Capítulo treinta y tres

38.5K 716 24
                                    

*Continuación del flashback*

Me terminé el rico desayuno que me había preparado Harry. Me di una ducha rápida y me vestí casual. Tomé mi bolsa y bajé a la primera planta. Se me hacia muy extraño que mi madre trabajara un sábado y que mi hermano no estuviera todavía durmiendo, la casa de escuchaba vacía. Unas manos agarraron mi cintura por lo que casi muero del susto.

— Lo siento —soltó una risita y me dio un beso en la mejilla— ¿Nos vamos?

Asenti. Él tomó mi mano y estas de unieron.

— ¿A dónde me llevarás? —le pregunté ansiosa.

— A ver, te llevaré... —acaricio su mentón fingiendo pensar— No, mejor te dejo con la duda.

Abrí mi boca indignada, dándole un puño en el hombro. Él se rió.

— Es sopresa.

Llevamos casi una hora de camino y aún no llegamos. Los nervios me comían por dentro. ¿Qué tenía tramado ahora este chico? ¿Será capaz de seguir soprendiéndome aún más? Hoy hacía un buen día. Harry y yo cantábamos de vez en cuando canciones que pasaban por la radio, eso provocaba que los nervios desaparecieran un poco.

— ¿Un centro comercial? —pregunté confundida al ver que habíamos llegado a un centro comercial.

— Sí —dijo Harry como niño pequeño— Hoy quiero satisfacer tus gustos.

No dije nada más y entramos al centro comercial agarrados de la mano. Los paparazzis no dudaron en aparecer con sus cámaras. Nos hicieron muchas preguntas absurdas las cuales ignoramos y me felicitaban por mi cumpleaños. ¿Cómo lo sabían? Bueno, desde que estoy con Harry todo el mundo sabe de mi.

Éste centro comercial era gigantesco. Demasiadas tiendas por aquí y por allá. Mayormente de ropa y zapatos. Entré en varias de ellas y compré algunas cosas. Harry insistía que comprara más, pero no me tranquilizaba la idea que él estaba gastando de su dinero en mi. Él decidió que entrábamos a una tienda de trajes. Eran hermosos y muy elegantes para mi. Escogí uno corto, de tela suave, color morado y de pedrería en el área del busto. Salí del probador con él traje puesto para que Harry lo viera y me diera su opinión. Me miró de arriba a abajo con la boca entre abierta. Sentí mis mejillas arder.

— Um, ¿qué tal me veo? —le pregunté al ver que no decía una sola palabra.

— Te vez hermosa —sonreí, odiaba sonrojarme tanto— Déjate el traje puesto.

— ¿Qué? —frunci el ceño.

— Para la siguiente sorpresa debes salir de aquí con el traje puesto.

— Harry, no estoy entendiendo nada —le dije, sintiéndome realmente aturdida.

— Tranquila, nena. Pronto entenderás.

Rodé los ojos y volví a probador por la otra ropa tirada en el suelo. Tanto misterio hacía que me desperara, pero debo conservar la calma.

Luego fue el momento en el que me di cuenta que ni mi madre, ni mi hermano y mis amigos me habían llamado para felicitarme. ¿Se habrán olvidado de mi cumpleaños? Borré esa idea totalmente de mi mente. Harry lucía un poco ansioso. ¿Qué estaba pasando?

Regresamos de vuelta a mi casa. ¿Y la sorpresa? No sé, pero no quería preguntar más. Lo que no entendía era que, ¿me hizo vestir así para estar en mi casa? Nada de esto hacía sentido. Harry abrió la puerta de mi casa y me concedió pasar primero.

— ¡SORPRESA! —gritaron todos a la vez.

Mis ojos se abrieron de un golpe del susto y la emoción. ¡Era una fiesta sorpresa! Allí estaban los chicos y las chicas, mi mamá, mi hermano junto a Gemma, la mamá de Harry y Roberta. Miré a Harry sorprendida, el me sonrió y lo abracé. Corrí hacia los demás y los abracé.

- Tu sorpresa no termina aquí -dice Harry. Lo miré con el ceño fruncido.

— ¿Hay más? —pregunté incrédula. Él asintió.

Me tomó de la cintura y me guió hasta afuera de la casa. Mi quijada tocó el suelo y volvió a subir. Un BMW color negro matte se encontraba delante de mis ojos. Definitivamente, era el mejor cumpleaños de mi vida

*FIN DEL FLASHBACK*

Salí de mis pensamientos cuando llegué frente a la casa de Sara. Apreté el medio del volante para que sonara el claxon. Y así pasaron 15 minutos hasta que finalmente salió.

— ¿Te has metido a bañar cuando llegué? —le pregunté cuando ya estaba metida en el coche.

— No, pendeja —me reí fuerte— Hablaba con Louis. No quería que le colgara —se rió entre dientes— Por cierto, te mandó saludos.

Camino al consultorio, daban Best Song Ever en la radio. Lo subimos a tope y cantamos a todo pulmón e incluso hicimos el baile que hacen al final del vídeo. El vídeo era vida. Los chicos salían guapísimos y graciosos, sobre todo Zayn. Luego que se acabó platicamos cosas de chicas. Por suerte el consultorio estaba vacío, así que fui directo a apuntarme. No pasó mucho tiempo y el Doctor me llamó. Sara decidió acompañarme adentro.

— Bien —dijo el doctor mientras miraba algunos papeles— ¿Qué te trae por aquí, Smith?

— Verá, doctor, hace un mes me estado sintiendo extraña. Me mareo algunas veces. Me da mucha hambre y luego me da asco y tengo un atraso —le expliqué mi situación— Pienso que es un desorden hormonal, pero de todos modos quise venir a verificarme.

El doctor me miraba y me escuchaba muy atento a lo que decía y hacía anotaciones en sus papeles. Sara me tocó el hombro y lo apretó levemente dándome su apoyo. Le agradecía que estuviera en este momento conmigo.

— Le haremos algunos análisis —sonrió el doctor.

Sara se tuvo que devolver a la sala de espera ya que no podía pasar conmigo a hacerme los análisis. Seguí al doctor por un largo en infinito pasillo hasta llegar a una pequeña sala, parecido a un laboratorio. Me senté a esperar a ser atendida. Una joven enfermera vestida de uniforme blanco apareció y me hizo señas de que pasara. Me senté en un silla que había, ella se colocó los guantes y buscó los materiales que necesitaría para hacerme el análisis. Alrededor de mi brazo, amarró un torniquete azul que me apretó con fuerza para brotar las venas. Palpo en busca de una y cuando la encontró, me limpió el área con una toallita de alcohol, sacó la aguja y la insertó. Hice un ligera mueca, pero todo bien. La sangre fluía y caía en el tubo. Termino retirando la aguja, en seguida puso una gasa para parar la sangre, la removió poniéndome una curita circular.

— En una hora estará listo —me dijo y asenti.

Una hora después

— ____, para —suplicó Sara— Me estás mareando.

Caminaba ansiosa de un lado a otro sin parar. Ya había pasado una hora y no me llamaban.

— No puedo —soné aterrada— Estoy ansiosa.

— Tranquila, todo estará bien.

— ____ Smith, puede pasar —dijo el doctor apareciendo por fin en en la puerta.

— Y bien doctor... ¿qué es lo que tengo? —le pregunté. Nunca me había sentido tan nerviosa.

El doctor se acomodó en su silla y sonrió levemente.

— Felicidades, Smith. Está usted embarazada.

Mis chicas hermosas y preciosas, ¿cómo creen que lo tomará? ¿bien o mal? ¿creen que se lo diga a Harry? No sé, ustedes déjenme saber en los comentarios lo que quieren que pase.

Amando sus comentarios como siempre, son las mejores. VOTEN. Las quierooooo.

El Sexy Vecino (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora