Capítulo diecisiete

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- ¡Harry! -grité con desesperación.

Corrí hasta dónde el sin saber que hacer. No podía dejar que se muriera. No el. Harry, no. Cayó de rodillas apretando su herida con la mano manchándola de sangre. Saqué la mano dónde había sido el disparo. En el estómago. Me dio miedo, mucho miedo. El comenzaba a palidecer y sudar frío. Lo fui recostando poco en el suelo.

- Harry, mi amor ¡No cierres los ojos! -dije golpeando su rostro. El asintió.

- ¡Claudia! ¡Claudia! -le grite a la nana.

Llegó corriendo e inmediatamente su mano viajo a su boca impactada.

- Llama a una ambulancia, ¡pero corre! -le ordene. Ella asintió y lágrimas salieron de sus ojos celestes.

Estaba perdiendo mucha sangre y ya no podía luchar con su vida. Puse su cabeza en mi regazo.

- Hazza, todo va a estar bien. Resiste mi amor, por mi, por nuestros bebes, por tu familia -trataba de hablarle para que no cerrara sus ojos.

Sus ojos comenzaron a pesar y su respiración a cortarse.

- __(tn)... -habló Harry con dificultad.

- Shh, no hables -acaricie su rostro.

- Te amo... -susurro. Dicho esto cerró sus ojos.

- Harry... ¡HARRY! -lo moví bruscamente.

Se escucharon las sirenas de la ambulancia. Yo seguía allí gritando desconsolada.

Los para médicos llegaron a la habitación y entre dos hombres acostaron a Harry en la camilla. Bajaron y lo metieron en la ambulancia.

- ¿Quién irá con el joven? -preguntó uno de ellos.

- ¡Yo! -dije rápidamente. El asintió y hizo señas para que entrara.

- Claudia, llamaré a mi hermano para que te hospedes con Darcy y Edward. Ese secuestrador puede aparecer de nuevo -ella asintió- Te llamaré -le di un beso y a niños que se encontraban con ella y me monté en la ambulancia.

Me acerqué a él y tome su mano llena de sangre pero no me importaba. Dolía, dolía muy dentro de mí verlo así. Si se muere, mi vida ya no sería la misma. Los para médicos hacían su labor dándole los auxilios necesarios a Harry. Pasaron 10 minutos y ya habíamos llegado al hospital.

- Señora, tiene que quedarse -el cirujano me prohibió la entrada.

- ¿Qué? ¡No! ¡Yo tengo que estar ahí! -luchaba con el para pasar.

Alguien tomo mi cintura alejándome de allí. El doctor el hizo un gesto de agradecimiento.

- Sueltame, ¡por favor! -dije un y otra vez- ¡Harry! -grite como sí pudiera oír me.

- Shh, tranquila. Todo va estar bien -literalmente abrazo todo mi cuerpo.

Por su olor sabia que se trataba de Bieber.

- ¿T-tu? -fruncí el ceño calmando mi histeria.

- Acostumbro a visitar a los niños de cáncer y doy un donativo -me dijo.

- Es un gesto muy lindo de tu parte -force una sonrisa. El asintió.

- ¿Qué le pasó? -trago saliva. Se refería a lo de Harry.

Baje mi mirada al recordar lo ocurrido. El trataba de disculparse pero no sabía como hacerlo.

- Le dispararon -volvieron a salir lágrimas.

Sus ojos se abrieron ampliamente.

- ¡¿Quién?!

-Ugh, Bieber no lo se. Este no es el momento de preguntar esas cosas. Me siento mal ¿entiendes? Quiero... quiero morirme. Sí, eso quiero.

El Sexy Vecino (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora