Me encontraba en un Starbucks cerca del centro comercial. Las chicas y yo quedamos en encontrarnos aquí, ya que ellas tenían que ir a su casa a arreglarse y demás. Miraba a través de la ventanilla de cristal que estaba a mi lado, mientras jugaba con el vaso de café en mis manos. Mi vista viajó hacia la puerta, cuando emitió un sonido parecido a una campana. Apreté el vaso, al ver de quien se trataba. ¿Acaso me persigue a todos lado? Era Catherin, venía acompañada de dos chicas, al parecer sus amigas. Ella se dio cuenta de que estaba allí, así que caminó directamente hacia mil. Genial.
Al llegar allí, sólo tomé asiento para esperar. Para no aburrirme revisé mi Twitter. Desde que tenemos relación con los chicos, las chicas y yo hemos subido en seguidores.
— Miren, chicas —habló ella. La ignore devolviendo mi vista a afuera— Ya la dejaron plantada —sus amigas rieron— Aunque no me extrañaría para nada.
— ¿Qué mierda quieres ahora Catherin? —le escupi, mirándola directo a los ojos. Ya sentía el enojo recorrer mi cuerpo— Claro, tienes razón. Pero, ¿sabes qué? Prefiero que me dejen plantada a que ser una zorra, envidiosa, vividora de vidas.
Me levanté lentamente quedando a su estatura. La estúpida sonrisa que yacía en su cara, se borró. Alzó la mano para darme una cachetada, pero no se lo permití, ya que agarré su muñeca antes que pudiera hacerlo.
— Ni lo intentes —la desafié con la mirada. De un jalón, se soltó de mi agarre brustamente.
— Me las vas a pagar, ____ —dijo, señalándome amenazante— ¡Me las vas a pagar!
Me estremecí ante esas palabras. Por una extraña razón sentí que hablaba en serio. Giró sobre sus tacones y salió del lugar seguida por sus amigas que al final me dieron una mirada fulminante. Saqué el aire estresante de mi interior, mirando a la gente a mi alrededor que me miraban.
Sonreí nerviosa y me volví a sentar en mi lugar.Luego de un rato más las chicas llegaron. Luis y Gemma, se unieron al ir al centro comercial con nosotras. El camino no fue largo. Sara encontró un estacionamiento cercano y nos bajamos. Era un poco temprano por lo que no habían muchas personas.
— Bien, para no estar cincuenta horas aquí, nos iremos por grupo —propuse. Ellos estuvieron de acuerdo.
Katie se fue con Sara, Luis con Gemma y Cristina y Camila conmigo.
A comprar se ha dicho.
Punto de vista de Harry
Sentí un suave tacto. Dedos se entre lazaron en mi cabello. Abrí los ojos con la ezperanza de que fuera ____, pero obviamente no era ella. Mi madre se encontraba sentada en el borde de la cama mirándome con dulcura y una tierna sonrisa.
— Buenos días, mamá —le sonreí de vuelta.
— Buen día, cariño, te traje la comida —dijo tomando la bandeja para acercarmela.
— ¿Qué hora es? —dije después de un largo bostezo.
— Las doce del medio día —contestó— Si que dormiste.
— ¿Qué? —abrí los ojos.
— ¿Qué? —preguntó confundida.
De un salto, salí de la cama y me puse unos pantalones y una camisa sencilla color blanca. Corrí hasta la casa de ____, toqué y toqué y nadie salió abrirme. Mierda, no estaba. ¿Dónde podría estar? No podía ser más idiota. ¿Por qué esperé hasta ahora? Tuve que haber hablado con ella ayer mismo.
— Harry —me llamó mi madre al verme entrar a la casa cabizbajo— ¿Estás bien?
— He estado mejor otros días —le contesté con una sonrisa forzada. Se acercó a mi y tomó mi rostro en sus manos.
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El Sexy Vecino (Editando)
Teen Fiction____ Smith, una chica normal de dieciocho años que vive junto a su madre y su hermano mayor en Inglaterra. Su madre es dueña de una agencia de modelaje, lo cual trabaja mucho y casi no le dedica tiempo a sus hijos. Un sábado por la mañana, hay una...