Capítulo dos

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Vi sus pies pararse frente a mi. Con toda la vergüenza del mundo, levanté la cabeza y lo miré.

Mi corazón paró de latir por un segundo. Emociones corrieron por todo mi cuerpo que jamás había sentido. Esto debe ser un puto sueño.

Me sonreía. Yo no era capaz ni de mover un músculo. Ni siquiera sabía como respirar. Me extendió su mano, lo cual me tardé en aceptar. Mi piel se puso de gallina al sentir su mano en la mía. Esto era real.

— Oh Dios mío —susurré. Su sonrisa se agrando.

— Entonces... ¿Estás bien? —volvió a preguntar.

Asentí, lentamente.

Harry Styles, de One Direction, mi nuevo vecino, estaba delante de mi. Su cabello estaba desordenado, sus ojos verdes lucían claros, me miraban con curiosidad y diversión.

— Dejame adivinar —se cruzó de brazos— Eres directioner.

Asentí. Joder, no podía hablar. No sabía que decir o hacer. Si llorar, gritar, correr. No quería reaccionar como una loca.

— ¿Qué esperas para abrazarme? —abrió sus brazos. Abrí los ojos y mi corazón brinco de emoción.

No dudé en hacerlo. Lo abracé. Él me abrazó. El mejor momento de mi vida estaba pasando ahora mismo. Cerré los ojos y disfute. Olía demasiado bien. Lágrimas de felicidad no dudaron en aparecer. Al separarnos, él notó que estaba llorando.

— Hey, ¿Porqué lloras? —eliminó algunas lágrimas de mi rostro.

Para de hacer eso si no me quieres ver muerta en el suelo. Voy a tener que votar estas bragas.

— Son lágrimas de felicidad —limpié el resto con mis manos. Él sonrió, mierda, para de sonreír.

— ¿Cómo te llamas? —estaba muy cerca de mi. Me ponía nerviosa.

— ____ Styles, quiero decir —sacudi la cabeza— ____ Smith.

¿En serio acabo de decir eso?Una sonrisa se volvió a dibujar en sus labios. Basta.

— Lindo nombre —dijo.

¿Qué?

— Gra-gracias —tartamudee. Me golpee la frente mentalmente.

— Bueno, ____ —mi nombre en sus labios se escuchaba muy hermoso—  Parece que desde hoy seremos vecinos. Nos veremos más seguido.

Reí nerviosa. Joder, sí. Nos veríamos más seguido. ¿Cómo se supone que sobrevivire con este hombre siendo mi vecino?

El gritó de mi nana, desde la casa me hizo reaccionar.

— Creo que... debo entrar a mi casa —el asintió entendiendo—  Pero, antes quiero que sepas que...  —suspire— que te amo.

Volví abrazarlo, pero esta vez mis brazos estaban alrededor de su cuello. Lo abracé fuerte. Tenía que decírselo, sino iba a explotar.

— ____ —me llamó con la voz entrecortada— Me, me estás asfixiando.

Lo solté de golpe e instantáneamente me sonroje.

— Yo, lo siento. No quise... reaccionar así. Verás, a veces soy un poco compulsiva...

— No te preocupes —me interrumpió— Yo entiendo —¿nunca para se sonreír? Me va a matar— Bueno, hasta luego, debo seguir desempacando.

Asentí, se despidió con la mano. Sonreí. Él se fue a su casa y yo a la mía. Roberta ya estaba preparado la cena y mi hermano supongo que se estaría arreglando para su nueva aventurilla. Iba a subir a mi habitación, cuando pise el primer escalón la voz de Roberta me detuvo.

— ____, ¿dónde estabas? —mirándome, puso sus manos en su cintura— Te llevo llamando todo el rato.

— Lo siento, nana. Me quedé hablando con el nuevo vecino.

— ¿Hay nuevos vecinos? —asentí— ¿Son agradables?

No te imaginas cuanto.

Asentí.

— Ya casi está la cena.

Subí a mi cuarto y sin antes de cerrar la puerta, me tiré a la cama mirando hacia el techo. ¿Cómo es posible que mi ídolo sea mi vecino? Es solo que es casi imposible.  No paraba de pensar en lo sucedido y de sonreír como tonta. Era evidente que no me lo creía todavía. Creo que me va a costar tiempo en acostumbrarme a que sea mi vecino. El sexy vecino.

Alguien toca a la puerta haciendo que mis pensamiento vuelen a la nada.

— Pasa —grité. Alcé la cabeza encontrándome con un hermano muy bien vestido y más oloroso que una puta.

— Vengo a despedirme —se acercó a mi dándome un beso en la mejilla.

— Que guapo —vacile.

— ¿Disculpa? —puso cara de indignación— Yo siempre soy guapo —rodé los ojos— Adiós, deseame suerte.

— Suerte —alargue— Te quiero. Ah y por favor, usa condón.

— Sí, mamá. También te quiero —dijo con sarcasmo.

— Idiota —susurré.

— ¡Te escuche! —gritó desde el pasillo. Me reí bajito.

Luego de un rato más en mi habitación, tirada en la cama, bajé a la cocina y la cena ya estaba lista. La ayudé como siempre a poner la mesa y ambas nos sentamos.

— ____, tengo algo que decirte —habló Roberta.

— Sí, dime.

— Voy a ir a visitar a una amiga, lo más probable es que me quedé. Ya que Luis no va a estar deberías llamar a Sara a que se quede y no estés sola.

— Está bien. Cuando termine de cenar la llamo.

Ella asintió. Cenamos en silencio. Luego llegó la hora de Roberta irse, se despidió de mi y se fue. Me tocó limpiar todo y eso hice. En mi habitación, cogí mi celular para llamar a Sara. No contestó.

Perfecto, sola en casa de nuevo.

Volví a caer en mi cama. Oí un ruido. Me puse en alerta. Alguien tiraba piedras a mi ventana. Funci el ceño y caminé hasta esta abriéndola. Miré hacia abajo y vi a Harry.

— Harry, me vas a romper la ventana —le dije.

— Lo siento, solo quería preguntarte si querías venir a mi casa, los chicos vendrán esta noche, entonces imaginé que los querrías conocer...

— Oh Dios, sí —lo interrumpi, chillando emocionada.

El se rió.

— Bien, pues te espero en media hora.

¡Media hora no me daría para arreglarme!

Cerré la ventana. Corriendo me quite la ropa y me metí a la ducha. Me puse un pantalón alto en el abdomen, una camisa corta con un ancla dibujado en medio y líneas rojas y un par de vans. Me dejé el cabello suelto y me perfume un poco.

Mierda, estaba nerviosa. ¡Iba a conocer todo One Direction!

Bajé las escaleras corriendo y salí de la casa. Trote hasta la casa de Harry. Creo que ya habían llegado.

Mis piernas temblaban. Tomé aire y valor y presione el timbre con mi dedo índice.

El Sexy Vecino (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora