La puerta se abrió a los pocos segundos.
— Vas happenin!
Sentí como si el propio viento me hubiera llevado la respiración. Era el negro Zayn. Dios, dame fuerza para sobrevivir esta noche. Me miraba con una media sonrisa.
— Eres ____, ¿verdad? —me preguntó al ver que no reaccionaba.
— Em, sí —sacudi mi cabeza— Hola, sí, soy ____.
— Pasa, te estábamos esperando —se hizo a un lado para que yo entrara.
¡Me estaban esperando!
Esperé a que Zayn cerrara la puerta para caminar junto a el hacia la sala. Allí estaban los demás, Louis, Niall, Liam y Harry. ¡Santo cielo! Estoy viendo el paraíso, la gloria justo delante de mi. Hablaban animadamente hasta que se dieron cuenta. Sentí una punzada en mi estómago cuando sus miradas se clavaron en mi. Me quedé muda. Harry se levantó del mueble y caminó hacia mi.
— Chicos, ella es ____.
Los cuatro sonrieron a la vez y se pararon para acercarse a mi. Oh no.
— Que bueno conocerte, ____ — dijo Louis.
Trague saliva. No grites, ____, no grites.
— ¡Abrazo grupal! —gritó Niall.
Todos se acercaron más a mi envolviendome en un abrazo. Esto era un sueño hecho realidad. Esta vez no llore, mis nervios cesaron, solo sentía emoción y mucha alegría. Nunca me había sentido tan feliz en mi vida. Pasamos a sentarnos en la sala. Louis y Niall se sentaron conmigo, Harry y Zayn en el mueble del frente y Liam en el pequeño.
— Apenas, te conozco y ya me tienes sorprendido —dijo Liam, en shock. Sentí mis mejillas calientes.
— ¿Porqué? —me atreví a preguntar.
— No te haz vuelto loca cuando nos viste —río bajito— ¿Cómo le haces?
Me encogí de hombros.
— Lo intento.
Ellos se rieron.
Toda la noche se nos fue hablando y conociéndonos. También, hablamos de sus experiencias en las giras, del próximo álbum, un poco de sus vidas personales e incluso hablamos de la mía. Me sentía más confiada en hablar con ellos. Eran inos chicos increíbles. Louis contaba chistes, en realidad eran bastante malos, pero igual daban gracia y nos reíamos. Sin duda, era la mejor noche. Harry, no quitó su mirada de mi ni un segundo, me hacia sentir un poco nerviosa, su mirada era una profunda. Sonreíamos a la vez que hacíamos contacto visual.
— Me encantaría quedarme con ustedes, chicos, pero me tengo que ir —les dije con pena. No me quería ir.
Todos se quejaron e hicieron puchero. Me reí.
— De acuerdo, esperamos volver a verte, ____ —dijo Liam.
¡Ah!, me querían volver a ver.
— Así será —estaba totalmente segura de que nos volveríamos a ver.
Me despedí de los chicos y Harry insistió en acompañarme a casa.
— Gracias por venir —dijo Harry cuando paramos ena entrada de mi casa.
— Gracias a ti, que cumpliste uno de mis mayores sueños.
Él se me quedó mirando directo a los ojos. Sonrió de lado formando uno de sus hoyuelos.
— Descansa —susurró, su voz se tornó más ronca de lo normal. Mi corazón latio con prisa.
Se dio la vuelta para volver a su casa con los chicos. Con una sonrisota en mi rostro entré la casa y subí corriendo a mi habitación. Me puse la pijama, me cepille los dientes y me metí a la cama. Me quedé dormida pensando en todo lo que había ocurrido el día de hoy.
*
— Wake up and life! —escuché el repentino grito de mi hermano para luego sentir como me quitó la sabana de un tirón.
— ¡Agh, idiota! —gruñi sin abrir los ojos.
— Uh, alguien amaneció pesadita —dijo en tono burlón— Anda, levanta ese trasero de la cama, el desayuno está listo.
— Sí, vete ya —le tiré una almohada, pero no le di. El se fue de mi habitación riendo.
Como si levantarse fuera lo más trabajoso del mundo, me levante. De nuevo caminaba con zombie al baño. Hice la rutina y me vestí con ropa casual. Bajé a la cocina y para mi sorpresa mi madre estaba ahí.
— ¿Mamá? —no pude ocultar mi sopresa.
— Hola, cariño —me saludó con una cálida sonrisa— ¿Cómo estas?
— ¿Bien? —hice una mueca.
En realidad estaba demasiado sorprendida. Mamá nunca desayuna en casa, siempre está trabajando. Nunca tiene tiempo para nosotros y vive aquí y casi nunca la vemos, que ironía, ¿no?
— ¿Pasa algo? —fruncio el ceño.
— No —me senté delante ella— Es solo que me extraña que estés desayunando en casa.
Ella sonrió.
— Mm... Bueno, hoy me tomé el día de desayunar aquí —explicó— Pero, ya me iba.
Se levantó de su silla, se despidió de Roberta, luego de mi y de Luis. Sabía que no sería por mucho tiempo, aunque de todas maneras su actitud fue nerviosa y rara.
— Adiós, mamá —susurré— ¿No la notaron extraña?
Miré a Luis que estaba sentado a mi lado y éste negó. Roberta hizo lo mismo.
Casi no toqué la comida por estar pensando en que le pasaría a mamá esta mañana. Debería ser el estrés del trabajo.Subí a mi habitación tratando de restarle importancia a lo que había pasado en el desayuno. Entonces, a través de la ventana vi algo que jamás me imaginé. Harry durmiendo plácidamente en boxer. Abrí los ojos a la vez que la boca y cerré las cortinas, pero aquella imagen se había quedado impregnada en mi mente.
Tengo mente sana, tengo mente sana, tengo mente sana...
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El Sexy Vecino (Editando)
Dla nastolatków____ Smith, una chica normal de dieciocho años que vive junto a su madre y su hermano mayor en Inglaterra. Su madre es dueña de una agencia de modelaje, lo cual trabaja mucho y casi no le dedica tiempo a sus hijos. Un sábado por la mañana, hay una...