*ESTE CAP NO ESTÁ CORREGIDO, SERÁ CORREGIDO MAÑANA POR SI HUBIERA ALGÚN FALLO*
(Elizabeth)
Las nuevas inquilinas de la casa eran muy amables aunque, eso sí, bastante cotillas. De seguro que donde vivían ellas lo sabían todo.
La hora de la fiesta de Navidad se aproximaba y con ella los invitados. Según me había dicho Nick al ir a nuestra habitación, el rey Ruffini vendría junto con su esposa, la reina Catalina, y su nuevo heredero al trono, Eduardo. Según me había comentado el bebé nació unas semanas después de nuestra partida de palacio, pero por razones desconocidas no le llegó la noticia hasta estos días.
Me encontraba ya preparada en, ahora, mi habitación, era también la de Nick. Éste estaba en otra habitación, porque yo, había insistido en que quería darle una sorpresa y esperaba que se la diera.
El vestido era verde con tonalidades moradas, doradas y blancas. La falda era muy grande y voluminosa. La parte de arriba era muy ajustada a mi cintura, quería impresionarlo.
El cabello lo llevaba suelto y Catalina me echó una especie de polvos brillantes haciendo verde algo más destacada de lo que Nick quisiera.
Y lo más importante, la máscara. Eran una especie de alas brillantes con los mismos tonos del vestido.
-Estás preciosa, querida. Nick se impresionará mucho al verla.
-Eso quiero- dije mirándome al espejo.
Alguien ll amó a la puerta.
Catalina fue a abrirla y una muchacha entró con un bebé en sus brazos.
-¡Catalina!- dije sorprendida.
La reina estaba aquí con un pequeño en sus brazos.
-¡Elizabeth, pequeña! Qué alegría verte.
Me dirigí hacia ella y con cuidado la abracé.
Cuando estuve en palacio hablamos de que las cortesías no existían. Catalina insistió en eso y funcionó.
-Pero mira quién tenemos aquí- dije mirando al hermoso bebé- Me alegra mucho que tengáis un heredero fijo- dije sonriéndola.
-Estaba muy asustada, no sé qué hubiera pasado si algo hubiese salido mal o si fuera una niña.
-Todo ha salido bien y bueno, creo que si fuese una niña, Ruffini la hubiera querido igual.
-Pienso eso, pero estoy aún más orgullosa de que fuera un niño. ¿Quieres cogerlo?
-¿Yo? ¿Cogerlo? N-no... no tengo práctica.
-Puedes empezar ahora- dijo levantándose de la cama y tendiendo el bebé en mis brazos.
-Es muy pequeño.
-Lo haces muy bien, ahora esta mano- dijo cogiéndomela- tiene que sujetarle la cabecita para que no se le caiga y se lastime.
-No sé nada sobre bebés- dije mirando al que tenía en mis brazos- no voy a ser una buena madre.
-¡No digas eso! Yo hace unas semanas estaba igual. Tenía miedo y desconfianza en mí misma. Pero todo cambió cuando lo vi. A ti te pasará lo mismo, tenlo por seguro.
Miré al bebé que tenías los ojos cerrados y abría y cerraba la boca.
-Tengo miedo.
-Tendrás felicidad.
-No hablo de tener un bebé. Tengo miedo a lo que viene antes.
-Ahora entiendo- rió bajito- lo que pasa es que aún no te has entregado.
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Una vida contigo.
RomanceUn día como otro cualquiera, te dan una noticia que cambiara tu vida, pero...¿Y si no estas de acuerdo con ello? Pues Elizabeth Lemacks no está de acuerdo y hará lo que haga necesario para no cumplir las órdenes de su padre pero... y si esa noticia...