»Capítulo 30«

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Lo miré devuelta a sus ojos. ¿En serio siente que debe decirme? ¿Por qué? Digo... No tengo ningún problema con ello pero... ¿Por qué a mi?

- Entonces... Continúa.- Aunque volvió a evitar mírame a los ojos, mi mirada seguía puesta sobre sus ojos.

- Decidí escalar un árbol con ella y...- Otra lágrima bajó y sus ojos se humedecían más, al igual que los míos.- Nos sentamos en una rama y esta se comenzó a romper, así que le dije que se sentara en un hueco que había en el árbol, se resbaló y se calló al suelo- Dijo rápidamente, claramente aguantando los sollozos que querían salir y se volteó, pasando una mano por su cabello mientras sollozaba silenciosamente.

Caminé frente a él y lo abrasé lo más fuerte que pude, quería dejarle saber que estaba aquí con él, que no lo dejaría solo. Me devolvió el abrazo de la misma manera, sentí que su abrazo era como... Como un abrazo necesitado, y eso me hizo pensar que ha estado aguantando durante todos estos años, solo.
Estuvimos así como por casi un minuto, luego me soltó pasando ambas manos por su cara y me volvió a mirar a los ojos.

- ¿Has estado aguantando solo durante estos años?- Asintió levemente.

- Es que... No quería hacer ningún tipo de amistades porque... Tenía miedo de encariñarme, no quería que otra persona más se fuera pero me di cuenta no soy yo quién decide por quién sentir afecto.- Me miró a los ojos. Sentí mi corazón palpitar fuerte, debería calmarme. No puede estar hablando de mi... Pero a la vez recuerdo lo de hace un rato... ¿Y si está hablando de mi?

Dio un paso al frente mirándome a los ojos, no me había dado cuenta que estábamos agarrados de manos.

Que despistada soy... Es su culpa por ser tan dulce.

- ¿Tu que opinas?- Dio otro paso más, casi podía sentir su respiración sobre mi.

- Y-Yo... Opino que es muy cierto...- Sentí mis mejillas acalorarse.

Ay no, ya me descubrió.

- Sabes... No tienes que sentirte de la misma manera por...lo que...te dije...- Soltó mis manos y las metió en sus bolsillos mientras miraba a sus pies.

- No, y-yo... Me siento de la misma manera...- Susurré provocando que volviera a mirarme y ahora era yo la que miraba hacia abajo, sintiendo toda mi cara calentarse.

- ¿En serio?- Su cara era como de sorpresa, cosa que me hizo reír internamente.

Asentí y volví a mirar hacia abajo. Con dos de sus dedos, alzó mi cabeza con cuidado, cosa que me hizo derretir aún más.

Cielos, este chico si que sabe como enamorar a una chica...

Con su pulgar acariciaba mi barbilla, seguramente debo de estar como un tomate. Su rostro se acercaba al mío lentamente hasta que una dichosa luz nos alumbro. Frunció su ceño ligeramente y se alejó de mi.

- Deben salir del área, esto es una zona privada.- Dijo un señor gordo y con bigote.

Ni te conozco y ya te odio.

- Deberían poner carteles que lo digan.- Dijo Jake mientras tomaba mi mano entrelazando nuestros dedos y caminaba hacia afuera, claramente molesto.

Sonreí ligeramente al ver su reacción, aunque yo también tengo ganas de matar al guardia ese.

¿Jake Walters intentó besarme..?

(...)

Ya es de noche y... Sinceramente no puedo dormir, estoy aquí sentada viendo como llueve a cántaros afuera. No he parado de pensar en lo que ha pasado hoy. Sin duda hoy fue un día supercalifragilisticoexpialidosamente interesante. Tal vez por eso no puedo dormir, no puedo dejar de pensar en lo que pasó. Jake Walters, mi guardaespaldas, intentó besarme, ¿de acuerdo? Y eso significa que le gusto... Y el me gusta a mi... Y jamás pensé que esto me ocurriría a mi, ¿un chico que me gusta, le gusto devuelta? No lo puedo creer, siempre pensé que solo sería un sueño y que nunca me pasaría algo así. Pero ahora está pasando, y no puedo evitar sentir grandes cosquillas en mi estómago cuando pienso en ello. ¿De verdad está pasando o es solo un sueño?

(...)

Me desperté gracias a unos golpes en la puerta. ¿Donde venden esos cartelitos que dicen 'no molestar'? Quiero uno, ahora.
Me levanté a regañadientes y caminé hacia la puerta perezosamente, giré la perilla y me encontré con... Ay no...

- Buenos días mademoiselle... El desayuno está listo, ¿quiere que la acompañe?- Alejó un poco su codo para poder entrelazar mi brazo junto al de él.

- No gracias Carter.- Iba a cerrar la puerta pero puso dichoso pie impidiéndolo.

- Oh, vamos. ¿Qué te he hecho para no caerte bien?- Hizo puchero mientras abría la puerta nuevamente.

- Fastidiarme.- Volví a empujar la puerta.

- ¿Y sigues?- Se escuchó una voz familiar por el pasillo. Las mariposas se hicieron presente nuevamente.

¡Mi nov... Quiero decir... ¡Mi salvación..!

Carter inmediatamente se alejó de la puerta y se volteó hacia Jake, dejando salir una risa egoísta.

- Siempre dicen que no te des por vencido.- Abrí un poco más la puerta para poder mirar.

- ¿No tuviste suficiente con Gabriela? ¿Acaso quieres todo lo que tengo?- Se podía notar lo furioso que Jake estaba.

Lo que quiere es tu cerebro porque el suyo ya no funciona.

-Mm... Tal vez...- Rió de la misma manera de hace unos segundos atrás.

- Envidioso.- Murmuré meneando mi cabeza ligeramente.

- Tu cállate.- Me miró Carter con di ceño fruncido.

- Ni te atrevas a hablarle así.- Se escuchaban sus pasos acercarse.

Ay no... Otra vez no...

Corrí frente a Jake bloqueando su camino.

- Ya Jake, déjalo, no vale la pena pelear con éste mundano.- Miré a Carter con mi ceño fruncido.

Hijo de zorrillo...

- ¿Pero no viste como te habló?- Susurró molesto.

- Oye, ¿y tú vas a bajar a su nivel de coeficiente intelectual casi inexistente?. Ya déjalo.- Traté de buscar su mirada, pero sus ojos estaban clavados sobre Carter.

Volví a mirar a Carter y este inmediatamente se puso serio, estaba haciéndole muecas a Jake. Entrecerré mis ojos y me volteé hacia él.

- Primero, atrévete a mandarme a callar y te dejaré estéril. Segundo, lárgate y ni te atrevas a mirarme.- Señalé detrás de él, ahora sus ojos eran los que estaban clavados sobre Jake. Me volteé a ver y al parecer, Jake también estaba haciendo muecas.

Infantiles...

The Boy Next Door ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora