Ella Es Diferente

38. Sólo conoces mi 10%.

Kristen's POV

Cuando era pequeña y mi mamá me decía Necesitamos hablar, Kristen, era porque había hecho algo muy malo. En ese momento comenzaba a repasar qué carajos había hecho mal; cuando mis amigos me decían lo mismo, me reía, nadie de ellos podía colocarme autoridad. Y por más serios que se encontraran, siempre me reía de ellos en su propia cara. 

Pero cuando tu pareja te lo decía, no era nada bueno. Más si te llama con el nombre completo.

Aiden tenía los labios apretados y miraba sus manos y la sábana blanca que lo cubría, incómodo por la situación. Miré a Liam con mucha calma, a pesar de que esos jodidos ojos azules me intimidaban y me volvían chiquita, no se lo podía demostrar. Tenía que actuar normal, como si no me importara que tiene que hablar conmigo.

—Vuelvo en un segundo —miré a Aiden que asintió de forma rápida.

Salí de la habitación con las manos hechas puños, intentando contener mis nervios. Liam cerró la puerta tras de sí y me hizo ademán de que lo siguiera. Comenzamos a caminar sin dirigirnos la palabra o una sola mirada.

Llegamos a la cafetería del hospital y nos sentamos en un muro. La cafetería estaba vacía, pero me gusta más sentarme en algo concreto que esas sillas de plástico aplana traseros. Mantuvimos en silencio un largo rato, él jugaba con las galletas de Aiden y yo intentaba acomodar mis pensamientos. Y mis sentimientos también.

—¿Qué querías hablar? —pregunté yo al fin, su mirada se encontró con la mía y se relamió los labios.

—Es sobre Aiden y tú —me reí. Una gran carcajada salió de mis labios.

Algo me decía que era sobre eso.

—Liam, no nos vamos a engañar. No te pienso ilusionar por algo que de pronto ni tiene sentido alguno para mí —lo miré—. Es verdad, me gustas, pero no tanto. Así que, evitemos mal entendidos y terminemos con lo que llamamos "relación" —hice las comillas con mis dedos—. Seamos amigos o no lo seamos, pero si no vas a hacer algo productivo en mi vida, no estorbes. No necesito más obstáculos en mi camino de los que tengo.

Quedó boquiabierto, me miraba atónito, sus ojos chispeaban sorpresa. Yo sentía sorpresa, me veía tan relajada por fuera mientras mi corazón se a sobresaltado y ha parado de lo rápido que va. Jamás supe de dónde saqué tanto valor para terminar una relación, siempre sudaba frío y me volvía una mensa gelatina, pero mis palabras salían con valor y firmeza, a veces tan dura y fría que parecía que no tuviese sentimientos. 

—Fue un placer haber sido parte de tu vida, Liam —me levanté del muro y le di una palmada en el hombro.

Salí de la cafetería sin esperar que dijera algo. Me dirigí a la habitación de Aiden, antes de entrar di unos golpes en la puerta. Como no escuché respuesta, entré para encontrarme con la camilla vacía, sin ningún cuerpo ahí.

—¿Qué demonios...? —siseé. Me volví en redondo a la puerta y miré por el pasillo. 

Ni nadie ni nada. ¿Dónde carajos te metiste, Aiden?  

Salí al pasillo y me recosté contra la pared, sauqé mi celular y comencé a marcar.

—¡Kristi, cariño mío! —sonaba ebrio.

—No me digas que estás ebrio, Matthew —llevé mi palma a mi frente y comencé a moverme por el pasillo.

—Tonshes no te lo diré —Dios, ¿ahora que pasó?—. ¿Alguna vez te dije que te amo, Kristi? Te amo.

—No es el momento para confesiones, Matt —dije, con tono categórico—. ¿Kyra está contigo?

—¿Quién es Kyra? —blanqueé los ojos.