamos junto frente a nuestra nueva casa. Era algo grande y estaba pintada en tonos pasteles. Harry, dejó las cajas en el suelo para abrir la puerta.

La casa estaba compuerta por cinco habitaciones con baños propios y un baño para invitados, una gran cocina, comedor, sala familiar, un bar y un estudio. Y por último un patio trasero inmenso. Me puse a pensar en cuando el bebé crezca y se pase corriendo por estos alrededores sin parar, esa idea me ponía feliz.

— ¿Y? —sentí como Harry me abrazaba por la espalda— ¿Qué te ha parecido la casa?

— Es perfecta —contesté. Me dio un beso en la mejilla.

Han pasado tres meses desde que me casé con Harry, lo que significa que tengo seis meses de embarazo. Todo ha ido bien con el bebé, come demasiado, no se esta quieto, se la pasa pataleando. Tengo una panza como si tuviera cinco bebes en ella. De tan pesada he tenido problemas con la espalda, pero lo que realmente me importa es que mi bebé esté bien. Tanto las fans como mi familia y amigos, no paraban de enviarme regalos para el bebé, no podía estar más agradecida.

Con Harry todo va mejor de lo que me esperaba, sigue igual o más atento que antes. Me acompaña a las citas y es muy amoroso con nosotros dos. Para ser sincera, nunca me imaginé tener esto. Casarme, tener una familia y mucho menos con Harry. Mis planes eran seguir estudiando lo más que me gusta, ser siendo directioner, salir con mis amistades y ir a fiestas... Pero, por algo pasan las cosas y no me quejo de la vida que llevo ahora. Soy muy, muy feliz.

Mi madre andaba de vacaciones y dijo que venía a pasarlas acá con nosotros. Luis y Gemma ya viven juntos. Hace dos semanas nos dieron la noticia de que Gemma espera un bebé. ¡Voy a ser tía! Sara y Louis ya viven juntos y en dos meses se casarán. Camila y Zayn siguen igual, aunque se mudaron a vivir justos aún no se sienten preparados para tener bebés y formar un mateimonio casarse. Katie y Liam viven juntos, pero tampoco tienen planes para algo más allá. Cristina y Niall aún no viven juntos, pero hicieron una promesa de controlarse con la comida, pero cuando la ven se olvidan de su promesa. Eran dos glotones enamorados. Roberta se tuvo que ir de vuelta a su país, ya que su mamá estaba delicada de salud. La extrañaba mucho.

— Amor —Harry me sacó de los pensamientos— ¿Dónde quieres el mueble mas grande? —me preguntó. Cargaba el mueble junto con otro hombre que le ayudaba.

— En el medio está bien —sonreí. Ambos asintieron.

La cocina ya estaba instalada. Refrigerador, estufa, microondas, cafetera, licuadora y demás. También las pequeñas decoraciones. Luego el comedor, con las mesas y las sillas y la sala familiar, estaban todos los muebles, alfombra, televisión, etcétera. Faltaban las demás habitaciones, pero Harry se encargó de que la nuestra estuviera lista.

Ya se estaba haciendo de noche. Agotada, caminé hacia el mueble para descansar un rato, pero paro al sentir un dolor en mi barriga.

— Agh —gemí sosteniéndome la panza. Harry se dio cuenta y vino corriendo mas rápido que un rayo hacia mi.

— ¿____? ¿Qué te pasa? ¿Estás bien? —preguntó asustado.

— Sí, es solo que... ¡Agh! —ésta vez gemi más fuerte.

Harry tomó mi cintura y me guió hasta la sala familiar y me recostó en el mueble más grande. Se arrodilló y entrelazo nuestros dedos. Acarició la panza con dulcura y no sentí más contracciones. El bebé estaba pataleando

El Sexy Vecino (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora