1. La despedida (Parte 1)

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Kristen's POV

—Ash... —fue lo único que dije viendo como volvía a perder frente a mi tío—. No quiero jugar más —declaré. Miré hacia Thomas que tenía un libro, un subrayador y sus audífonos puestos, obviamente perdido en su mundo. Chasqueé la lengua y volví mi vista al frente cruzando mis brazos sobre mi pecho.

—Oh vamos Kris, prometo no ser tan duro la próxima, ¿si? —me dijo mi tío para volver a jugar, pero estaba decidida. Crucé mis piernas y lo mire con una sonrisa para darle una "esperanza", pero rápidamente la borré y dirigí mi vista hacía Thomas.

—Hey, Thomas —lo llamé. No obtuve respuestas, es más, ni una mirada—. Hey tú, el de los audífonos —lo llamé alzando la voz. Como vi que no paraba ni la más mínima atención, decidí coger un cojín del sillón y se lo tiré a la cabeza ocasionando que me mirara alertado.

—¿Sucede algo? —preguntó. Yo sólo sonreí.

—Sí, unos mafiosos vinieron a matarnos, pero les dije que te tenía que llamar para que te enteraras de que pronto se acabaría tu concentrada vida —finalicé con una tierna sonrisa en mi rostro. Él entrecerró los ojos mirándome y volviéndose a colocar los audífonos—. ¡Hey¡ —dije antes de que se sumiera en su mundo de nuevo. Él me miró colocándome atención-Estoy aburrida. Hagamos algo, ¿si? —lo miré con piedad.

—Wow, Kris, ¿te aburriste tan rápido de mí? —pregunta mi querido tío a mi lado.

—Eso nunca, sólo estoy cansada de jugar —dije dedicándole una sonrisa—. Además, quiero comprar unas cosas antes de irme, y me gustaría que Thomas me acompañe. Claro, si es que no se pierde en su mundo y se olvida que existo —lo último lo susurré para mí.

—Te escuché —me dijo Thom, señalándome con su subrayador—. Estoy terminando un libro de la universidad —dijo mostrándome el libro—, sólo me quedan dos hojas —esta vez mirando lo que le faltaba en hojas—, te juro que termino en unos cinco minutos, sólo espérame.

—Está bien —dije, restándole importancia—. Subiré a mi cuarto por unas cosas... Y tú —señalé a Thom—, me llamas cuando termines —él sonrió y volvió su vista al libro.

Subí las escaleras que llevaban a la planta de arriba. Me dirigí a mi habitación por una chaqueta, ya que en Washington, al parecer, decidió hacer un bonito día frió. Los cuales amaba. Entré y me recibí un olor cálido que me recordaba al hogar que pronto dejaré.

Me tiré en mi cama boca arriba cerrando los ojos, cogí un peluche que aferré a mi pecho mientras intentaba no dejar escapar las lágrimas que amenazaban con salir de mis ojos-Malditas universidades-pensé. Sólo quitan el maldito tiempo que uno quiere utilizar para estar con los demás. Lástima que el próximo año estaré igual que Thom.

Thom, mi amigo desde que nací, con sólo un año de diferencia por parte de él. Siempre hemos estado juntos, jamás nos hemos separado y por si se lo preguntan, no, jamás nos hemos enamorado del otro o por lo menos yo no y dudo que el sí, ya que jamás ha demostrado eso.

Estaba a punto de quedarme dormida cuando sentí una vibración en mi bolsillo delantero de mi short. Saqué mi celular para comprobar quién era. Si era una persona que valía la pena contestar o si solo era alguien de...por ahí.

Matthew, leí en la pantalla. Contesté

—Hey, Kris —me saludó con ánimo.

—Hey Matt, ¿cómo estás? —pregunté, sentándome en mi cama

—Todo bien, ¿qué harás hoy?

—Thom me acompañará a comprar unas cosas que quiero, nada fuera del otro mundo -contesté con normalidad y alzando los hombros con indiferencia.

—Wow, tú animo se nota a kilómetros —dijo con sarcasmo. Pude escuchar una risita al otro lado de la línea—. No estás lista para irte, ¿no es así?

Solté un suspiro y miré hacia un lado. No pensaba llorar. No lo hice cuando me dieron la noticia, así que no lo iba a hacer ahora.

—Tienes razón —le confirmé.

—Lo supuse —susurró más para él mismo que para mí—¿Nos veremos en la tarde? Quiero decir; Kyra, tú y yo.

—Sí —le confirmé—. Aunque no he hablado con Kyra.

—Yo hablaré con ella más tarde —me aseguró.

—¡Hey Kris, ya terminé! —me gritó Thom desde la planta inferior—¡Así que baja ya! —coloqué el celular a un lado para después contestarle:

—¡Un segundo, no tardo! —le grité. Devolví el celular a mi oreja.

—Creo que ya te vas entonces —Dijo Matt al otro lado de la línea.

—Así es, te veo más tarde Matt. Adiós.

—Cuídate Kris. Adiós.

Y cortó la llamadaa.

Metí el celular en mi bolsillo delantero como había estado antes. Me paré de mi cama y fui directo a las escaleras que llevaban a la planta inferior. Vi a mi tío aún jugando en el PlayStation. En el otro lado estaba Thom tomando un vaso con agua. Lo terminó para luego dirigirse a mí.

—¿Llevas todo lo que necesitas? —me preguntó mirando su celular. Asentí.

—No llegues tarde Kris, recuerda que hoy es la despedida —me dijo mi tío. Solté un suspiro y lo miré con tristeza.

—Lo sé, pero quiero llevarme algunas cosas de acá —dije acercándome a él y abrazándolo—. Por mí y no saldría de Washington —él besó mi frente y después me miró con dulzura.

—Volverás Kris, eso tenlo por seguro —eso espero—. Si por mí fuera te tendría aquí conmigo, pero sabes que no puedes dejar a tu mamá sola y lejos de ti -Yo sólo asentí.

Sabía que no podía dejar a mi mamá sola en California, jamás la dejaría sola, sería como cortar una parte de mi cuerpo. Seria duro acostumbrarme a estar allá, sería como iniciar una vida nueva, aunque tengo una linda vida aquí. Hacer amigos, llegar a ese nuevo instituto, sólo mi mamá y yo; sin Kyra para hablarme de sus idioteces o sin Matt haciéndome reír con solo saludarme y sin mi amado tío que me pregunta todo sobre el chico con el que vaya a salir. Pero bueno, que se podía hacer, ¿cierto? Por lo menos pensaba llevarme libros, ropa y las cosas para el instituto nuevo. Quería utilizar cosas que me recordaran aquí.

—Vamos Thom, creo que nos llevaremos unas horas —dije, yendo hacia la puerta.

—¿Necesitaremos el auto? —me preguntó. Yo sonreí.

—Créeme, lo necesitarás. A menos, que quieras cargar innumerables bolsas.

Él solo se limitó a entrecerrar los ojos y mirarme. Yo salí con una sonrisa victoriosa en mi rostro. Thom salió y tomamos camino hacia el auto. Y con esto partimos hacia el centro comercial.

Ella Es DiferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora