(Nick)
El camino hacia su casa fue tranquilo, Elizabeth de tanto llorar se había quedado dormida con la cabeza en mi hombro.
Fijé mi vista hacia abajo y la contemplé. Sonreí. Me acorde de la primera vez que coincidimos en una comida, teníamos unos 14 años. Estábamos en casa de Lady Guty y tonto que fui que le conté a su hermano que me parecía muy hermosa y dulce, James y yo éramos muy buenos amigos pero desde su matrimonio se distanció bastante, el caso era que le conté mis pensamientos de ir a pasear con ella a la orilla del río, pero esa idea no le gustó para nada a su hermano, así que me pegó un puñetazo y me advirtió que no me acercara a ella. Así que pasé a contemplarla desde la distancia. Cuando tenía 16 en una merienda me decidí y hablé con ella, hablamos durante unos minutos, era muy agradable hablar con alguien que te gusta, pero para mi desgracia se acercó Lady Violett, una muchacha con la que me había acostado dos noches atrás y por lo visto me estaba persiguiendo, empezó a decir comentarios groseros y Elizabeth se marchó rápidamente con el ceño fruncido. Cuando su hermano se entero de que había hablado con ella, me pegó otro puñetazo. Mi suerte con ella era pésima, pero ahora todo había cambiado. Ahora no le pasaría nada mientras yo estuviera cerca.
El carruaje paró y el conductor nos abrió la puerta, Elizabeth estaba profundamente dormida y me daba pena despertarla, además, estaba hermosa dormida, sus ojos estaban un poco hinchado y sus mejillas más colorada de lo normal pero aún así era preciosa.
La cogí con cuidado, al entrar en la casa unas damas vinieron rápidamente para ayudarme pero yo lo rechazé.
-¿Necesita ayuda señor?, puedo llamar a alguien para que la lleve a su aposento- dijo una doncella con la cabeza agachada.
-Solo necesito que me indiquéis donde está su aposento yo me encargo de todo lo demás.
-Por supuesto, sígame por favor.
Una doncella me dirigió a su habitación, al entrar un aroma a jazmín inundo dentro de mi cuerpo.
Observé la habitación, era bonita, contrastaba con una mujer de su edad.
En la pared de enfrente estaba su cama de dosel, la dejé con cuidado, y me acaricié el brazo, ésta soltó un leve quejido, entonces observé su brazo y vi el enorme moratón que tenía. Con mi mano libre cerré fuertemente el puño, puto desgraciado.
Encendí la chimenea, y por último tapé a Elizabeth, seguía con su ropa puesta pero no iba a ponerle su pijama, no sería apropiado. Me fijé que en su escritorio había papel y pluma así que decidí escribirle una pequeña carta.
Después de escribirla deposité la carta en el lado de la almohada libre, esperaba que mañana la leyera.
Antes de irme le di un beso en la frente, desde cuanto tiempo deseaba hacer eso.
Cerré la puerta con cuidado y bajé las escaleras.
En el momento en el que me iba a ir, mis suegros aparecieron por la puerta.
-Nick...- dijo Marie.
-Condesa- he hice una leve reverencia.
-Marie por favor, ahora eres como un hijo más-dijo abrazándome.
-¿Y mi pequeña?- dijo el conde.
-Está bien, la he dejado en su cuarto, se durmió en el carruaje, lloró mucho después, lo pasé muy mal.
-Nos enteramos de lo pasado, mi niña lo debería de haber pasado muy mal-dijo la condesa llevándose la mano el pecho.
-Lo importante es que nada malo ha pasado, salvo...
-¿Que?, ¿que pasa?-preguntó nerviosa.
-El desgraciado, le agarró tan fuerte de su brazo que le ha dejado un gran moratón, espero que mañana no le duela demasiado.
-Dios lo rechace del cielo- Chale se revolvió el pelo- muchacho...muchas gracias, no se como agradecértelo, si no hubieras llegado a tiempo...sabrá Dios lo que le hubiera hecho.
-No tiene que agradecerme nada, agradecerles a ustedes por permitir que me case con ella, es una mujer, única.
-Dale tiempo, ella tiene un mal pensamiento sobre ti. Quiero que le hagas saber todo lo contrario. No te aceptará en dos, tres o cuatro días. Necesita tiempo, todo esto le viene muy grande y aunque es fuerte, sigue siendo mi niña-explicó la condesa.
Eso ya me lo había imaginado,ella sabía que mataba a personas, tal vez personas inofensivas, personas que no tenían la culpa de nada, pero ese era mi trabajo, y no lo podía cambiar, al menos por ahora.
-Nos os preocupéis, esperaré lo que sea necesario- y lo decía más enserio que nunca.
-¿Te apetece mañana cenar en nuestra
casa?, será un pequeño agradecimiento además... Elizabeth tendrá que hablar contigo de lo ocurrido-dijo el conde.
-Buena idea- aplaudió su mujer.
-Acepto con mucho gusto, ahora si me disculpan debo regresar a mi casa, se hace tarde.
-Por supuesto.
-Hasta mañana Nick- y la condesa me abrazó con fuerza.
De camino de vuelta del carruaje no paraba de pensar en Elizabeth, me había acostado con un millón de chicas, pero ella no se parecía en absoluto a las demás. Era diferente, era única, era especial para mí.
lose losee es cortiito pero bueno, mañana será más largito, pobre Elizabeth :(
pero al final todo a salido bien. :)
PREGUNTAAAAA:
¿ACTOR favorito?
Mi perdición es Lee min ho, un actor coreaño *.*
muchas gracias a los que me siguen!!!
Dos favores pliss, VOTEN o COMENTEN, me ilusiona muuucho. UN BESAZO XOXO
ESTÁS LEYENDO
Una vida contigo.
RomanceUn día como otro cualquiera, te dan una noticia que cambiara tu vida, pero...¿Y si no estas de acuerdo con ello? Pues Elizabeth Lemacks no está de acuerdo y hará lo que haga necesario para no cumplir las órdenes de su padre pero... y si esa noticia...